Cómo ser un mejor cónyuge

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En las relaciones de todo el mundo, la gente suele confundir ser un buen cónyuge con otros comportamientos. Por ejemplo, ser servicial es parte de ser un buen esposo, pero no te hace un mejor esposo, así como tampoco pararte en tu garaje te hace un carro. Recuerda que se necesitan dos personas para hacer un buen matrimonio, pero sólo una para arruinarlo. Este artículo te ayudará a evitar ser la persona que lo arruine.

Pasos

  1. Tiempo. En efecto, el tiempo es donde el amor prospera en las relaciones. Puedes decir mucho de cómo una persona vive su vida y qué es importante para ella, por la forma en que pasa su tiempo y gasta su dinero. Así de simple. Debes priorizar lo que es importante y pasar tu tiempo en ello. ¿Es tu trabajo o un pasatiempo más importante que tu relación? ¿Cómo pasas tu tiempo?, ¿cómo pasa el tiempo tu cónyuge? Ya que este artículo es más extenso que la mayoría en wikiHow, realmente tómate un tiempo para leerlo. Puede ser un buen comienzo.
  2. Define dónde está tu relación. Es muy importante que te evalúes a ti mismo, a tu cónyuge y a la relación como un todo para determinar en qué necesitas trabajar más duro. Por ejemplo, ¿tu cónyuge siempre lava los platos?, ¿la misma persona que preparó la comida limpió? En este ejemplo, tal vez sea tiempo de dar un paso adelante y asumir parte de las tareas domésticas. Te darás cuenta que con una mejor definición de tu relación, cambiar tu pensamiento y comportamiento será algo casi automático.
  3. Cambiar es doloroso y muy difícil. En algunos casos puede ser violento y desagradable. Por ejemplo, un drogadicto que siempre está con una aguja en su brazo, sabe que necesita cambiar, pero no puede hacerle frente a los síntomas de abstinencia. La gente rara vez se niega a cambiar por no saber cómo, ellos se niegan a cambiar porque saben que será desagradable o incómodo. Si no controlas tu vida haciendo cambios ahora, los cambios tarde o temprano se darán de una manera que no podrás controlar. Cualquier cosa desagradable es mejor que algo impredecible. Si te enfrentas con dos males, elije uno que conozcas. Comprométete a hacer cambios aunque te duela, ya que tal vez no tengas otra oportunidad de controlar el cambio en sí.
  4. Recuerda que la gente necesita aventuras y variedad para ser feliz, incluso aunque no lo admitan. Por ejemplo, tu cónyuge tal vez tiene problemas de personalidad que lo hacen incapaz de tomar riesgos o no le permiten socializar. Es importante elegir una actividad; invita a tu cónyuge y haz que participe, incluso si ella (o él) se niega. Elige algo que creas que es emocionante pero nunca estuviste dispuesto a hacerlo. No tienes que exagerar. Por ejemplo, si siempre has estado dispuesto a asumir riesgos que pueden resultar en una lesión, puedes alquilar vehículos todo terreno (de cuatro ruedas), ponerte el equipo de seguridad necesario y avanzar cuidadosamente, no tienes que ser un demonio de la velocidad. Simplemente trata de que tú y tu cónyuge se escapen de la rutina cotidiana. Experimentando con diversas actividades, encontrarán algo que ambos encuentren desafiante, emocionante y gratificante.
  5. Piensa que tu relación es algo mecánico como un carro. No sería recomendable conducir tu carro sin detenerte para verificar cosas importantes como los fluidos. De vez en cuando “revisa el aceite” de tu relación. Llega a un acuerdo con tu cónyuge para visitar a un consejero matrimonial o incluso consejería espiritual, si ambos consideran que nada está mal. En muchas ocasiones, ambos integrantes de la relación tienen un comportamiento indeseable pero no son realmente conscientes. Algunas veces la mala comunicación u otras habilidades de relación carentes son simplemente dejadas de lado. Por ejemplo, John nunca habla con su esposa acerca de algo. Un amigo en común menciona que John tiene un problema de comunicación, y su esposa Jane simplemente se encoge de hombros y dice: “Él siempre ha sido así, es su manera de ser. He aprendido a vivir con ello”. Recuerda que la aceptación de un mal comportamiento no exime a tu relación de los efectos negativos que pueda tener.
  6. Trata de que tu relación no caiga en el estereotipo. De vez en cuando llama a tu cónyuge por su nombre, no “amor” o “cariño”. Si bien los nombres de las mascotas pueden ser positivos cuando se usan con moderación, si cada vez que abres la boca para hablar con tu cónyuge un “amoooooor” sale de ella, es muy probable que tengas un problema. Tal vez tu cónyuge empiece a dudar en secreto que no puedes identificar las diferencias entre él (o ella) y las otras relaciones que tuviste. Esto es algo malo.
