Cómo blanquear los dientes con bicarbonato

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Tener los dientes blancos puede ser un modo importante de mejorar tu confianza. Por suerte, no tienes que gastar mucho dinero en kits de blanqueamiento o tratamientos profesionales. Cepillarte o enjugarte con bicarbonato de sodio podría ayudarte a blanquearte los dientes, pero ten en cuenta de que debes usarlo con cuidado. Si quieres evitar la erosión dental, cepíllate con bicarbonato de sodio con moderación y no uses mucha fuerza. Ten en mente que el cambio de coloración es una señal de problemas dentales, así que ve a hablar con un dentista si no te has hecho una revisión en un buen tiempo.

Cepillarte con una pasta de bicarbonato de sodio

  1. Mezcla más o menos las mismas cantidades de bicarbonato de sodio y agua. Mezcla ½ cucharadita de bicarbonato de sodio con suficiente agua para formar una pasta, o de ¼ a ½ cucharadita, en una taza pequeña. Una pasta de entre 1 y 2 partes de bicarbonato de sodio y 1 parte de agua es más fácil de aplicar y más efectiva que el bicarbonato de sodio solo.
    • No hagas una pasta de bicarbonato de sodio y limón, fresa o algún otro jugo de frutas. Los jugos de fruta son ácidos y podrían desgastarte el esmalte de los dientes, en especial cuando se combinan con bicarbonato de sodio u otros productos abrasivos.
  2. Cepíllate los dientes con la pasta de bicarbonato de sodio por 1 a 2 minutos. Sumerge un cepillo de cerdas suaves en la pasta y frótalo suavemente sobre tus dientes en movimientos circulares. Cepíllate por todos lados en lugar de frotar 1 solo lugar durante todo el periodo de 2 minutos. No te frotes con fuerza o podrías lastimarte los dientes.
    • Otra alternativa es usar las puntas de los dedos para frotar suavemente la pasta sobre los dientes. Frota en círculos suaves, sin mucha fuerza.
    • Si tienes las encías retraídas, no te cepilles la base de los dientes ni alrededor de la línea de la encía con el bicarbonato. La sustancia que cubre los dientes debajo de las encías es más suave que el esmalte y es propensa a lastimarse.
  3. Enjuágate la boca cuando termines de cepillarte. Después de cepillarte por 2 minutos, escupe el bicarbonato de sodio y enjuágate la boca con agua o enjuague bucal. Enjuaga bien el cepillo también.
    • Ten en cuenta que no es recomendable enjuagarse después de cepillarse con una pasta dental con flúor porque hacerlo disminuye sus efectos beneficiosos. Por esta razón, no te cepilles ni enjuagues con bicarbonato de sodio apenas termines de cepillarte con la pasta dental regular. Si en realidad tienes que enjuagarte los residuos visibles después de usar una pasta dental común, emplea la menor cantidad de agua que puedas.
  4. Repite el proceso dejando un día por hasta 2 semanas. Lávate con bicarbonato de sodio dejando un día como máximo durante 1 a 2 semanas. Luego reduce la frecuencia a una o dos veces por semana solamente. Como es un abrasivo, usar el bicarbonato con mayor frecuencia podría lastimarte los dientes.
    • Ten en cuenta que lavarte los dientes con bicarbonato de sodio no debe sustituir el cepillado con la pasta dental regular. Cepillarse dos veces al día con una pasta con flúor, pasarse el hilo dental a diario y realizarse chequeos dentales regulares son las mejores formas de mantener tus dientes saludables.
    • Antes de cepillarte con bicarbonato de sodio, consulta con el dentista para ver si tus dientes son lo suficientemente saludables para este método. Es probable que sean sensibles a la abrasión y el bicarbonato de sodio podría provocar una erosión irreversible en los dientes.

