Cómo curar el H. pylori de manera natural

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Muchas personas se sorprenden al saber que el número de bacterias en nuestro cuerpo sobrepasa al de nuestras propias células (¡en una relación aproximada de 10 a 1!). Un gran número de estas bacterias forman parte de una comunidad ecológica que es necesaria para garantizar la salud en todas las personas, esta es el microbioma. El microbioma puede afectar a nuestra salud general y nuestro peso. También puede determinar el riesgo de contraer enfermedades como una enfermedad cardiaca, diabetes, obesidad y derrames cerebrales. Las bacterias pueden causar varias infecciones que son perjudiciales para el bienestar de las personas. El Heliobacter pylori o H. pylori es una de esas bacterias que pueden causar úlceras en el estómago o en la primera parte del intestino delgado, el duodeno. El H. pylori infecta a un gran número de personas y causa úlceras en muchas. Es más, si bien se pensaba que las úlceras eran causadas por el estrés, las comidas picantes, el alcohol y los cigarrillos, la mayoría de las úlceras en realidad son causadas por estas bacterias.

Tratamientos naturales comprobados

  1. Bebe jugo de arándano. El jugo de arándano parece prevenir o inhibir a las bacterias para impedir que se adhieran al estómago. Un estudio recomienda beber 250 ml de jugo de arándano todos los días. Este estudio solo tuvo un 14 % de éxito al cabo de 90 días, de modo que probablemente sea mejor probar también otros métodos.
  2. Consume regaliz. El regaliz es un tratamiento tradicional contra las úlceras que se utiliza en la medicina india, china y kampo. Si bien se necesita una mayor evidencia, las pruebas existentes realizadas en animales y seres humanos son prometedoras. El regaliz parece evitar que las bacterias se adhieran al estómago, de modo que es mejor consumirlo en las primeras etapas de una infección.
    • Un componente del regaliz está relacionado con el aumento en la presión arterial. Puedes comprar un comprimido natural llamado regaliz deglicirrhizinazado (DGL, por sus siglas en inglés), el cual no posee dicho componente.
  3. Practica hábitos de higiene saludables. Para reducir el riesgo de infectarte con H. pylori, asegúrate de lavarte bien las manos y todos los utensilios que uses para cocinar y comer. Usa agua tibia y jabón para lavar. No compartas utensilios con nadie y asegúrate de que todo el que te prepare la comida emplee una higiene adecuada. Lava y enjuaga bien todas las frutas y vegetales con agua tibia jabonosa o con un producto para lavar frutas y vegetales.