  7. Trata de ser disciplinado. A nadie le gusta una persona con el trasero perezoso, así que asegúrate de levantar todo ese peso. Incluso si trabajaste todo el día, debes ofrecer cocinar, limpiar o hacer cualquier tarea que esté a la mano. No asumas que porque trabajaste duro todo el día, es justo esperar que tu cónyuge automáticamente asuma una tarea. A todos nos gusta un descanso. Ve a tu cama temprano y levántate temprano. Trata de ser disciplinado con tu vida, el aseo personal y la limpieza. Respétate a ti mismo y a tu cónyuge le será más fácil respetarte.
  8. No mimes a tus hijos o animales. Si no eres capaz de implementar reglas y hacerlas cumplir, entonces no tengas niños o mascotas que requieran disciplina. Acabarás teniendo un niño o una mascota insoportable que molesta constantemente a los demás (incluyendo a tu cónyuge) y con el paso del tiempo ocuparás el rol del “policía bueno/policía malo” en la familia. Por ejemplo, si no eres clara con las reglas referentes a los bocaditos que tu hijo debe comer, entonces él recibirá una llamada de atención severa por parte de tu cónyuge. De esta manera obligas a que tu cónyuge asuma una posición que no desea dentro en la estructura autoritaria. Recuerda, si tus niños o animales no te respetan, ¿cómo lo hará tu cónyuge? Claro, golpear a tu niño es una excelente idea. Además, golpear a un niño es una buena manera de… ¡criar a un delincuente! o al menos crecerá como un adulto con las que otras personas no puedan lidiar. Si haces esto, condenas al niño a una vida llena de frustración y aislamiento porque su comportamiento será indeseable para otras personas. En serio, ¡maneja la situación! Si no eres capaz de hacer cumplir las reglas, ¿entonces para qué crearlas?
  9. Mantente en forma y come sano. Nadie quiere casarse con alguien que haya tomado esa decisión en base a la apariencia, pero tampoco será agradable despertar seis años después junto a una albóndiga. Mantente en forma y come bien. Esto también te ayudará con tu resistencia sexual.
  10. Ten cuidado con los deseos y fantasías de tu cónyuge. Muchas fantasías que implican romper las reglas del matrimonio como engañar o tener parejas adicionales, casi siempre terminan mal y NUNCA son buena idea. En su lugar, trata de avivar la llama del deseo. Si eres un hombre, haz algo diferente para tu esposa, algo que jamás esperaría de ti; háblale de manera diferente o trata de vestirte como un bombero. Lo que sea que hagas, incluso si tu esposa se ríe de ti, ella lo respetará y te apreciará por tratar de satisfacerla. Si eres mujer, trata de usar una peluca que sea de un color diferente al color natural de cabello y habla con un acento fingido. Ambos pueden considerar cosas que sean apasionantes, desde usar una cámara, hasta el uso de juguetes sexuales o bocaditos en sus interacciones. Lo importante es hacerlo de una manera civilizada, respetuosa, y nunca levantar sospechas como “¿Así que crees que estoy loco por esa rubia con la que trabajo?, ¿es por eso que estás usando la peluca?”. No te hagas problemas. Si no puedes decidir, intenta algo sencillo como usar crema batida.
  11. Haz una lista con tu cónyuge. Pídele a tu cónyuge que haga una lista de diez cosas positivas que le gustan de ti y diez cosas que no le importan tanto. Las diez cosas que le no le gustan no tienen que ser rudas o vistas como algo negativo. Sólo interpreta esto como cosas que si él (o ella) pudiera cambiar en la relación, lo haría. No escojas aspectos imposibles de cambiar como la altura o la forma de la nariz. Las consecuencias serán indeseables. En su lugar, escoge cosas que tu cónyuge podría cambiar (aunque sea sólo un poco) si trabaja en ellas. Cuando ambos terminen la lista, intercámbienla. No te ofendas o trates de atacar a tu cónyuge por las cosas en la lista, trata de entender su perspectiva. Es importante entender que tu cónyuge tendrá estas opiniones o creencias ya sea si te las dice o no, así que la lista es algo bueno, incluso si es molesta de leer. Además, ahora tendrás una herramienta con las cosas positivas que le gustan de ti (lo cual puedes reforzar) y una lista de las cosas que no le gustan (así podrás trabajar en esos aspectos).
