Cómo saber si un diamante es real

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Averiguar si tu diamante es real o no es una propuesta tentadora, ¿quieres saber cómo hacerlo sin tener dudas? La mayoría de personas curiosas acuden a un joyero profesional para averiguarlo. Pero no necesitas ser Sherlock Holmes para diferenciar a los auténticos de las imitaciones. Todo lo que necesitarás es un poco de luz, de agua o un aliento cálido y una lupa de joyero. Lee los pasos a continuación para conocer los detalles adicionales y la información acerca del maravilloso mundo de los diamantes.

Realizar una prueba casera a los diamantes montados

  1. Utiliza la prueba del vaho. Coloca la piedra en frente de tu boca y empáñala como lo harías con un espejo. Si se mantiene empañada por un par de segundos, probablemente se trate de una falsificación. Un diamante real dispersa el calor de tu aliento instantáneamente y no se empañará con facilidad. Incluso en el tiempo que te toma empañarlo y observarlo, se aclarará con mucha mayor rapidez que uno falso.
    • Puedes utilizar una piedra que sepas que es real junto a la sospechosa y así empañar a ambas. Puedes observar cómo la piedra real permanece clara mientras que la falsa se mantiene empañada; si respiras repetidas veces sobre los diamantes falsos, verás que la condensación comienza a acumularse. Con cada soplo, la piedra falsa se empañará más y más mientras que la real permanecerá limpia y clara.
  2. Revisa el engaste y la montura. Un diamante real no estará montado sobre un metal barato. Los sellos en el interior del engaste que indican el oro o platino real (10K, 14K, 18K, 585, 750, 900, 950, PT, Plat) son una buena señal, mientras que un sello con las siglas "C.Z." indicará que la piedra central no es un diamante auténtico. C.Z. son las siglas de zirconia cúbica, la cual es un tipo de diamante sintético.
  3. Utiliza una lupa de joyero para inspeccionar el diamante. Por lo general, puedes pedir una prestada en una joyería. Los diamantes extraídos normalmente tienen pequeñas imperfecciones naturales llamadas “inclusiones”, las cuales puedes ver con una lupa. Busca manchas pequeñas de minerales o cambios muy sutiles en el color. Esos son signos que indican que el diamante es real, aunque imperfecto.
    • Los diamantes de zirconia cúbica y los fabricados en laboratorios (los cuales deben pasar todas las pruebas) generalmente no tienen imperfecciones. Eso se debe a que se fabrican en entornos estériles en lugar de ser producto de la naturaleza. Por lo general, una joya que es demasiado perfecta resulta ser solo una falsificación.
    • Sin embargo, es posible que un diamante real sea perfecto. No utilices a las imperfecciones como el factor determinante para saber si un diamante es real o no. Primero descarta las falsificaciones con la ayuda de otros métodos.

Realizar una prueba casera a los diamantes no montados

  1. Mira la refracción de la piedra. Los diamantes doblan o refractan bruscamente la luz que los atraviesa, dando lugar a su apariencia extraordinariamente brillante. Las piedras como el vidrio y el cuarzo brillan menos porque tienen un índice de refracción inferior. Es difícil alterar el brillo de una piedra utilizando algún método, incluso realizando un corte profesional, debido a que se trata de una propiedad inherente de la piedra. Al mirar de cerca a la refracción de la piedra, debes ser capaz de determinar si es real o si es una falsificación. Estas son algunas formas de hacerlo:
    • El método del papel periódico: gira la piedra boca arriba y colócala sobre un pedazo de papel periódico. Si puedes leer la impresión a través de ella o incluso ver manchas negras distorsionadas, probablemente no sea un diamante. Un diamante auténtico dobla la luz de manera tan brusca que no podrías leer nada (existen unas cuantas excepciones: si el corte es desproporcionado, es posible ver la impresión a través de un diamante real).
    • La prueba del punto: dibuja un punto pequeño con un bolígrafo en un pedazo de papel blanco y coloca la piedra sobre el centro de dicho punto. Míralo directamente a través del diamante. Si la piedra es una falsificación, podrás ver una reflexión circular en ella. Si se trata de un diamante auténtico, no podrás ver el punto.
  2. Observa las reflexiones. Las reflexiones de un diamante real generalmente aparecen en varias tonalidades de gris. Mira directamente a través del diamante. Si observas las reflexiones del arcoíris, significa que se trata de un diamante de baja calidad o de una falsificación.
    • En lugar de eso, busca “destellos”. Un diamante real destellará significativamente más que un pedazo de vidrio o cuarzo del mismo tamaño. Es posible que quieras llevar contigo un pedazo de vidrio o cuarzo como referencia.
    • No confundas los destellos con la reflexión. El destello está relacionado con el brillo o la intensidad de la luz que se refleja a causa del corte de la joya. La reflexión está relacionada con el color de la luz que se refracta. Así que busca una luz intensa en lugar de colores.
    • Hay una piedra que incluso tiene más brillo que un diamante: la moissanita. Esta piedra preciosa es tan similar al diamante que incluyo los joyeros tienen dificultades para diferenciarlos. Para saber la diferencia sin emplear un equipo especial, sostén la piedra muy de cerca. Utiliza una linterna de bolsillo para iluminar su interior. Si ves los colores del arcoíris, es señal de una doble refracción. Esta es una propiedad propia de la moissanita, pero no del diamante.
  3. Deja caer la piedra en un vaso con agua y ve si se hunde hasta el fondo. Debido a su alta densidad, un diamante real se hundirá, mientras que uno falso flotará en la superficie o en la mitad del vaso.
  4. Calienta la piedra y ve si se quiebra. Calienta el supuesto diamante con un encendedor durante 30 segundos, luego déjalo caer directamente en un vaso de agua fría. La expansión y contracción rápida aplastará la resistencia a la tracción de los materiales más débiles como el vidrio o el cuarzo, haciendo que la piedra se rompa desde adentro. Un diamante real es lo suficientemente fuerte y nada le pasará.