Tratamientos naturales con posibles beneficios

  1. Comprende las limitaciones de los remedios naturales. Los tratamientos naturales contra el H. pylori se centran en una dieta nutritiva, el uso de normas de higiene comunes y el uso de medicinas botánicas, probióticos y otros suplementos específicos. No se ha demostrado que estos enfoques curen el H. pylori, pero pueden ayudar a prevenir y tratar la infección. Estos enfoques también pueden ayudar a reducir los síntomas, si experimentas alguno.
  2. Toma probióticos. Los probióticos son fuentes de bacterias y hongos “buenos” que normalmente se encuentran en el microbioma del cuerpo. Esto incluye a las especies de lactobacilos, acidophilus, bifidobacterias y al hongo saccharomyces boulardii. Puedes consumirlos como suplementos (siguiendo las indicaciones del fabricante) o en comidas. Las pruebas preliminares sugieren que puede ayudar a combatir elH. pylori.
    • Las buenas fuentes de probióticos son los alimentos fermentados como el kéfir, el chucrut, los pepinillos, la kombucha (un té fermentado), el tempeh, el kimchi y otros alimentos como el yogur, la sopa miso, el poi, el espárrago, el poro y las cebollas. Incluye estos alimentos en tu dieta, al menos 2 o 3 veces a la semana.
    • También puedes incluir probióticos 2 o 3 veces a la semana, lo que ayudará a las bacterias saludables en el intestino brindándoles comida. Los alimentos probióticos incluyen a los granos integrales, las cebollas, las bananas, el ajo, la miel, las alcachofas y los poros.
  3. Prueba los productos botánicos comestibles. Muchas medicinas botánicas cuentan con propiedades antibióticas (eliminan las bacterias). Se ha demostrado que las siguientes hierbas reducen el crecimiento del H. pylori en los cultivos de laboratorio. Esto está muy lejos de ser una cura completa para una infección existente, pero vale la pena intentarlo:
    • kion, el cual también podrá tener propiedades que reducen las úlceras;
    • tornillo, el cual también posee propiedades antibacterianas;
    • palillo o curry;
    • orégano;
    • canela.
  4. Considera la posibilidad de consumir suplementos de ginseng rojo coreano. Se ha demostrado en los animales de laboratorio que el ginseng rojo coreano cuenta con una actividad que combate al H. pylori. El ginseng rojo es diferente del americano y cuenta con una gran variedad de usos. Si bien muchos indican que el ginseng es eficaz para aumentar el rendimiento mental y la función sexual, este también reduce el nivel de azúcar en la sangre, aumenta la frecuencia cardiaca y puede elevar o reducir la presión arterial. Si quieres probar el ginseng rojo, primero habla con un profesional de la salud que sepa sobre el tema.
  5. Consume otros alimentos útiles. También se ha demostrado que el té verde, el vino rojo y la miel de Manuka presentan una actividad antibiótica que combate al H. pylori. Sin embargo, muchos de estos estudios se realizaron en cultivos de bacterias o en animales de laboratorio, así que no hay información sobre una dosis para humanos. Es probable que sea seguro incluir al té verde y a la miel de Manuka en tu dieta, pero debes beber el vino rojo con moderación. Estos alimentos pueden ayudar a combatir una infección.
  6. Ten una dieta nutritiva. No existe un vínculo sólido entre la nutrición y el H. pylori. No obstante, las filosofías de salud natural recomiendan el consumo de alimentos integrales no procesados para conseguir la nutrición necesaria que mejore el sistema inmunitario y fomente la salud del microbioma. Una dieta saludable incluye los siguientes alimentos:
    • proteínas de alta calidad:
      • cantidades bajas a moderadas de carne roja (de preferencia, de animales alimentados con hierba);
      • cantidades moderadas de aves de corral despellejadas;
      • cantidades bajas a moderadas de cerdo;
      • cantidades bajas a altas de pescado.
    • vegetales y frutas frescos (en una variedad de ricos colores):
      • El brócoli, en particular, contiene altos niveles de un químico llamado sulforaphane, el cual es efectivo para matar al H. pylori.
    • frejoles y legumbres como las lentejas.
    • los carbohidratos complejos encontrados en:
      • vegetales;
      • alimentos integrales;
      • granos como el arroz integral y la quinua;
      • frejoles y legumbres.
  7. Reduce tu consumo de alimentos procesados y empaquetados. Si bien la nutrición no es tan simple como “natural versus artificial”, la mayoría de los alimentos procesados son menos nutritivos y podrían incluir sustancias con efectos secundarios negativos (a veces, inclusive una respuesta inmune reprimida). Evitar estos alimentos probablemente dé lugar a una mejor salud general, pero es poco probable que tenga un efecto directo en el H. pylori.
    • Para verificar si un producto es procesado o empaquetado, revisa la lista de ingredientes. Mientras más larga sea la lista, más procesado será el alimento. Por lo general, los alimentos procesados suelen encontrarse en los pasillos centrales de las tiendas de abarrotes. Los alimentos menos procesados se encuentran en los pasillos exteriores e incluyen a los frejoles secos, las frutas y los vegetales frescos, el arroz integral, los alimentos a granel y los alimentos con un solo ingrediente.
    • Aléjate de las comidas precocinadas “rápidas y fáciles”. Nuevamente, estas suelen ser muy procesadas y contienen conservantes y otros químicos que en realidad no son alimentos.
  8. Combina varios métodos. Es probable que experimentes un mayor éxito combinando varios de los enfoques mencionados. Te sentirás mejor en general y será de utilidad para combatir el H. pylori si consumes una mejor dieta, usas las hierbas y especias sugeridas para agregar variedad y sabor a tus comidas, añades alimentos fermentados y complementas tu dieta con probióticos.
    • Sométete a un examen después de 2 o 3 meses de haber probado estos métodos para determinar si la infección persiste. En este punto, puedes considerar el uso de medicamentos antibióticos y para la reducción de ácidos recomendados por el médico. Siempre conversa sobre tus opciones con un profesional de la salud y sométete a un examen para asegurarte de que estás lidiando con una infección causada por el H. pylori.
  9. Llama al médico. Si estos métodos no te ayudan a sentirte mejor o si presentas algún dolor abdominal grave, sangre en las deposiciones (deposiciones negras que lucen como el alquitrán) o vómitos negros con sangre o vómitos que se parecen al café molido, ¡llama al médico de inmediato! Estos pueden ser signos de un problema grave.

