Cómo ser respetuoso con tu familia

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Ser respetuoso con tu familia empieza por ser educado. Esto también significa aprender a discrepar y escuchar a las demás personas, incluso cuando estás molesto. También puede significar estar simplemente ahí para la otra persona y demostrarle que te importa.

Ser educado

  1. Di “por favor” y “gracias”. A ti no te agrada cuando alguien te exige hacer algo sin pedírtelo de manera cortés. Sin embargo, en una situación con la familia es fácil olvidar eso y dejar de lado los detalles. Procura recordar y decir siempre “por favor”, “gracias” y “disculpa” cuando sea adecuado, incluso a tus familiares.
  2. Ten en cuenta tu tono. Este paso va de la mano con decir “por favor” y “gracias” e implica que a nadie le gusta recibir órdenes. Es importante prestar atención al tono que utilizas al hablar con tus familiares.
    • Por ejemplo, en vez de exigir y decir con un tono grosero “¡Consígueme un poco de jugo!”, podrías decir “¿Te importaría conseguirme un poco de jugo, por favor?”.
  3. Sé responsable con lo que tú mismo ensucies. Una manera de ser respetuoso y educado es limpiar tú mismo lo que ensucies. Si dejas lo que ensucias para que otra persona limpie, eso mostrará que no respetas su tiempo. Acomoda tus juguetes y artículos y ordena la ropa sucia. Limpia lo que ensucies en el baño y haz tu parte de tareas de la casa.

Aprender a discrepar

  1. Habla sobre tus sensaciones en vez de culpar a alguien. Esto significa utilizar “yo” en vez de “tú” cuando estés en desacuerdo. Si te molesta que tu hermana siempre esté mucho tiempo en el baño, habla sobre las sensaciones que eso te provoca en vez de ser acusador.
    • Por ejemplo, podrías decir “Yo siento que me faltas el respeto cuando no puedo estar suficiente tiempo en el baño ya que entonces no tengo suficiente tiempo para alistarme, por eso, siento que no estoy listo para el día”.
    • Utilizar “yo” ayuda a suavizar el tono. Ayuda a que la otra persona comprenda por qué estás molesto; no obstante, no apuntes con los dedos (esto hace que cualquiera se ponga a la defensiva).
  2. Respira profundamente. Todos se calientan un poco cuando la otra persona se molesta. El problema es que eso puede provocar que no pienses claramente y que digas cosas que puedes lamentar más adelante. Si sientes que tus emociones te dominan, pide tomarte un momento para calmarte. Trata de enfocarte en inhalar y exhalar durante algunos minutos o de contar números hasta que sientas que te calmaste.
  3. Mantente en el tema. Esto significa que no recuerdes cosas de discusiones pasadas a la otra persona. No le recuerdes que la última vez dijo o hizo algo equivocado. Esto solo intensificará las emociones y no ayudará en la discusión del momento.
  4. Escucha lo que la otra persona tiene que decir. En una discusión, uno suele simplemente querer hacer que su punto de vista sea conocido ya que obviamente uno piensa que tiene la razón. Sin embargo, debes tomarte el tiempo de escuchar realmente lo que la otra persona tiene que decir. Incluso si decides mantener tu punto de vista, muestra respeto a la otra persona dando credibilidad y tiempo a su punto de vista.
    • “Escuchar realmente” significa considerar de verdad lo que la otra persona tiene que decir. No te limites a sentarte ahí y a pensar en argumentos en contra.
  5. No grites. Gritar puede asustar a los niños y así también esto les enseña a gritar en vez de hablar sobre lo que les molesta. De manera similar, cuando gritas a un adulto creas algo de miedo, lo cual apaga a la otra persona y así no puede escuchar de verdad lo que tienes que decir.
  6. Mantente dispuesto a cambiar de opinión. Sin importar si eres el padre, cónyuge, hijo o hermano, algunas veces la otra persona tendrá un punto a favor. Esto significa que tendrás que estar dispuesto a cambiar de opinión si te das cuenta de que estás equivocado.
    • Este paso también incluye estar dispuesto a admitir que cometiste un error. Algunas veces cometerás un error y tendrás que disculparte. Por ejemplo, podrías decir “Ahora me doy cuenta de que estuve equivocado, realmente quisiera pedir disculpas por el error que cometí”.

Mostrar que te importa

  1. Muéstrate cuando hablen. Escucha realmente lo que la otra persona diga. Una forma de mostrar físicamente que estás escuchando es dejar de hacer otra cosa que hagas. Mira a los ojos a la otra persona. Deja que hable y no la interrumpas hasta que termine.
  2. Pasen tiempo juntos. Una forma de mostrar que valoras a otra persona es darle el regalo de tu tiempo. Pueden ver una película o cocinar la cena juntos. También pueden salir a dar un “paseo especial”. Realmente no importa lo que hagan, siempre y cuando se tomen el tiempo de disfrutar de la compañía de la otra persona.
  3. Apoya los intereses de tus familiares. Todos necesitan algún tipo de pasatiempo o salida y, a menudo, es distinto para cada familiar. Haz preguntas sobre cuáles son los pasatiempos de tus familiares de manera regular y asiste a eventos importantes si puedes, tales como ir a juegos de béisbol o a conciertos de bailes.
  4. Ofrece consuelo cuando alguien esté triste. Si te das cuenta de que un familiar está contrariado, trata de ofrecerle consuelo. Algo que puedes hacer es simplemente escuchar lo que le molesta y tratar de ayudar en lo que puedas.