Realizar una prueba profesional a los diamantes

  1. Solicita una prueba de calor. La estructura cristalina, hermética y compacta del diamante hace que el calor se disperse rápidamente; por lo tanto, los diamantes reales no se calentarán con facilidad. Las pruebas con calor duran alrededor de 30 segundos y a menudo son gratuitas. Tampoco afecta a la piedra en lo absoluto.
    • La prueba con calor funciona por las mismas razones que la mencionada en la sección anterior. Sin embargo, en lugar de medir si la joya se rompe bajo la presión de una contracción rápida, las pruebas con calor miden la cantidad de tiempo en la que el diamante retiene la temperatura.
  2. Solicita una prueba para determinar la combinación de diamante y moissanita. Muchos joyeros tienen aparatos especializados que pueden diferenciar al diamante de la moissanita y pueden indicar rápidamente si una piedra es un diamante auténtico o una falsificación.
    • Una prueba con calor tradicional no podrá determinar la diferencia entre la moissanita y un diamante real. Asegúrate de que la prueba se realice con un medidor de electroconductividad y no con uno térmico.
    • Si vas a realizarle pruebas a muchos diamantes en casa, puedes comprar una serie de medidores en línea o en tiendas especializadas en diamantes.
  3. Haz que lo examinen con un microscopio. Coloca el diamante bajo un microscopio con la faceta superior hacia abajo. Balancea suavemente el diamante de un lado a otro utilizando unas pinzas. Si ves un destello ligero de color naranja a lo largo de las facetas, el diamante podría ser en realidad zirconia cúbica. También puede indicar que se usó este material para rellenar las imperfecciones dentro del diamante.
    • Para obtener una mejor vista del diamante, utiliza el microscopio con una potencia de 1200x.
  4. Pesa el diamante en una balanza de alta sensibilidad. Los diamantes pueden distinguirse porque tienen unas diferencias muy finas en su peso. La zirconia cúbica pesa aproximadamente un 55 % más que un diamante con la misma forma y tamaño. Para hacer esta comparación, es necesario utilizar una balanza de alta sensibilidad capaz de medir hasta el nivel del quilate o del grano.
    • La única forma de realizar esta prueba con precisión es tener un diamante que sepas que es real de casi la misma forma y tamaño. Sin algo con que realizar la comparación, te será más difícil determinar si el peso es el correcto.
  5. Inspecciona el diamante bajo la luz ultravioleta (UV). Muchos (aunque no todos) diamantes exhibirán una fluorescencia azul bajo una luz ultravioleta o negra, de modo que la presencia de un azul intermedio a fuerte confirma su autenticidad. Sin embargo, la “ausencia” de azul no significa que la piedra sea necesariamente falsa, puesto que algunos diamantes no exhiben fluorescencia bajo la luz UV. La fluorescencia ligeramente verde, amarilla o gris bajo una luz ultravioleta puede indicar que la piedra es moissanita.
    • Si bien una prueba con luz UV puede ayudarte a reducir tu elección de posibilidades, de ser posible, intenta confiar en los resultados de esta prueba como indicadores definitivos de la autenticidad o falsedad de un diamante. Como se indicó anteriormente, algunos son fluorescentes bajo la luz UV mientras que otros no. También es posible “dopar” a los diamantes falsos, es decir, tratarlos para que brillen bajo la luz UV cuando normalmente no lo harían.
  6. Haz que lo examinen mediante rayos X. Los diamantes tienen una estructura molecular radiolúcida, es decir, no aparecen en las imágenes de rayos X. El vidrio, la zirconia cúbica y los cristales tienen cualidades ligeramente radiopacas que hacen que se vean claramente en una radiografía.
    • Si quieres examinar el diamante con rayos X, necesitarás llevarlo a un laboratorio profesional o hacer un arreglo con un centro local de imágenes por rayos X.

