Cómo salir de clase

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Algunas veces, en un día soleado, simplemente tienes mejores cosas que hacer que estar encerrado en la escuela. Si quieres salir de clase porque olvidaste hacer algo importante o simplemente no puedes soportar la idea de estar encerrado en el calabozo de física del maestro durante otra hora, puedes aprender a escaparte. Aprende algunas formas rápidas y fáciles de escaparte, así como algunas excusas legítimas para faltar a la clase y los métodos más extremos y complicados si todo lo demás falla.

Sal rápidamente

  1. Simplemente falta a esa clase. La forma de salirte de la clase con la mayor probabilidad de que haya consecuencias, pero la menor cantidad de esfuerzo y planificación de tu parte es simplemente faltar a esa clase. Durante el período transitorio, simplemente vete de la escuela si quieres faltar el resto del día, ve al baño para esconderte o simplemente deambula por los pasillos durante el resto del período de clase hasta que se haya terminado y luego ve a la clase siguiente ¡como si nada hubiera ocurrido! ¡Ocúltate de los maestros que andan merodeando!
    • Si estás en la escuela primaria y nunca tienes un período transitorio, tendrás que planificar un poco más, ya que es probable que necesites que uno de tus padres vaya a recogerte y no podrás simplemente faltar. Lee el siguiente paso para ver otros consejos.
  2. Finge que estás enfermo. Está comprobado y es verdadero que una enfermedad es la forma más confiable de salir de clase. Un buen actor puede fingir una enfermedad convincente que ningún maestro ni administrador tratará de cuestionar. Por lo general, les conviene más aceptarlo y dejar que te vayas, siempre y cuando lo hagas bien.
    • Cuando entres en la clase, exagera. Coloca el rostro con el ceño profundamente fruncido y muévete de forma lenta, con la cabeza hacia abajo, como si te doliera. Sostente la cabeza con las manos y espera unos minutos para acercarte al maestro.
    • Pide permiso para ir a la enfermería. Puedes ir en verdad a la enfermería y simplemente tomar una siesta durante el resto de la hora, tratar de que te envíen a casa o simplemente no ir a la enfermería y deambular hasta que la clase haya terminado.
    • Es importante que seas buen actor. Si entras en la clase sonriendo y bromeando con tus amigos, el maestro no te creería si treinta segundos después estás sufriendo de la peste negra.
  3. Finge una lesión. Aunque puede ser más común o eficaz en la clase de gimnasia u alguna similar, si puedes fingir un esguince u otro tipo de lesión no grave, incluso un amigo podría salir de la clase para ayudarte a caminar hasta la enfermería. Es una forma bastante decente de salir de la clase, de nuevo, si eres buen actor.
    • Por lo general, la mejor forma de hacerlo no es tratando de fingir una lesión, cayéndote o haciendo algo más ridículo en la clase, sino aparentando que ya tienes la lesión. Camina renqueando o sostente la cabeza con las manos para fingir que tienes una lesión en la cabeza.
    • Dile al maestro que te lastimaste en el recreo o durante la clase de gimnasia o que te caíste en el pasillo y quieres ir a la enfermería. De nuevo, puedes salir de clase y quedarte durante el tiempo suficiente en la enfermería "reposando" o simplemente puedes deambular y regresar a la clase después.
  4. Ve al baño y no regreses. Otra forma que tiene bastantes probabilidades de meterte en problemas, pero requiere poca planificación de tu parte es ir al baño y luego desaparecer o irte de la escuela por completo.
    • Solo funcionará si no eres un alborotador consistente y si te has estado comportando relativamente bien durante el resto de la clase. Si te has metido en problemas todo el día o le has hecho la vida imposible al maestro y luego quieres ir al baño, es muy probable que no te deje ir.
    • Finge que tienes una "emergencia" y haz una mirada de preocupación. Ningún maestro quiere ser el responsable de que haya un desastre en la clase y lo más seguro es que te deje ir.
    • Pídele a un amigo que recoja tus cosas por ti, para que no tengas que volver a la escena del crimen después.
  5. Mantente donde no puedan verte. Si decides deambular por los pasillos durante el resto del período de clase, es importante evitar que te descubran o que alguien que sabe que deberías estar en clase te pida el permiso escrito para estar afuera. Lo que sea que elijas hacer con tu libertad, tienes que pasar inadvertido y mantenerte donde no puedan verte.
    • Ocúltate en el baño. Tal vez la forma más fácil de pasar inadvertido es ocultándote en el baño. También es la forma más maloliente, por lo que también podrías regresar a la clase, pero por lo general es seguro. Si es posible, trata de terminar la tarea de la clase a la que estés faltando mientras te ocultas.
    • Deambula por las secciones más tranquilas de la escuela. Evita el área del gimnasio, las secciones de la banda y del coro, y otras áreas concurridas. Tal vez puedes ir a algún lugar donde los maestros no te conozcan en absoluto, como al nivel de otro grado.
    • Si eres mayor y tienes un medio de transporte, simplemente puedes salir de la escuela e ir a hacer algo más divertido con tu tiempo.
  6. Espera siempre hasta después de que el maestro pase lista. Si faltas a la clase por completo, seguramente te marcarán que estuviste ausente. Pero si te vas de la clase y nunca regresas, es casi probable que tu maestro, que está ocupado y probablemente con exceso de trabajo, se olvide de regresar a la lista y marcar que estuviste ausente después de la clase. Es fácil olvidar ese tipo de cosas y podrías salirte con la tuya, aunque el maestro se dé cuenta, por lo que es bueno que esperes unos minutos antes de tratar de escapar.
  7. Intercepta las comunicaciones. Si faltas a una o más clases en un día, el personal de la escuela casi siempre llamará a tu casa al final del día. La mejor forma de evitarlo es estando atento al teléfono al llegar a casa o confesarte con tus padres antes de tiempo e inventar una buena excusa para salirte con la tuya.
    • "El maestro metió la pata con la asistencia hoy y nos dijo que les dijéramos a nuestros padres que todos recibirían esas llamadas automatizadas, pero que yo sí estuve en clase".
    • En algunas escuelas, pueden enviar correos electrónicos o contactar a los padres de otras formas, así que trata de averiguar el procedimiento antes de hacer esto.