Probar métodos alternativos

  1. Mezcla 2 partes de bicarbonato de sodio con 1 parte de peróxido de hidrógeno al 1 o 3 %. El peróxido de hidrógeno podría blanquearte los dientes, pero tienes que usarlo con precaución. Para probar este método, mezcla 2 partes de bicarbonato con 1 parte de peróxido de hidrógeno al 1 a 3 % para formar una pasta. Cepíllate los dientes con la mezcla durante 1 a 2 minutos, y luego enjuágate con agua.
    • Usa peróxido de hidrógeno con una concentración de 3 % o menos. Cepíllate con peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio, como máximo, una vez al mes.
    • Deja de cepillarte y enjuágate la boca con agua fría si sientes una sensación irritante. No uses este método si tienes encías retraídas o sensibles, pues el peróxido de hidrógeno puede provocar irritación y lastimar las raíces expuestas.
  2. Cepíllate los dientes con una mezcla de bicarbonato de sodio y pasta de flúor. Exprime la pasta dental regular en el cepillo de dientes, luego rocíale un poco de bicarbonato encima. Cepíllate los dientes como lo harías normalmente por 2 minutos con movimientos circulares suaves. Luego escupe y, si tuvieras que limpiarte algún resto blanco, enjuágate la boca con un poco de agua.
    • Así como con la pasta de bicarbonato de sodio y agua, cepíllate con esta mezcla con moderación. Pruébala dejando un día durante 1 a 2 semanas para comenzar, luego cepíllate con bicarbonato una o dos veces por semana como máximo.
    • También puedes comprar una pasta dental que ya contenga bicarbonato de sodio. Por ejemplo, en Estados Unidos, busca productos que tengan el sello de la Asociación Dental de este país (ADA, por sus siglas en inglés). De lo contrario, busca el ente regulador en tu país y busca su sello. Usa la pasta de acuerdo a las instrucciones.
    • Si tienes los dientes sensibles o que presentan erosión dental, evita las pastas que contengan bicarbonato de sodio o que se nombran productos blanqueadores.
  3. Haz gárgaras con un enjuague de bicarbonato de sodio y agua. Combina 1 cucharadita de bicarbonato y 240 ml (1 taza) de agua en un vaso, luego revuelve la mezcla hasta que el bicarbonato esté distribuido de manera uniforme. Toma un sorbo, haz gárgaras por 30 segundos y escupe la mezcla. Repite los pasos hasta que hayas terminado todo el vaso.
    • El enjuague de bicarbonato de sodio no erosiona los dientes, así que es seguro hacer gárgaras a diario.
    • Hacer gárgaras con un enjuague de bicarbonato de sodio blanquea los dientes de manera indirecta. El bicarbonato de sodio neutraliza los ácidos, así que ayuda a combatir la erosión dental que provocan los alimentos y las bebidas ácidas. Puede ayudarte a combatir las bacterias que provocan las caries y a estimular las buenas que crean una capa protectora sobre los dientes.

Consejos

  • No te cepilles las encías con bicarbonato de sodio o peróxido de hidrógeno.
  • No te cepilles una sola área de la boca por mucho tiempo. Divide 1 minuto o 1 minuto y medio entre todos tus dientes de arriba, luego cepíllate los de abajo por un total de 1 a 1 minuto y medio.
  • Recuerda no cepillarte con una mezcla de bicarbonato de sodio y jugo de limón u otras sustancias ácidas.

Advertencias

  • Consulta con un dentista si estás preocupado por blanquearte los dientes. Las manchas o la coloración podrían ser signos de problemas que requieren de un cuidado dental profesional.
  • No te cepilles los dientes con bicarbonato de sodio o pastas dentales abrasivas si tienes los dientes sensibles, lo que podría indicar una erosión dental. Cepillarte con productos abrasivos solo empeorará la situación.
  • No te cepilles con bicarbonato o peróxido de hidrógeno si tienes brackets o retenedores permanentes.
  • Para evitar una coloración dispareja o para no lastimarte tus trabajos dentales, no uses peróxido de hidrógeno o kits de blanqueamiento caseros si tienes coronas, carillas o chapas.
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