Ser respetuoso con tus hijos

  1. Aprende el lenguaje del amor de tus familiares. “Lenguaje del amor” es el término que Gary Chapman utiliza para describir la forma en que las personas sienten amor. Esto significa que cada persona requiere distintos tipos de acciones para sentir amor de otra persona. Puedes utilizar su página web 5lovelanguages.com para dar exámenes y determinar el lenguaje del amor de cada familiar.
    • Conocer el lenguaje del amor de cada uno te ayudará a expresarles amor.
    • Por ejemplo, un lenguaje del amor son las palabras de afirmación, es decir, una persona necesita un estímulo verbal para sentirse amada. Otro lenguaje del amor son los actos de servicio, es decir, una persona se siente amada si la otra hace algo por ella.
    • El tercer lenguaje del amor es recibir regalos, es decir, los pequeños presentes hacen que este tipo de persona se sienta amada. El cuarto es el tiempo de calidad en donde pasar tiempo juntos hace que la persona se sienta amada. El último es el contacto físico en donde el amor se expresa con abrazos, besos y toques afectivos.
  2. Brinda estímulo a los niños. Los niños todavía están aprendiendo a ser educados y a pedir las cosas de manera respetuosa. Por lo tanto, cuando tu hijo te pida algo cortésmente, asegúrate de brindar estímulo de ese comportamiento.
    • Trata de ser específico respecto a tu elogio. Por ejemplo, cuando tu hijo te pida cortésmente si lo puedes disculpar en vez de ponerse a saltar en la mesa, puedes decir “Gracias por pedirlo de buena manera y por utilizar tus modales”.
    • También recuerda brindar estímulo por el esfuerzo intenso que ponga en algo y no solo por el producto terminado. Por ejemplo, sin importar si tu hijo gane o pierda en un partido de tenis, puedes decir que te sientes orgulloso de él por el esfuerzo intenso que hizo.
  3. Respeta la privacidad. Tu hijo empezará a establecer sus propios límites en lo que respecta a la privacidad. Dado que es su manera de afirmar su independencia, debes tratar de respetar ese punto tan a menudo como sea posible con algunas cautelas. Por ejemplo, si tu hijo es todavía bastante joven, es posible que tengas que estar en el baño mientras se bañe; sin embargo, puedes hacer alguna otra cosa más de modo que no sienta que te enfocas en él.
    • Recuerda a tu hijo que, de vez en cuando, el doctor o tú podrían tener que examinar su cuerpo para que así te asegures de que está sano.
    • Muchos niños empezarán a querer privacidad cuando estén en la escuela primaria. Sin embargo, si tu hijo parece sentirse muy avergonzado por su cuerpo, podrías tener que asegurarte de que todo está bien con él o ella ya que eso podría ser una señal de abuso sexual.
  4. Establece límites para tu hijo. Los límites son buenos para los niños ya que los ayuda a conocer sus lindes. Tus hijos al inicio podrían no verlo como una señal de respeto; sin embargo, los límites los ayudarán a convertirse en adultos positivos y colaboradores.
    • Planifica con anticipación y dile a tu hijos los límites en términos muy claros. Esto significa que ya tendrán que saber qué regla vas a aplicar antes de que la apliques y que tendrán que saber que no habrá ningún espacio para negociar. Utiliza una afirmación en vez de una pregunta, por ejemplo di “Por favor, limpia tu habitación antes de salir a la calle” y no digas “¿Puedes por favor limpiar tu habitación antes de salir a la calle?”. Esto no significa que tendrás que usar un tono duro, de hecho un tono neutro es mejor ya que no asustarás a tus hijos.
    • No tengas miedo de utilizar el humor para estimular la cooperación. A los niños les encantan los chistes y las voces bobas, por lo tanto, trata de hacer bailar el tenedor cuando quieras que coma o de hacer que el cepillo de dientes le hable.
  5. Aprende y enseña estrategias de afrontamiento. Cuando algo no te salga de la manera en que quieres, tendrás que aprender a lidiar con eso sin gritar. Por ejemplo, puedes utilizar técnicas para calmarte, como escuchar un disco compacto de meditación. Asimismo, puedes utilizar una forma creativa de expresarte, tales como dibujar, colorear o pintar.
    • A tus hijos también los puedes ayudar a hablar sobre sus sensaciones. Una forma de hacerlo es utilizar elementos visuales, por ejemplo, hojas impresas donde aparezcan distintas caras que muestren emociones. Haz que tu hijo te indique la que siente y luego haz que hable sobre cómo la relaciona con la situación. Podrías hacerle preguntas como: “¿cuáles son tus sensaciones ahora?, ¿puedes señalar la cara que muestra lo que sientes?, ¿qué te hizo sentir de esa manera?”.
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