Usa excusas legítimas

  1. Programa una cita para la hora de esa clase. Las mejores formas de salir de clase son siempre las formas más legítimas. La próxima vez que tengas que ir al médico, dentista o hacer algún otro tipo de cita, asegúrate de programarla para el día y la hora de la clase que más odias, para que puedas faltar. No tendrás que escabullirte si es verdad.
    • Si por lo general, tus padres programan las citas por ti, hazlo tú mismo antes de que te dejen regresar a la sala de espera. Luego, actúa como si te hubieras encargado de que todo estuviera bajo control.
  2. Consigue un permiso escrito de otro maestro. En la escuela secundaria, algunos profesores redactan permisos escritos para que los estudiantes trabajen en proyectos de grupo en el aula, sobre todo en el período de estudio o en otros períodos de descanso, si el proyecto es especialmente importante. En algunos casos, podrías convencer al maestro de que tu período de descanso en realidad es a otra hora y lograr que te haga un permiso escrito para salir de la clase que no te gusta. Luego, simplemente vete.
    • Esto puede ser peligroso si tienes maestros que se comunican mucho. Intenta encontrar maestros de diferentes departamentos, como un maestro de taller y uno de matemáticas, que no sea probable que se comuniquen.
  3. Pide permiso para ir a la biblioteca. Dependiendo de la clase de la que trates de salir, es posible que tengas una razón más legítima para salir de lo que pensabas en un principio. Si te molesta estar en una clase en particular, dile al maestro que haces un mejor trabajo cuando estás en la biblioteca y pregúntale si puedes ir a estudiar allí algún día, en lugar de estar en el aula. Es probable que los maestros se sorprendan por esto y podrías ganarte una hora libre en la biblioteca, sin tener que andarte con rodeos al respecto.
  4. Pide permiso para visitar al consejero académico. Si estás molesto por algo o si sientes que necesitas faltar a la clase por una razón más importante, pide permiso para ir a hablar con el consejero académico. No tiene que ser algo grande; tal vez solo te sientes estresado por la escuela y por tu capacidad de manejar la presión. Para eso están los consejeros.
    • Dile al maestro que en verdad estás molesto, pero no seas preciso. Habla en voz baja y en serio, y justo antes de la clase, pregúntale si te deja ir a hablar con el consejero académico en lugar de asistir a la clase hoy.
    • Si tienes que inventar una excusa, trata de pensar en algo que no pueda verificar. No inventes que se murió tu abuela. En lugar de eso, trata de decir algo así como: "Creo que podría tener un ataque de pánico".
  5. Pídeles a tus padres que te llamen. Tal vez tienes unos padres estrictos, pero nunca sabrás si no lo intentas. Si se acerca un período de clase que es un verdadero problema para ti, pregúntale a uno de tus padres (el que sea menos severo), si te llamaría en algún momento para ayudarte a salir de un período de clase. Podrías tener suerte una o dos veces.
    • En algún momento, trata de investigar un poco preguntándole a uno de tus padres o a ambos, si alguna vez faltaron a una clase cuando eran más jóvenes. Pídeles que te cuenten algunas buenas historias y luego, aprovéchalas más tarde.
    • Si te enteras de que tu papá solía faltar todo el tiempo porque su profesor de matemática era muy aburrido, empieza contándole sobre lo aburrido que es tu profesor de matemática y lo mucho que desearías poder volver a casa y hacer la limpieza en lugar de ir a la clase. ¡Perfecto! Conseguirás fácilmente que te llamen para salir de la clase.