Obtener una prueba de la autenticidad del diamante

  1. Acude donde un tasador de diamantes respetable en tu área. La mayoría de tiendas minoristas de diamantes contratan a sus propios gemólogos y tasadores, pero muchos consumidores prefieren recurrir a la opinión de un profesional independiente que se especialice en la tasación de diamantes. Si vas a invertir en una piedra o si tienes curiosidad por saber el precio de una que ya tienes, querrás asegurarte de que sea tasada con exactitud.
    • Una tasación incluye dos pasos básicos: primero identificar y evaluar a la piedra en cuestión y luego asignarle un valor. Cuando acudas a un tasador independiente, sería ideal elegir uno con una licenciatura en Gemología expedida por un Instituto gemológico de tu país que no esté involucrado directamente en la venta de diamantes. De esta manera, puedes estar seguro de su trabajo.
  2. Haz las preguntas correctas. Además de averiguar si una piedra es falsa o no, un buen tasador puede responder a una variedad de preguntas relacionadas con la calidad de dicha piedra para garantizarte que no seas estafado. Esto es especialmente importante si ya has comprado o heredado un diamante. El gemólogo debe ser capaz de decirte lo siguiente:
    • Si la piedra es artificial o natural
    • Si se ha alterado el color de la piedra
    • Si la piedra se ha sometido a un tratamiento permanente o temporal adicional
    • Si la piedra coincide con la documentación de calificación que proporciona una tienda minorista
  3. Solicita un certificado de tasación. Sin importar las pruebas que hayas realizado, la forma más adecuada y confiable de determinar la autenticidad de un diamante es revisar la documentación y hablar con el gemólogo o el tasador. La certificación y la calificación te garantizan que los expertos han demostrado que la piedra es real. La prueba es especialmente importante en caso de que compres una piedra sin haberla visto, como al hacerlo en Internet. Solicita un certificado.
  4. Observa el certificado, ya que no todos son iguales. El certificado debe ser de una autoridad de clasificación (p.ej. GIA, AGSL, LGP, PGGL) o de un tasador independiente que esté afiliado a una organización profesional (como la Sociedad Americana de Tasadores), pero no a una tienda minorista.
    • Los certificados vienen con mucha información acerca del diamante, como su peso en quilates, sus medidas, sus proporciones, el grado de pureza, el del color y el de corte.
    • Los certificados también pueden incluir información que podrías no esperar que un joyero te diera, como:
      • La fluorescencia o la tendencia del diamante a emanar un resplandor tenue cuando se le expone a la luz ultravioleta.
      • El pulido o la suavidad de la superficie.
      • La simetría o el grado en el cual las facetas opuestas se reflejan entre sí de manera perfecta.
  5. Haz que registren la piedra. Una vez que sepas con certeza que el diamante es real, ya sea a través de una tasación independiente o de un laboratorio de clasificación, lleva la piedra a un laboratorio donde puedas registrarla y sacarle una “huella digital”. Esto garantizará que tienes una piedra real y que nadie podrá cambiarla sin que lo sepas.
    • Al igual que los humanos, cada diamante es único. La tecnología nueva les permite a los gemólogos cuantificar esa singularidad al producir una “huella digital” de tu joya. El registro generalmente cuesta menos de $ 100 y puede ayudar a propósitos de seguridad. Si te roban un diamante que tiene una huella digital y aparece en una base de datos internacional, puedes recuperarlo al presentar la documentación que pruebe que es tuyo.

