Cómo componer un hombro dislocado

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Las articulaciones dislocadas, en especial las del hombro, son lesiones dolorosas que producen una discapacidad inmediata a corto plazo, lo que significa que es básicamente imposible mover la articulación hasta su recolocación. El hombro es especialmente vulnerable a las dislocaciones debido a que es la articulación más móvil del cuerpo, y las personas tienden a caerse con un brazo estirado, lo que pone a la articulación en una posición incómoda. Siempre es mejor hacer que un profesional de la salud capacitado se encargue de componer o colocar en su lugar un hombro dislocado, aunque a veces hay circunstancias inusuales (emergencias) donde debes hacerlo por tu cuenta. Si no vuelves a colocar un hombro dislocado de manera oportuna, a la larga podrías necesitar una cirugía que lo haga de la manera correcta.

Tratar una dislocación en el hombro

  1. Reconoce los síntomas. Por lo general, una dislocación en el hombro se produce por una caída sobre el brazo extendido o un impacto en el hombro desde la parte trasera. La lesión provoca un dolor repentino e intenso, seguido de una sensación o sonido similar a un estallido. El hombro se ve visiblemente deformado o fuera de lugar, y se produce rápidamente una hinchazón o moretones. El hombro quedará inmóvil hasta que vuelvas a colocarlo en su lugar.
    • Un hombro dislocado cuelga más abajo en comparación con el lado sano, y generalmente se ve una depresión o ranura en el músculo lateral (deltoides) del hombro.
    • La dislocación también puede causar entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo y la mano. Si los vasos sanguíneos están dañados, el antebrazo y la mano del lado lesionado se sentirán fríos y adoptarán un color azulado.
    • Aproximadamente en el 25 % de las dislocaciones en el hombro que suceden por primera vez hay fracturas en el brazo (húmero) o la cintura escapular.
  2. Inmoviliza el brazo. Mientras esperas a que llegue la atención médica, es importante que no muevas (ni intentes hacerlo) el hombro dislocado, sino podrías empeorar la lesión. Podría haberse producido una fractura ósea, daño nervioso o vaso sanguíneo desgarrado, por lo que cualquier movimiento puede tener consecuencias nefastas. Lo mejor es que flexiones el codo, envuelvas tu antebrazo alrededor de la zona del abdomen y lo mantengas en posición con un cabestrillo.
    • Si no tienes a disposición un cabestrillo, puedes hacer uno con una funda de almohada o una prenda de vestir. Ponte el cabestrillo debajo del codo o antebrazo y ata los extremos alrededor del cuello. Los cabestrillos inmovilizan y protegen el hombro de una mayor lesión, y generalmente reducen considerablemente el grado de dolor.
    • Aproximadamente el 95 % de las dislocaciones en los hombros se producen en dirección anterior, es decir, el hueso del brazo (húmero) es empujado fuera de su ubicación.
  3. Colócate hielo en el hombro. Es importante que te coloques hielo o algo frío en el hombro dislocado lo más pronto posible para inhibir la inflamación, lo que suele significar una menor cantidad de dolor. El hielo contrae los vasos sanguíneos pequeños (estrechamiento), lo que limita la cantidad de sangre e inflamación que pueda fluir hacia la zona lesionada y alrededor de ella. Aplica hielo picado en el hombro durante unos 15 a 20 minutos seguidos (o hasta que la zona se sienta adormecida) aproximadamente cada hora.
    • Siempre envuelve hielo en un paño, toalla o bolsa plástica delgados antes de que entre en contacto con la piel. De esta manera, evitarás el congelamiento o la irritación de la piel.
    • Si no tienes a la mano hielo picado o cubos de hielo, utiliza unas verduras congeladas que tengas en el congelador o un paquete de gel congelado.
  4. Toma medicamentos para el dolor. Después de inmovilizar el hombro dislocado y cubrirlo con una bolsa de hielo, considera la posibilidad de tomar un medicamento de venta libre para combatir la inflamación y el dolor. Por lo general, el dolor producto de un hombro dislocado se describe casi insoportable debido a todos los ligamentos, tendones y músculos estirados o desgarrados, así como las posibles fracturas en los huesos y grietas en los cartílagos. El ibuprofeno (Advil, Motrin) y el naproxeno (Aleve, Naprosyn) probablemente sean las alternativas más adecuadas gracias a que son antiinflamatorios potentes, aunque el paracetamol (Tylenol) puede también servir para controlar el dolor.
    • En el caso de que tu hombro dislocado también presente un sangrado interno considerable (notarás la presencia de muchos moretones), evita tomar ibuprofeno y naproxeno, pues tienden a “adelgazar” la sangre y reducir su capacidad para coagularse.
    • Si los músculos ubicados alrededor de la articulación dislocada sufren espasmos, también podrían recetarte un relajante muscular. No obstante, nunca combines diferentes tipos de medicamentos al mismo tiempo. Toma únicamente un tipo.