Tratamientos que no surten efecto

  1. No esperes que beber agua solucione el problema. El consumo de agua no cura el H. pylori o las úlceras relacionadas. Estas últimas no se producen a causa de la deshidratación.
  2. No confíes ciegamente en el ajo. Las pruebas que involucran al ajo no muestran ningún efecto en el H. pylori ni reducción alguna en el índice de cánceres gástricos.
  3. Evita consumir el fenugreco como agente medicinal. Al menos para esta condición médica, el fenugreco no tienen ningún efecto.
  4. Averigua qué tratamientos no están basados en evidencia. Los siguientes remedios caseros no parecen tener una base en las evidencias. No tienen un mayor índice de eficacia que cualquier otra cosa que haya en tu cocina:
    • pimienta de cayena;
    • Scutellaria baicalensis (advertencia: si quieres probar este tratamiento, habla primero con un médico cualificado. Puede retardar la coagulación sanguínea, afectar los niveles de azúcar en sangre y disminuir la presión arterial).

Tratamientos médicos

  1. Toma un antibiótico. Si el médico determina que tienes una infección causada por el H. pylori, es probable que quiera que tomes un antibiótico para combatir la infección bacteriana. Es probable que el médico te recomiende consumir dos o más antibióticos por un mínimo de 2 o 3 semanas, o más, dependiendo de cómo respondes a los antibióticos.
    • Algunos de los antibióticos más comunes que se utilizan son la amoxicilina, la claritromicina, el metronidazol y la tetraciclina.
  2. Toma medicamentos para la reducción de ácido. Los medicamentos que reducen los niveles de ácido (inhibidores de la bomba de protones o IBP) o un tipo de medicamentos llamados bloqueadores H2 suelen recomendarse junto con los antibióticos. La reducción de niveles de ácido crea un entorno desfavorable para las bacterias y los antibióticos las matan.
  3. Usa una solución de bismuto. Además del reductor de ácido y el antibiótico, el médico puede sugerirte una solución de bismuto como subsalicilato de bismuto (p. ej., PeptoBismolTM). Las soluciones de bismuto como Pepto-Bismol no matarán por sí solas a las bacterias, pero sí son de utilidad cuando se les combina con los antibióticos y los medicamentos que reducen la cantidad de ácido en el estómago.
    • Alrededor del 70 al 85 % de las personas tratadas con estas combinaciones obtienen resultados negativos para el H. pylori después del tratamiento con todas estas tres medicinas. Hay una gran variedad de diferentes combinaciones posibles de dos antibióticos, una sal de bismuto y un medicamento para reducir el ácido, así que conversa con un médico para que te haga una recomendación.

