Cómo capturar y criar orugas monarca

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Las orugas de mariposa monarca son unas criaturas muy tiernas. Son muy selectivas con la comida y también muy propensas a problemas de salud. Sin embargo, la dedicación puesta en atraparlas, criarlas y finalmente dejarlas en libertad sí que da frutos cuando uno ve las alas de una preciosa mariposa monarca saliendo de una crisálida. Solo aproximadamente una de cada diez orugas llega hasta la adultez en la naturaleza; por eso, ¡hoy mismo conviértete en padre adoptivo de una de ellas!

Prepara el hábitat

  1. Investiga un poco. Es muy importante que, antes de salir a buscar a una de esas pequeñas amigas, te informes en internet acerca de las orugas y, en específico, de las del tipo monarca. Cuanto más sepas, mejor podrás cuidar a tus nueva amiga. Investiga acerca de la anatomía básica y las enfermedades comunes de orugas y mariposas. De este modo, sabrás qué hacer si tu pequeña amiga se enferma.
  2. Compra un contenedor portátil. Al igual que con otros animales, el tamaño de tu contenedor dependerá de la cantidad de orugas que quieras tener en él. Por ejemplo, un recipiente de mermelada completamente limpio resultará suficiente para una oruga, pero se requerirá de un contenedor mayor para dos o tres orugas. Los cargadores de viaje para mascotas pequeñas son una buena opción y pueden ser adquiridos hasta por $5. Para camadas más grandes, los contenedores de plástico transparente funcionan bien.
  3. Usa la tapa correcta. Contra lo que se cree comúnmente, las tapas de metal agujereadas de los recipientes de vidrio pueden provocar una ventilación escasa y causar que el interior se vuelva o muy caliente o muy húmedo. Si no estás utilizando un cargador de viaje con tapa con ventilación, reemplaza la tapa con una tela delgada y una liga.
  4. Encuentra el lugar óptimo para colocar el hábitat. Manténlo en un espacio con aire acondicionado y apartado de la luz solar. Es que la luz del sol provoca el crecimiento de moho y hongos, los cuales son perjudiciales para las monarcas.
  5. Añade piso. Aunque esto no resulte fundamental para el bienestar de la monarca, sí hace que el hábitat sea vistoso. Si lo que quieres es una apariencia natural, puedes utilizar la tierra de tu patio o comprar la tierra enriquecida de un vivero local. El papel periódico, el papel toalla o el papel normal también pueden usarse, puesto que facilitan la limpieza. Asimismo la grava de acuario, que da una buena apariencia. Si quieres, puedes colocar varios tipos de hojas encima de todo.
  6. Añade por lo menos una ramita de árbol por oruga. En ella, la oruga se convertirá en pupa. Preferiblemente, que sea deshojada.
  7. Añade algunos implementos. Puedes crear una hamaca a partir de ramitas y telas, o camas a partir de bolitas de algodón. Las decoraciones de los hámsters y de los acuarios también pueden servir.
  8. Encuentra y recoge algunos algodoncillos. El algodoncillo es la única planta que las orugas monarca comen. Busca en Internet cuáles son las variedades locales del algodoncillo y sal a buscarlas. En realidad, el algodoncillo es un tipo de planta muy común; el problema es identificarla. Una vez que hayas ubicado un algodoncillo, recoge tres hojas y ponlas en el hábitat. Igualmente, puedes comprar algodoncillos en un vivero para utilizarlos después.

Encuentra o atrapa unas orugas (o los huevos)