Volver a colocar el hombro en su lugar durante una emergencia

  1. Vuelve a colocar tu hombro únicamente en caso de emergencias. En la mayoría de las situaciones, lo más recomendable y, definitivamente, lo mejor es esperar a que llegue la ayuda médica profesional, pero en ocasiones no es posible. Si te encuentras en una situación aislada lejos de la atención médica (campamento, montañismo, viaje al extranjero), los riesgos potenciales de componer tu propio hombro (o el de un amigo o familiar) podrían no superar los beneficios de experimentar inmediatamente una menor cantidad de dolor y un aumento en la movilidad del brazo u hombro.
    • Como regla general, si puedes obtener atención médica dentro de las primeras 12 horas, espera con paciencia e intenta reducir el malestar con hielo, analgésicos y un cabestrillo. Si tienes que esperar más tiempo, en especial si tienes que mover un poco tu hombro para ir a un hospital, entonces puedes considerar la posibilidad de volver a ponerlo en su lugar.
    • Las principales complicaciones relacionadas con la autocolocación del hombro son un mayor desgarro en los músculos, ligamentos y tendones; daño en los nervios y vasos sanguíneos; hemorragia potencialmente mortal; dolor intenso que da lugar a la pérdida de conciencia.
  2. Solicita ayuda en una situación de emergencia. Si te ves obligado a considerar la recolocación de tu propio hombro durante una situación de emergencia, ten en cuenta que hacerlo sin atención médica es casi imposible. Como tal, solicita ayuda u ofrécele tu apoyo a otra persona en caso de que se trate de una situación de emergencia. Los demás podrían estar reacios a ayudarte debido a que no quieren causarte más dolor o arriesgarse a lastimar más tu hombro, así que intenta tranquilizarlos y liberarlos de su responsabilidad.
    • Si tienes que ayudar a otra persona a componer su hombro, asegúrate de tener su consentimiento y decirle claramente que no tienes entrenamiento médico (si corresponde). Procura evitar cualquier litigio en caso de que las cosas salgan mal.
    • Si tienes un teléfono y puedes hacer una llamada, intenta ponerte en contacto con los servicios de emergencia para obtener consejo y apoyo. Incluso si no pueden enviar personal médico, podrían brindarte instrucciones de utilidad.
  3. Recuéstate boca arriba y mueve el brazo hacia fuera. Probablemente, el método más sencillo que tienen los no profesionales para colocar la articulación del hombro en su lugar sea el siguiente: recuéstate boca arriba con el brazo lesionado lejos del cuerpo y formando un ángulo de 90 grados. Luego, un amigo o espectador deberá sujetarte la mano o la muñeca firmemente y luego jalar tu brazo con lentitud (pero con firmeza), lo que creará tracción. Jalar el brazo en ese ángulo permitirá que la cabeza del húmero se deslice por debajo del omóplato y de vuelta a su lugar con relativa facilidad.
    • No olvides jalar con lentitud y estabilidad (sin realizar movimientos rápidos o bruscos) directamente lejos del cuerpo hasta que hagas que la articulación del hombro vuelva a su lugar.
    • Apenas vuelvas a colocar el hombro, el nivel de dolor relacionado con la lesión disminuirá considerablemente. No obstante, el hombro seguirá siendo inestable, así que haz un cabestrillo y, si es posible, inmoviliza el brazo.