Realiza escapes más riesgosos

  1. Llama tú mismo para pedir un permiso para salir. La mañana antes de ir a la escuela, crea una buena voz falsa, llama a la oficina de la escuela y pide un permiso para salir de la escuela ese día para alguna cita de algún tipo. Hazte pasar por tu madre o tu padre y usa la fecha y la hora específicas que necesitas estar ausente. Al llegar a la escuela, recoge el permiso escrito y vete a esa hora, sin penalizaciones.
    • Mejor aún, pídele a alguien más que haga la llamada por ti. Los hermanos, primos o amigos mayores son buenas opciones.
    • Asegúrate de que los empleados de la oficina no conozcan muy bien a tus padres porque es probable que reconozcan tu voz y se den cuenta de que no son ellos.
  2. Usa una boleta o permiso falso. La próxima vez que recibas un permiso real, llévalo a casa y saca una fotocopia. Usa un poco de corrector para cambiar la fecha de la información y luego vuelve a fotocopiar el permiso en blanco para tener una provisión de falsificaciones que puedas usar y compartir con otros niños.
    • Asegúrate de usar el mismo color y estilo de bolígrafo o lápiz, del color original de la nota.
    • Si tienes un amigo que tu maestro no conozca, dile que pida permiso para ir al "baño" y que entregue en algún momento el permiso escrito proveniente de la "oficina", para que sea más convincente.
  3. Finge que tienes un ataque. Si te has metido en conflictos importantes contra la clase, puedes mantener algunos trucos importantes bajo la manga. Solo debes fingir un ataque si surgen momentos graves, como si olvidaste por completo estudiar para una prueba u olvidaste un proyecto que vale muchos puntos o algo así. Para fingir un ataque, trata de hacer lo siguiente, bajo tu propio riesgo:
    • Quéjate de forma sutil de que te sientes "débil" o "raro" justo antes de la clase. Respira profundamente y ve al baño antes de que empiece la clase, para mojarte un poco la cabeza y que parezca que estás sudando mucho.
    • Espera un rato y luego crea un aspecto ido, si vas a desmayarte. Poco a poco, quédate sin fuerzas y luego déjate caer al suelo de la forma más realista posible.
    • Si vas a fingir una convulsión, simplemente déjate caer al suelo y empieza a convulsionar, haciendo movimientos incontrolados al azar. Babéate a ti mismo.
    • La mayoría de convulsiones no duran mucho tiempo, solo un minuto o dos, pero aun así es importante no exagerarlo para no reírte ni dejar que te descubran.
    • Cuando hayas terminado, gruñe y abre bien los ojos como si tuvieras dolor. Cuando todos te miren asustados, pregunta: "¿Qué pasó?". Puede ser que te lleven al médico, pero lo más probable es que llamen a tus padres primero y puede ser que te lleven a casa.
  4. Nunca rompas las reglas o leyes importantes para salir de clase. Comúnmente, se cree que tirar de las alarmas de incendio o hacer amenazas anónimas a la administración son buenas formas para salir de la escuela. Estos métodos no solo son peligrosos en la escuela (pueden ocasionar una expulsión o suspensión), sino también suelen ser ilegales. Es posible que tengas que pagar multas o sanciones importantes por tus acciones. Nunca, bajo ninguna circunstancia, debes tomar medidas más drásticas.
    • Habla con un consejero si en verdad te cuesta la escuela y sientes que necesitas ausentarte por una razón importante. Habla del asunto y pide ayuda.

Consejos

  • ¡Sé astuto!
  • No dejes que te descubran.
  • Si no tienes ese tiempo, simplemente mantente pendiente y práctica todo el tiempo que puedas, pero cuanto más tiempo tengas, mejor será tu acto.
  • Hay una gran probabilidad de que te lastimes si no caes de la forma correcta.
  • Planifica. ¡Los amigos son de mucha ayuda!
  • ¡Ve a donde digas que irás!

Advertencias

  • No practiques ninguna de estas tácticas con frecuencia porque será muy evidente.
  • Si te descubren, el personal de la escuela podría llamar a tus padres.
  • No te jactes o te descubrirán.
  • Si te quedas en el baño por mucho tiempo o te sales de la escuela, el maestro podría sospechar.
  • Tirar de la alarma de incendios sin que haya un incendio real es un delito en la mayoría de lugares.
  • Hacer esto puede arruinar tu reputación.
  • Algunas de estas cosas pueden ser cuestionables en cuanto a la ética y la moral.
  • Algunas de estas actividades podrían meterte en problemas graves, tal vez más grandes de lo que esperabas evitar faltando a una clase.
  • Si te metes en problemas, asume la responsabilidad.
  • Algunas de estas tácticas pueden ser causa de controversia.
  • La mejor forma de reducir el castigo es actuando aterrorizado o culpable.
  • No finjas desmayos o ataques durante mucho tiempo porque alguien podría llamar a los números de emergencia.
  • Los servicios de emergencia normalmente no pensarán que sea gracioso y te cobrarán la factura por el viaje en la ambulancia y cualquier examen, etc.
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