Cómo preparar frijoles horneados

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Los frijoles horneados, que se sirven tradicionalmente en una salsa deliciosa con cerdo o tocino, son un platillo saludable y versátil que queda muy bien como tentempié o como platillo central de una comida. Los frijoles horneados son fáciles de cocinar y más fáciles de comer, ya sean de lata o preparados desde cero. Esta receta muestra cómo hacer un platillo generoso de frijoles horneados que puede alimentar a tu familia completa y dejar sobras abundantes.

Dale vida a los frijoles enlatados

  1. Precalienta el horno a 162,78 °C (325 °F). Los mejores frijoles horneados se cuecen lentamente a fuego medio bajo para darles una consistencia espesa, de bien cocidos; no hay nada peor que unos frijoles horneados líquidos o caldosos. Asegúrate de tener el tiempo suficiente para revisarlos periódicamente durante las horas que estarán en el horno.
  2. Agrégale al tazón la salsa barbacoa, la melaza, la mostaza y el vinagre. Revuelve bien hasta integrarlos. Reserva.
    • Si no tienes melaza puedes tratar de sustituirla con ½ taza de azúcar morena. Si tienes melaza pero no es suficiente, sustituye 1 cucharadita de melaza con ½ taza de azúcar blanca.
  3. Corta a la mitad las rebanadas de tocino. En una sartén profunda fríe el tocino hasta que esté listo pero siga suave. No lo cocines hasta que quede crujiente, porque continuará cocinándose en el horno. Transfiere el tocino a un plato cubierto con servilletas de papel (para absorber la grasa) y resérvalo. Si hay un exceso de grasa en la sartén, puedes sacar una parte para usarla después. Sin embargo, deja en la sartén grasa suficiente como para que la veas moverse cuando inclines la sartén.
    • ¡Resiste la tentación de limpiar la sartén! La grasa que queda le agregará un sabor ahumado y carnoso al platillo final.
    • Si no le estás poniendo tocino a esta receta, simplemente calienta una cucharada de aceite (puede ser vegetal o de oliva) en tu sartén y úsalo para freír los ingredientes de los pasos siguientes.
  4. Agrega a la sartén la cebolla picada y el pimiento verde. Saltéalos en la grasa de tocino a fuego alto, hasta que estén suaves (esto toma normalmente de 2 a 4 minutos).
  5. Agrégale las latas de frijoles a la sartén. Conserva el calor revolviendo los ingredientes hasta que se incorporen bien. Si tu sartén no es lo suficientemente grande como para que quepan los frijoles sin derramarse, vacía todos los ingredientes a una sartén más grande o a una olla.
  6. Incorpora a la sartén la mezcla de salsa barbacoa y melaza. Revuelve los ingredientes para hacer un guisado espeso. Deja que el guisado hierva de 1 a 2 minutos.
  7. Transfiere la mezcla completa a una cazuela más grande o a un molde para hornear. Extiende las tiras de tocino cocido a través de toda la superficie de los frijoles horneados a intervalos regulares, si le estás poniendo el tocino a tu receta. El tocino seguirá cociéndose en el horno, dorándose hasta tener una consistencia buena y crujiente que complemente la textura suave y espesa de los frijoles.
  8. Cuece los frijoles a 162,78 °C (325 °F) durante 2 horas. Revisa periódicamente los frijoles para asegurarte de que no se sequen, la textura debe ser espesa no seca. Agrégales más líquido a tus frijoles si notas que se están secando. Puedes ponerles salsa barbacoa extra o la grasa de tocino, si acaso tienes. Si no, será suficiente con agua. Sácalos del horno cuando estén listos. Deja que los frijoles se enfríen ligeramente para que espesen. ¡Sírvelos y disfrútalos!
    • Los frijoles horneados son un excelente acompañamiento para las carnes asadas: sírvelos con costillas asadas, res o pollo. El pan de maíz es también un gran acompañamiento para los frijoles horneados.