Diferenciar los diamantes de otras piedras

  1. Reconoce a los diamantes sintéticos. Los diamantes sintéticos o creados en un laboratorio se calificarán como “reales”. Estos diamantes cuestan una fracción del precio de uno extraído, pero son (en su mayor parte) químicamente idénticos a los “naturales”. Un profesional será la persona más indicada para determinar la diferencia entre un diamante natural y uno sintético.
  2. Reconoce la moissanita. Es muy fácil confundir al diamante con la moissanita. Es difícil diferenciarlos pero esta última tiene un brillo un poco más intenso y también produce una refracción doble, lo que para muchos puede ser difícil de ver. Puedes iluminar el interior de una piedra y, si emana un brillo mucho más colorido y grande que un diamante conocido, entonces sabrás que se trata de moissanita.
    • El diamante y la moissanita tienen conductividades térmicas muy similares. Si solo usas un dispositivo para probar la autenticidad del diamante, indicará que es uno real cuando en realidad tienes una moissanita. Por eso es importante probar cualquier supuesto “diamante” en un dispositivo que pueda determinar la autenticidad de un diamante o de una moissanita. Para un joyero profesional, la mejor opción es optar por un dispositivo combinado que pueda reconocer ambos tipos de piedras.
  3. Reconoce el topacio blanco. Esta es otra piedra que puede parecerse un poco a un diamante para el ojo inexperto. Sin embargo, el topacio blanco es mucho más suave que el diamante. La dureza de un mineral se determina por su capacidad de rayar y de sufrir rayones al contacto con otros materiales. Una piedra que puede rayar a otras con facilidad sin sufrir un rayón es dura (lo opuesto ocurre con las piedras suaves). Los diamantes reales son algunos de los minerales más duros que hay en el planeta, así que busca rayones alrededor de las facetas del tuyo. Si tu piedra parece un poco “rayada”, es probable que se trate de topacio blanco o de otro sustituto suave.
  4. Reconoce el zafiro blanco. Contrariamente a la creencia popular, los zafiros no solo son azules. De hecho, estas joyas están disponibles en prácticamente cualquier color. Las variedades blancas de zafiro, las cuales parecen transparentes, a menudo se usan como sustitutos del diamante. Sin embargo, estas piedras no tienen el contraste intenso y brillante entre las zonas claras y las oscuras que un diamante real sí tiene. Si descubres que tu piedra tiene una apariencia borrosa o cubierta de hielo (es decir, sus áreas claras y oscuras no contrastan enormemente), probablemente se trate de un zafiro blanco.
  5. Reconoce la zirconia cúbica. Esta es una piedra sintética que se parece mucho a un diamante. La manera más sencilla de detectar una zirconia cúbica es por su color brillante. La zirconia cúbica emana un brillo naranja que hace que esta piedra sea fácil de identificar. Su origen artificial también puede darle una apariencia mucho más “clara” que los diamantes naturales, los cuales a menudo contienen manchas e imperfecciones pequeñas.
    • La zirconia cúbica también es conocida por exhibir un espectro mayor de colores que los diamantes reales al enfocar la luz sobre la piedra. El destello y reflexión de un diamante real debe ser en gran medida incoloro, mientras que una zirconia cúbica puede proyectar destellos coloridos.
    • Una prueba bastante conocida para determinar si una piedra es un diamante real es rayar un vidrio con ella. De acuerdo a la creencia popular, si la piedra raya el vidrio sin sufrir ningún rayón, se trata de un diamante real. Sin embargo, algunas zirconias cúbicas de alta calidad también pueden rayar el vidrio, de modo que esta prueba en realidad no es una forma definitiva de determinar la autenticidad de un diamante.

Consejos

  • Si en verdad quieres estar seguro de la autenticidad de tu diamante, acude donde un tasador independiente. Si le llevas la piedra a un tasador independiente, podrías llegar a pagar entre $35 y $75 (en los Estados Unidos). Asegúrate de nunca perder de vista a tu joya, ya que algunos joyeros poco éticos pueden cambiar o reemplazar tu diamante con una falsificación.
  • Real o no, solo disfruta de tus joyas. ¿En realidad importa si un diamante es real o no al momento de usarlo? A menudo, hasta los profesionales pueden ser engañados, así que relájate. Solo cuando compres o vendas la piedra es importante saber si es natural o artificial.

Advertencias

  • No hay forma de estar completamente seguro de que un diamante sea real a menos que haya un certificado de una autoridad de clasificación de renombre. Si compras un artículo en una casa de empeño, en el mercado o en un sitio web, te estás arriesgando.
  • No pruebes o demuestres la autenticidad de un diamante al rayarlo con algo. Si es real, no le pasará nada, pero podrías astillarlo o romperlo, ya que los diamantes son duros pero quebradizos. Puedes usar una lija para diferenciar algunos diamantes falsos de los reales, pero no es una prueba completamente confiable. Aunque no sea un diamante real, aún podría pasar la prueba del rayado, dado que muchas piedras preciosas son muy duras. Por otro lado, si falla, solo habrás arruinado innecesariamente una joya que se veía como un diamante.
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