Conocer al H. pylori

  1. Averigua la forma en que el H. pylori causa úlceras. El H. pylori daña el revestimiento del estómago que suele protegerlo de los ácidos estomacales requeridos para iniciar la digestión de la comida. Cuando este revestimiento ha sido dañado, los ácidos del estómago empiezan a “comerse” literalmente al estómago y al duodeno, y con el tiempo pueden causar fisuras (úlceras) que pueden sangrar y provocar un dolor significativo.
    • Este sangrado puede causar anemia, fatiga y debilitamiento, y el dolor y la incomodidad que lo acompañan puede debilitarte.
    • El H. pylori se relaciona con un tipo de cáncer estomacal y el linfoma gástrico de tejido linfoide asociado a mucosa (MALT gástrico). La infección también se relaciona con el riesgo reducido de contraer otro tipo de cáncer estomacal y un tipo de cáncer de esófago.
  2. Infórmate sobre cómo puedes contraer el H. pylori. Puedes infectarte con el H. pylori consumiendo alimentos y agua infectados, usando utensilios de cocina infectados o a través del contacto con los fluidos de otras personas infectadas. Si compartes un tenedor o una cuchara con una persona que está infectada, también podrías infectarte.
    • Las bacterias H. pylori están en todas partes. Puedes encontrarlas en aproximadamente dos tercios de la población adulta de todo el mundo, y los niños también pueden infectarse. Los índices de infección en los países en vías de desarrollo son más elevados que en los países desarrollados.
    • Para prevenir una infección, asegúrate de lavarte las manos antes de comer, en especial después de ir al baño. Solo bebe agua de una fuente limpia y segura, y asegúrate de que tu comida esté preparada de forma segura y siguiendo buenas prácticas sanitarias.
    • Es probable que no puedas evitar a la bacteria por completo, pero puedes reducir las probabilidades de infectarte con ella. Si comes bien y te mantienes saludable, tu sistema inmunológico se encontrará en buen estado para combatir a la infección.
  3. Reconoce los síntomas tempranos del H. pylori. La etapa temprana de una infección con el H. pylori puede no generar ningún dolor ni presentar síntomas. Es más, es probable que nunca sepas que tienes la infección, salvo que te sometas a un examen. Cuando hay síntomas, estos pueden incluir a los siguientes:
    • un dolor o una sensación de ardor en el abdomen (que puede empeorar si tienes hambre);
    • náuseas;
    • eructos;
    • disminución del apetito;
    • distensión abdominal;
    • pérdida de peso sin hacer dieta.
  4. Sométete a un examen para determinar si te infectaste con el H. pylori. El médico puede diagnosticar la presencia del H. pylori según tus síntomas y a través de diferentes exámenes de laboratorio.
    • La prueba del aliento con urea es una de las mejores formas de diagnosticar la presencia del H. pylori.
      • Se te pedirá que bebas un líquido que contiene una “etiqueta”, la cual puede ser un poco radioactiva o no radioactiva, dependiendo del examen empleado. Después de un periodo relativamente corto, se medirá tu aliento para determinar la presencia de urea. La urea y el amoníaco son subproductos generados por el metabolismo bacteriano e indican la presencia del H. pylori.
    • Un examen de heces verificará la presencia de la bacteria.
    • En raras ocasiones, el médico puede solicitar una biopsia del estómago, en la cual se analiza la presencia de la bacteria. Por lo general, una biopsia se realiza cuando se sospecha la presencia de un cáncer, pero es el método más confiable para el diagnóstico y algunos médicos la prefieren.

Consejos

  • Limita tu consumo de alcohol, chocolates, alimentos procesados y azúcares. Evita en especial los azúcares y los dulces, ya que estos brindan un entorno ideal para el crecimiento de bacterias no deseadas.
  • Evita comer alimentos no cocinados como el sushi, huevos pasados por agua, carne o filetes poco cocidos o término medio.

Advertencias

  • Siempre consulta a un médico antes de iniciar tratamientos caseros para la enfermedad.
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