  12. Dile “Te amo” y demuéstralo. Elogia a tu cónyuge por razones verdaderas. Elije cosas que él o ella hagan que realmente aprecies, y díselas. Por ejemplo, un hombre puede decirle a su esposa después de la cena “Yo sé que trabajas duro todos los días cuidando a los niños y cocinando. Realmente aprecio esto más de lo que imaginas, porque reconozco que esas tareas pueden ser incluso más difíciles que mi trabajo”. Nunca asumas que tu cónyuge simplemente sabe cómo te sientes, ¡díselo! Sé respetuoso y elige los temas con cuidado. Decir algo como “Cariño, eres el mejor limpiador de inodoros del mundo, y eso realmente me encanta” sería tonto. Primero piensa y luego habla.
  13. Escucha las opiniones de tu cónyuge con frecuencia. Hazle preguntas, trata de escuchar en vez de hablar. Conocer a tu cónyuge es algo que no termina en el altar, sino que toma toda una vida.
  14. Maneja tu salud mental y tu bienestar emocional. ¡Trata seriamente cosas como la depresión, ira u otros problemas de personalidad! Los problemas de salud mental pueden empeorar con el tiempo. Si tarde o temprano las cosas terminan en un divorcio, tu cónyuge se preguntará “¿Dónde estaba él (o ella)?, ¿por qué no trabajó más duro para asegurarse que tenga la ayuda que necesitaba?” Observa la naturaleza: cuando las cosas van mal, los animales no se abandonan; ellos están ahí con su pareja hasta que pase lo malo.
  15. NUNCA seas infiel, no importa cuán buena parezca la oportunidad. Si no puedes controlar este comportamiento, necesitas terminar la relación lo más pronto posible. Ten la suficiente integridad para decirle a tu cónyuge que no puedes “mantener tus pantalones puestos” y que necesitas ya sea ayuda, o el divorcio. Está bien pensar que otra persona es atractiva, sólo trata de llevar esa energía a casa con tu cónyuge. No te expongas a situaciones socialmente incómodas. Y ten en cuenta: incluso si tienes una cónyuge muy madura, el hecho de que tenga montones de amigos del sexo opuesto y pase mucho tiempo a solas con ellos(as), nunca es una bueno. Va en contra del orden natural. Si insiste en tener amigos del sexo opuesto, entonces es mejor que te asegures de condicionar a tu cónyuge cuando pase tiempo con esos amigos(as). La confianza es buena, pero abusar de ella poniéndola a prueba constantemente, es malo. Si alguien te dice que no tiene celos en lo absoluto de donde estás, puede significar que está mintiendo y está muy celoso en el interior, no tiene respeto o atracción hacia ti o está engañándose a sí mismo y en realidad no le importa lo que haces.
  16. Reconoce y trata de eliminar los malos hábitos. No tomes o fumes en exceso. Nunca hagas algo como beber y luego conducir, o cualquier otro comportamiento que pueda poner en peligro la salud de la familia o de la relación. Recuerda que la cárcel NUNCA es un buen lugar.
  17. Trata de ser independiente. Consigue un trabajo, incluso si es aburrido y no tiene una buena paga. Nunca seas totalmente dependiente de alguien, con el paso del tiempo ellos se sentirán utilizados y manipulados.
  18. ¡Perdonar es “olvidar”! Si no puedes “olvidar” algo malo que hizo tu cónyuge, entonces díselo y haz planes para arreglar las cosas de cualquier forma que sea madura. Si elijes perdonar a tu cónyuge, entonces olvídate de lo que hizo. No toques el mismo tema seis años después diciendo algo como “esto es exactamente igual a lo que hiciste cuando…”. Uno de los problemas que la gente tiene a menudo, es no darse cuenta que el propósito de perdonar es beneficiar a la víctima, no al agresor. Perdonar es aliviar la carga para que la víctima siga adelante con su vida. Recuerda, la misericordia es una virtud muy poderosa.
  19. Recuerda que cuando amas a alguien, a veces las intenciones que esa persona tiene son más importantes que los resultados. Si tu cónyuge realmente se esforzó mucho en hacer algo especial para ti y falló, elógialo por completo y hazle saber que consideras el regalo aún más especial porque tomó el riesgo de complacerte. El complacer a alguien tratando de hacer algo que está fuera de tu alcance, muestra una gran cantidad de dedicación.
  20. Siempre respeta. Así de simple. Nunca maldigas o insultes, no importa cuán mal o enojado te sientas. Las heridas ocasionadas por palabras son las más difíciles de sanar; no digas nada cuando estés de mal humor o tenso en una discusión de la cual te puedas arrepentir durante años (o que pueda herir emocionalmente a tu cónyuge).

