Cómo ser un buen atleta

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Ser un buen atleta requiere mucho más que tan solo ser grandioso en un deporte. Esto también cuenta con una perspectiva mental, ya que prepararás tu mente y tu actitud para ser lo mejor posible en tu deporte. Si combinas una mentalidad adecuada con buenos hábitos de práctica y un estilo de vida saludable, esto puede ser de utilidad para seguir mejorando tu capacidad física y ser la mejor versión de tu persona.

Practicar para ser grandioso

  1. Trabaja con un entrenador. Es probable que conozcas muy bien tu cuerpo y tus habilidades físicas; no obstante, siempre es bueno contar con una perspectiva externa. Los entrenadores pueden ayudarte a establecer metas alcanzables, mantenerte centrado en lograrlas, y buscar maneras de ayudarte a mejorar si no puedes alcanzarlas. Existen diversos entrenadores que pueden trabajar con el acondicionamiento, la técnica y cualquier otro aspecto de tu condición física y tu nivel de habilidad.
    • Otra gran ventaja de los entrenadores es su trabajo en la planificación de tus ejercicios y rutinas. Con la ayuda de un entrenador, solo tendrás que preocuparte por asistir a tu sesión a la hora, mientras que tu entrenador tendrá listo el equipo y el horario para que te ejercites.
  2. Crea un programa individual. Para mejorar tu condición física, deberás centrarte en mejorar tus debilidades específicas. Practicar con el equipo es importante, pero también tendrás que reservar un tiempo para mejorar tus habilidades. Combinar tu rutina también es una manera eficaz de mejorar tu rendimiento en general y disminuir el riesgo de sufrir lesiones. Conversa con tu entrenador sobre las maneras de trabajar en tus debilidades específicas y desarrollar todos los aspectos de tu capacidad.
  3. Llega a tiempo. Al practicar, ya sea por ti solo o con un equipo, tu entrenador reservará un tiempo para trabajar contigo. Maximiza tu tiempo cerciorándote de llegar cuando sea la hora de empezar. Esto suele significar que si tu práctica empieza a una hora determinada (como las 9:00 a.m.), deberás estar vestido y listo para iniciar, no bastará con llegar a esa hora.
  4. Mantente concentrado cuando practiques. Tu mente podría deambular con facilidad mientras realizas tus rutinas y ejercicios. No obstante, será importante que te mantengas concentrado en lo que hagas.
  5. Descansa tu cuerpo luego de ejercitarte. Luego de haber terminado una sesión de ejercicios o de práctica, dedica un tiempo a darle un periodo de descanso a tu cuerpo. Algunos movimientos y estiramientos de baja intensidad son buenos para ayudar a restablecer tus músculos y procesar los desechos metabólicos. Asimismo, esta es una manera adecuada de relajarte a nivel mental luego de una práctica o un juego intensos.

Adoptar un buen estado mental

  1. Busca un deporte que te apasione. Si deseas convertirte en un gran atleta, lo mejor que puedes hacer es buscar algo que en verdad te importe. Esto puede ser un deporte que te guste jugar y practicar, algo que te ayudará a sobrellevar los días más difíciles. Además, si disfrutas lo que haces, sentirás menos estrés, lo que te ayudará a recuperarte mejor de las prácticas y las lesiones.
  2. Haz que tu deporte sea tu prioridad. Si ser un buen atleta te parece importante, tendrás que dedicar mucho de tu tiempo a mejorar. Es probable que no cuentes con el talento o la habilidad necesarios para convertirte en un atleta profesional, pero si reservas un tiempo para las prácticas y los juegos con frecuencia, podrás mostrar una mejora constante.
  3. Mantén una actitud positiva. Ser un atleta es una oportunidad para competir contra otros y alcanzar el éxito en alguna actividad. Concéntrate en las cosas grandiosas que puedes hacer, lo que te permitirá buscar la excelencia, no solo la perfección.
  4. Establece metas. Al iniciar un régimen de práctica o ejercicios, establece algo por lo que puedas trabajar. Los atletas grandiosos pueden establecer metas a corto y largo plazo que son realistas y alcanzables. Mejorar como atleta no solo dependerá de tu capacidad de establecer metas, sino también de alcanzarlas con frecuencia.
    • Establece metas de rendimiento. Estas son metas que te fijarás para lograr objetivos específicos durante el juego. Pueden comprender una puntuación o una cantidad determinada de puntos, o alcanzar otro marcador estadístico, como disminuir el tiempo que requieras para correr una distancia específica. Debes ser capaz de controlar estas metas con facilidad, así podrás observar lo cerca que estés de alcanzarlas.
    • Establece metas de hábitos. Estas metas están diseñadas para cambiar la forma en la que juegues, y hacer que te concentres en tu proceso en lugar de los resultados. Pueden tratarse de aspectos como cerciorarte de que tu cabeza esté levantada mientras haces un pase, o ir a dormir a una hora determinada.
  5. Visualiza el éxito. Alistar tu mente para lo que deseas y lo que sentirás cuando lo obtengas es una parte importante de ser un atleta exitoso. Los atletas de élite dedican tiempo a visualizar su propio éxito antes de que ocurra. Esto puede ayudarlos a tranquilizarse antes de una competencia, ya que pensarán en lo bien que se sentirá lograr sus metas, en lugar de estar nerviosos por creer que no podrán alcanzarlas.
    • Una manera de ayudar es identificar los éxitos que hayas tenido y concentrarte en ellos. Piensa en tus mayores logros, y lo que hayas sentido al obtenerlos. Esto será de utilidad para evitar que ahondes en los errores, lo cual es una manera certera de repetirlos.
  6. Sé humilde. Los atletas grandiosos no solo cuidan su cuerpo y desarrollan sus habilidades. Ellos también respetan a las demás personas que participen en su deporte, incluidos sus oponentes. Un buen atleta podrá controlar sus emociones, y no se sentirá demasiado furioso cuando las cosas vayan mal. Esto no solo lo ayudará a lidiar con los entrenadores y asistentes, sino también a superar a los adversarios difíciles o cualquier otro factor que pueda perjudicar la autoconfianza de un atleta.