Prepara los frijoles desde cero

  1. Pon en una olla unas 3,5 tazas de frijoles blancos. Sumerge los frijoles en mucha agua fría, más o menos en unas 3 veces del volumen de los frijoles. Deja que los frijoles se remojen en el refrigerador durante toda la noche. Los frijoles absorberán el agua, incrementando su volumen considerablemente.
  2. Al día siguiente, pon los frijoles y el agua en la estufa y caliéntalos hasta que empiecen a hervir suavemente. Deja los frijoles seguir hirviendo hasta que se suavicen, más o menos por 1 o 2 horas. Opcionalmente, agrégale 2 cucharaditas de sal. Los frijoles estarán suficientemente suaves cuando puedan triturarse fácilmente con los dedos.
  3. Cuela los frijoles, reserva el agua. El agua sobrante puede agregársele a los frijoles para evitar que se sequen mientras se hornean. El agua de la cocción sabrá mejor que el agua común porque tiene el sabor de los frijoles.
  4. Sustituye los frijoles enlatados del método 1 por los frijoles suavizados. Puede ser necesario que compenses la relativa sequedad de los frijoles, agregándoles más salsa barbacoa, más melaza, etc. porque los frijoles enlatados ya traen un poco de salsa. Usa el sentido común: mientras revises periódicamente los frijoles mientras se cuecen, será difícil que los dejes secar accidentalmente.
  5. Si no tienes tiempo para remojar los frijoles durante toda la noche, suavízalos rápidamente en el horno. Calienta tu horno a 162,78 °C (325 °F). Pon los frijoles secos en una olla con tapa, sumergidos en bastante agua. Déjalos cocerse en el horno hasta que se suavicen, de 90 minutos a 2 horas.

Variaciones de la receta

  1. Sustituye el tocino con cerdo salado (es carne del mismo corte del tocino, pero salada en lugar de ahumada). Los frijoles ahumados tienen una larga historia de gran riqueza: los nativos americanos ya cocinaban platillos parecidos a los frijoles horneados modernos en Nueva Inglaterra, aún antes de la llegada de los colonizadores europeos. Con frecuencia, las recetas antiguas de frijoles horneados en los Estados Unidos usaban cerdo salado en lugar de tocino; el cerdo salado era un ingrediente muy usado en ese entonces. El cerdo salado, al igual que el tocino, se obtiene de las porciones grasosas del puerco. Para darle a tus frijoles horneados un toque antiguo, prepara tu cerdo salado hirviéndolo brevemente para quitarle un poco de la sal y después fríelo en una sartén hasta que esté crujiente, como el tocino. Después, sustituye en la receta el tocino por el cerdo salado, en el método 1.
    • Para preparar un platillo de frijoles horneados verdaderamente auténticos de los nativos americanos, ponles venado (o incluso oso) en lugar de los productos de cerdo y ponles jarabe de maple en lugar de la melaza.
  2. Para darles más entusiasmo agrégale especias extras. Una muy buena forma de darle una buena “fuerza” a tus frijoles horneados, es picarles uno o dos chiles jalapeños cuando estés salteando las cebollas y pimientos verdes. Si eres especialmente aventurero, puedes agregarle a los frijoles hasta chile seco o una salsa súper picante mientras hierven suavemente en la sartén. Atención: no todas las personas pueden manejar el picante extra.
  3. Experimenta con los ingredientes líquidos. Modifica tu “salsa” de acuerdo a tu gusto. Si no te gusta la salsa barbacoa, ¡sustitúyela con salsa cátsup! Puedes usar salsa Worcestershire para modificar (o remplazar) la mostaza. También prueba poniéndole una pizca de tu especia favorita: por ejemplo, un poco de canela puede complementar fantásticamente la dulzura de los frijoles horneados regulares, dándoles un sutil sabor a “otoño”. Tu salsa solo está limitada por tu imaginación. ¡Haz tu propia receta especial y compártela con tus amigos!
  4. Listo.

Ingredientes

  • 3 latas de 800 g (28 oz) de frijoles blancos pre-cocidos O unas 3,5 tazas de frijoles cannellini o blancos secos (mira el método 2)
  • Opcional : 8 rebanadas de tocino (es mejor en rebanadas gruesas)
  • 1 cebolla picada en cubitos
  • ½ pimiento verde picado en cubitos
  • ¾ de taza de salsa barbacoa
  • 2/3 de taza de melaza
  • 2 cucharaditas de mostaza (de preferencia dijon)
  • ¼ de taza de vinagre blanco o de sidra.

Consejos

  • Disfrútalos con papas fritas, en una papa asada o sobre el pan tostado.
  • También es delicioso agregarles queso.
  • Puedes experimentar con sabores diferentes, hierbas y especias. ¿Alguien quiere chile (o chili) con frijoles?

Advertencias

  • ¡No te quemes!

Cosas que necesitarás

  • Una sartén grande y profunda
  • Una cazuela
  • Horno
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