Consejos

  • Recuerda que a nadie le gusta fallar. Si tu cónyuge está tratando de lograr algo, ayúdala. Trata de estar ahí para ella (o él) y sé solidario(a).
  • Si tienes dificultades para entender alguien, entonces debes educarte a ti mismo antes de tratar de corregir a esa persona.
  • No te rías (o muestres otro signo de menosprecio) de cualquier cosa que tu cónyuge haya hecho para mejorar como persona en la relación.
  • Recuerda que tu relación es muy importante en tu vida y tienes que esforzarte mucho en el cuidado de ella, tal como si fuera tu cabello o tus uñas.
  • Haz cosas simples. Algunas veces una nota en una caja de cereal puede causar el mismo efecto que un diamante caro.

Advertencias

  • Nunca seas infiel en una relación, jamás termina bien. Al final de cuentas, cuando el orgasmo termina y vuelves a estar “sobrio”, sentirás tristeza, amargura o culpa. Simplemente no lo hagas.
  • No uses regalos materiales para satisfacer a tu cónyuge, salvo en ocasiones muy raras. La llamada “terapia de compras” no es algo bueno. Las personas que son emocionalmente sanas pueden ser tan felices mirando las vitrinas como comprando cosas. Si no es una necesidad seria, es sólo una monada.
  • Ten cuidado cuando propongas la consejería, incluso si la relación es saludable. Si tu cónyuge no está de acuerdo, trata de ir un par de veces y luego invítala de nuevo.
  • Ten mucho cuidado cuando hagas la lista de las cosas que te gustan y no. Sé gentil.
  • Recuerda que el amor y el odio son cuernos del mismo toro. Muéstrame algo que odies y te mostraré algo que podrías amar o hayas amado. Muéstrame algo que amas y te mostraré algo que podrías odiar. No cruces demasiadas líneas o límites con tu cónyuge.
  • Ten mucho cuidado cuando experimentes. Recuerda que algunas veces una fantasía sexual es sólo eso. Se llama “fantasía” por una razón, y esta es porque nunca la debes cumplir. Si lo haces, tal vez no la encuentres tan divertido como parece.
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