Recibir atención médica

  1. Acude al médico tan pronto como puedas. Al tratar un hombro dislocado, es importante acudir al médico (o un profesional de la salud debidamente capacitado) con prontitud, pues cuando los músculos, tendones y ligamentos alrededor de la lesión se contraen, la cabeza del húmero se vuelve muy difícil de recolocar sin la ayuda de una intervención quirúrgica. Lo más probable es que la primera medida que realicen la mayoría de los médicos sea una radiografía de tu hombro con la finalidad de descartar una fractura.
    • Si no hay presencia de una fractura o desgarro de consideración, el médico podrá realizar una maniobra de reducción cerrada en la articulación del hombro, aunque probablemente tengas que tomar un sedante, un relajante muscular potente o anestesia general antes del procedimiento, pues el dolor será intenso.
    • Uno de los métodos comunes de reducción para la articulación del hombro se denomina “maniobra Hennepin”, que consiste en la rotación externa del hombro. Mientras estás recostado, el médico flexionará tu codo en un ángulo de 90 grados y girará gradualmente tu hombro hacia fuera (rotación externa). Por lo general, un empujón suave mientras estás en esta posición será suficiente para colocar la articulación en su lugar.
    • Existe una serie de otras técnicas de reducción que emplean los médicos, dependiendo de lo que te resulte cómodo.
  2. Prepárate para la posibilidad de someterte a una cirugía. Si tu hombro se disloca con frecuencia (debido a una deformidad ósea o una laxitud del ligamento), hay huesos fracturados, o nervios o vasos sanguíneos desgarrados, necesitarás una cirugía para reparar el daño y someterte a una reducción abierta de la articulación. En ocasiones, la cirugía es la mejor opción, pues puede reparar cualquier daño interno así como estabilizar la articulación, lo que puede reducir considerablemente el riesgo de dislocación en el futuro.
    • Existen muchos procedimientos quirúrgicos que pueden realizarse, por la técnica a utilizar dependerá de la magnitud del daño y del estilo de vida o el nivel de actividad del paciente.
    • Algunos estudios sugieren que una reducción quirúrgica “abierta” podría ser el mejor método para los adultos menores de 30 años, pues tienen un menor índice de recurrencia y una mejor calidad de vida.
  3. Rehabilita tu hombro. Independientemente de que te hayas sometido a una reducción manual cerrada o a una reducción quirúrgica abierta, debes pedir que te deriven a fisioterapia para fortalecer la articulación de tu hombro. Los fisioterapeutas, quiroprácticos o terapeutas atléticos pueden enseñarte estiramientos específicos que te ayuden a recuperar toda la movilidad y rango de movimiento de tu hombro, así como ejercicios que fortalezcan y ajusten la articulación con la finalidad de reducir las probabilidades de sufrir una dislocación en el futuro.
    • Por lo general, necesitarás de 2 a 4 semanas de recuperación antes de acudir a fisioterapia. El uso de cabestrillo, la aplicación de hielo y el consumo de medicamentos de venta libre forman parte de la fase de recuperación.
    • El tiempo total para rehabilitarse y recuperarse de una dislocación en el hombro varía de 3 a 6 meses, dependiendo de la gravedad de la lesión y de si el paciente es atleta o no.

Consejos

  • Al cabo de unos cuantos días, cuando el dolor o la inflamación hayan desaparecido, la aplicación de calor húmedo en tu hombro podría relajar los músculos tensos y adoloridos. Las bolsas de hierbas para microondas son útiles, pero deberás limitar la aplicación de calor a solo unos 15 o 20 minutos por sesión.
  • Vuelve a colocar tu hombro tan pronto como te sea posible después del accidente, pues te será más difícil hacerlo si dejas que el tiempo pase.
  • Un hombro dislocado es una lesión diferente de un hombro separado. La segunda es un esguince del ligamento que une la clavícula con la parte delantera de la cintura escapular (la articulación glenohumeral no está dislocada).
  • Después de haberte dislocado el hombro una vez, correrás un mayor riesgo de sufrir otra dislocación en el futuro, sobre todo si participas en deportes de contacto.

Advertencias

  • Después de componer un hombro dislocado, siempre hay que revisar el pulso de la extremidad afectada, debajo del lugar de la dislocación. El pulso debe ser el mismo que el del otro brazo (la extremidad sana). Si es más lento o inexistente, entonces se trata de una emergencia y requiere atención médica inmediata, pues la muerte celular comienza con rapidez y podrías perder el brazo.
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