Cuidar tu cuerpo

  1. Mantente hidratado. Sin importar el nivel de trabajo que realices, será importante que consumas la cantidad adecuada de agua antes, durante y después de tu actividad física. Si no estás hidratado de forma adecuada, tu cuerpo no podrá desempeñarse apropiadamente, y sentirás cansancio, fatiga, calambres y mareos, o incluso algo peor como el agotamiento por calor o un golpe de calor.
    • El American Council on Exercise brinda algunas recomendaciones para beber agua antes, durante y después del ejercicio. Bebe de 500 a 600 ml (de 17 a 20 oz) de agua 2 o 3 horas antes de empezar, luego 240 ml (8 oz) de 20 a 30 minutos antes del calentamiento o durante el mismo. Durante el ejercicio, bebe de 210 a 300 ml (de 7 a 10 oz) cada 10 a 20 minutos. Al terminar, deberás beber 240 ml (8 oz) como máximo 30 minutos después.
    • Si el clima es muy caliente, o el ejercicio es muy intenso, puedes aumentar un poco la cantidad de agua.
    • Al ejercitarte, podrás mantenerte hidratado y con energía si consumes bebidas deportivas. Busca bebidas con un alto contenido de carbohidratos y electrolitos, ya que estos te ayudarán a mantener tu energía.
  2. Obtén una nutrición adecuada. Comer saludable te brindará los nutrientes necesarios para desarrollar los músculos y mantener tu energía durante toda la práctica o el juego. Asimismo, un buen atleta podrá variar su dieta antes y después del ejercicio a fin de obtener los mejores beneficios de la comida. Los elementos específicos de tu dieta cambiarán según el tipo de deporte que practiques y la cantidad de entrenamiento que realices, así que no dudes en consultar con un entrenador, nutricionista o doctor para desarrollar la dieta más adecuada para ti.
    • Antes de ejercitarte, tendrás que consumir alimentos que te brinden la energía necesaria para hacerlo. Estos pueden ser comidas sencillas con proteínas magras, como el pollo, los vegetales y el arroz integral. Si necesitas algo rápido, busca carbohidratos fáciles de digerir, como la mitad de una banana o una barra energética con muchos carbohidratos.
    • Luego de ejercitarte, tu objetivo debe ser recuperarte. Debes consumir más alimentos con proteínas y carbohidratos para restablecer tu energía. Los alimentos como la leche (que contiene ambos elementos) son muy beneficiosos. Asimismo, para mejorar el proceso de recuperación puedes consumir alimentos como las mezclas de frutos secos con nueces o yogur y granola.
  3. Duerme lo suficiente. El sueño puede tener un papel importante en el rendimiento atlético constante y sólido. Dormir ayuda a regenerar tu energía y tu fuerza luego del ejercicio, lo que te permitirá estar en tu mejor condición posible al día siguiente para la próxima práctica o juego. El sueño constante también mantendrá bajos tus niveles de estrés. Esto te ayudará a mantenerte tranquilo y concentrado durante la competencia.
    • 8 horas de sueño suele ser lo ideal, pero puedes dormir un poco más o menos según tus necesidades y hábitos personales.
    • Si te encuentras en un periodo de mayor entrenamiento, o una ampliación difícil en tu horario, no dudes en incluir un poco más de tiempo en tu rutina para dormir. Una siesta adicional durante el día puede darte un poco más de energía para sobrellevarlo.

Consejos

  • Deberás enfocarte en entrenar para mejorar tu rendimiento en el deporte que hayas escogido, pero no temas realizar un entrenamiento mixto, el cual consiste en realizar ejercicios que no guarden relación con tu deporte. Esto puede permitir que ejercites otros grupos musculares para mantenerte en mejor estado en general, o que fortalezcas los músculos que no uses mucho durante la práctica.

Advertencias

  • Muchos deportes celebran a los atletas que pueden “jugar con dolor”, pero no descuides ni ignores tus lesiones. En ocasiones te lastimarás y tendrás que descansar y recuperarte. Si continúas practicando o jugando, podrías ser propenso a sufrir lesiones más graves.
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