  1. Asegúrate de que sea la época adecuada. Es improbable que las encuentres en julio o agosto, y es incluso imposible desde noviembre hasta enero. Sin embargo, sí es posible encontrar huevos u orugas en cualquier otro mes.
  2. Busca algodoncillos. Con la excepción de bosques densos y húmedos, donde sea que haya algodoncillos existe la posibilidad de encontrar orugas monarca.
  3. Explora. Revisa en la cara inferior de las hojas de algodoncillo. Las mariposas monarca dejan un huevo por cada algodoncillo, de modo que el huevo puede estar debajo de cualquiera de las hojas. Si no hay ni huevos ni orugas bajo las hojas, sigue buscando. Los huevos son de color blanco claro y las orugas recién nacidas son blancas con manchas oculares negras. Cuando cumplen una semana, tienen rayas blancas, amarillas y negras.
  4. Captura. En cuanto creas haber identificado un huevo u oruga monarca, desprenda la hoja o tallo en el que se encuentre. No la manipule con las manos, ya que pueden ser aplastadas con mucha facilidad. Incluso cuando se es muy delicado con una oruga, el toque más ligero puede dañarles algún órgano.
  5. Decide cuántas orugas quieres. El tamaño del hábitat no es el mayor problema. El problema es que las orugas monarca contraen enfermedades con mucha facilidad. Si una se enferma, podría contagiar a toda la camada. Mientras más orugas tengas, mayores son las posibilidades de que alguna se enferme. Por eso, no es recomendable tener más de tres en un solo contenedor, no importa qué tan grande sea este. Para recipientes, el límite es de una oruga. Para contenedores tan o más grandes que un cargador de viaje, el límite es de tres.
  6. Trasládala. Si no posees un hogar permanente en el momento en que encuentras a tu oruga, ponla con tu hoja dentro de un recipiente de vidrio y trasládalo hasta el hábitat.

Cuida de la orugas

  1. Reemplaza los algodoncillos cada día. La única fuente de hidratación de las orugas es la hoja del algodoncillo, así que estas deben ser realmente muy frescas. Y no se trata solo de eso, sino que también las hojas secas pueden ser fuente de moho y enfermedades.
  2. Mantén la limpieza del hogar. Dado que las orugas comen mucho, es necesario limpiar sus desechos. Puedes usar un pincel suave y limpio para retirarlos diariamente. Un hábitat sucio atrae enfermedades.
  3. Conozca los signos de enfermedad. Si una oruga se enfermase, podría contagiar al resto. Entre las monarcas, los síntomas son que el cuerpo se ennegrezca y alargue. Si una oruga ya está enferma, retírale y reemplaza todas las hojas y ramas que encuentres en el hábitat.
  4. Haz un hábitat alternativo. Este funcionará como un depósito de enfermos. Basta con un recipiente pequeño con una sola hoja de algodoncillo.
  5. Se paciente. Tan pronto como tu monarca comienza a convertirse en pupa, déja hacerlo libremente. No la muevas, ni muevas la ramita en la que se encuentre. Retira todas las hojas que haya en el hábitat, a menos que aún haya orugas sin convertirse. La monarca saldrá a la luz en alrededor de diez días.

Libera las mariposas monarca en la naturaleza

  1. No las auxilies en su salida. Cuando tu monarca empiece a salir de la pupa, no intervengas. Es en esta salida que la monarca tiene la oportunidad de ejercitar por primera vez sus músculos, tal como un pollito usa sus nuevos músculos para romper y salir del huevo.
  2. Dale espacio y tiempo a la monarca. Una vez que hayas salido completamente de la crisálida, comenzará a aletear lentamente para bombear sangre hacia las venas de sus alas, por lo que debes asegurarte de que tenga el espacio suficiente para extenderlas. La monarca se tomará todo el tiempo que resulte necesario. Solo luego de esto tendrá la capacidad de volar.
  3. Despídete. Después de unas cuantas semanas divertidas, ha llegado el momento de terminar el trabajo. Lleva el contenedor a un sitio aislado, en el que la mariposa no sea comida inmediatamente por un pájaro, retira la tapa y espere hasta que tu pequeña amiga salga volando. ¡Felicitaciones!, ¡has conseguido hacer prosperar a la especie!

Consejos

  • A las mariposas monarca también les gusta el perejil; a veces se encuentra orugas monarca donde hay plantas de perejil.
  • Construye un hábitat hermoso. Uno bien decorado puede ser tan bonito como la más hermosa pecera.

Advertencias

  • Cuando recolectes huevos, ten cuidado de no esperanzarte mucho. Es que, incluso si se trata de un huevo blanco que has hallado en un algodoncillo, siempre queda la posibilidad de que sea un huevo de otra especie.
  • Por ninguna razón coloques recipiente con agua para tu oruga. Este puede ocasionar que el contenedor se ponga demasiado caliente o demasiado húmedo.
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