Cómo defenderte

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Defenderte puede ser muy dificultoso si estás acostumbrado a dejar que otras personas se salgan con la suya o si eres una persona que complace a las demás personas. Es muy fácil que te cercenes cuando te limitas para acoplarte con todas las personas. Sin embargo, aprender a defenderte es una manera de asegurarte de que las personas te respeten y de que no traten de mangonearte o manipularte. Desaprender los hábitos antiguos de humildad y ganar una confianza para defenderte no sucederá de la noche a la mañana, pero la travesía de mejoría comenzará con el primer paso.

Creer en ti mismo

  1. Ten confianza. Desarrollar un gran sentido de confianza en ti mismo es el primer paso para defenderte. Si no confías ni crees en ti mismo, ¿cómo puedes esperas que otras personas las tengan?
    • Es fácil para las personas identificar cuando alguien tiene poca suerte y le falta confianza en sí mismo, lo que lo convierte en un blanco fácil. Si tienes confianza, las personas estarán menos propensas a molestarte o a identificarte como débil.
    • La confianza tiene que venir de adentro, así que haz lo que sea necesario para hacerte sentir mejor contigo mismo. Aprende una nueva habilidad, pierde algo de peso, repite afirmaciones positivas a diario; nada cambiará de la noche a la mañana, pero tu confianza crecerá con el tiempo.
  2. Establécete objetivos. Los objetivos te dan un sentido de propósito y de control sobre tu propio destino y te ayudan a comprender lo que realmente quieres. Esto es una parte esencial de defenderte y evitar que otras personas caminen encima de ti.
    • Motívate al establecer un objetivo ambicioso, pero realizable, para las próximas semanas o para los próximos meses o años de tu vida. Puede ser cualquier objetivo, un ascenso laboral en el trabajo, una calificación alta en tu próximo trabajo de collage o correr la mitad de una maratón, con tal de que te dé un sentido de valor propio.
    • Cuando finalmente consigas tus objetivos, recuerda tomar un momento para recordar cuánto has avanzado y para apreciar cuánto has logrado. Haz un juramento de que nunca te permitirás volver a ser la persona insatisfecha que alguna vez fuiste.
  3. Desarrolla una buena actitud. Tu actitud lo es todo ya que impacta la forma en que las personas te perciben e incluso la forma en que te ves a ti mismo. Tu actitud establece el tono de tu voz, la calidad de tus pensamientos y se refleja en tus expresiones faciales y tu lenguaje corporal.
    • Recuerda que tu actitud es contagiosa. Si eres una persona llena de vida, feliz y brillante, alentarás a las personas a tu alrededor a que se sienten bien consigo mismas y con el mundo que las rodea. Pronto contagiarás a las personas con la misma negatividad si eres una persona melancólica, pesimista y deprimida por todo.
    • Naturalmente, preferimos pasar el tiempo con una persona que nos hace sentir bien con nosotros mismos y estamos más propensos a escuchar y responder de manera positiva a alguien que tiene una buena actitud.
    • De igual forma, podemos desechar a una persona que trata de interpretar el papel de una persona tímida, la víctima o una persona oprimida permanentemente. Toma la elección de sentir y tener una actitud positiva y estarás en camino de defenderte.
  4. Deja de verte como una víctima. Cuando te comportas como una víctima, haces lo opuesto a defenderte. En lugar de ello, tiendes a alejarte de la responsabilidad de una situación y culpas a alguien por tus problemas.
    • Para muchas personas, la incapacidad de defenderse a sí mismas se arraiga en el miedo de ser rechazadas o de ser el blanco de burlas, debido a similares experiencias negativas que tuvieron en el pasado. Al escoger tomar personalmente estas experiencias negativas y meterse en un caparazón, dejas de defenderte y comienzas a interpretar el papel de víctima.
    • Si has tenido experiencias negativas en el pasado, lo mejor que puedes hacer es tratar de hablar al respecto con alguien en quien confíes. Esto te ayudará a averiguar la causa detrás de tu mentalidad de víctima y te permitirá dejarlo en el pasado, en vez que ocultarte detrás de este.
  5. Siéntete bien por ti físicamente. Si bien es cierto que no tienes que verte como un hombre de hierro o una mujer de hierro, tu apariencia importa, así que verte en forma, fuerte y saludable te dará una mayor confianza y te ayudará a defenderte.
    • Escoge una actividad que disfrutes hacer, ya sea entrenar con pesas, correr, bailar o escalar rocas, y dedícate a eso. No solo te verás y te sentirás mejor físicamente, ¡sino que también te divertirás bastante y te convertirás en una persona más interesante y plena en el proceso!
    • De igual forma, debes considerar comenzar una clase de artes marciales o de autodefensa. La disciplina interna mejorará tu confianza en gran medida y los movimientos que aprenderás para defenderte duplicarán tu confianza y te permitirán defenderte si te encuentras en una pelea física.

Aprender a ser asertivo

  1. Sé asertivo. La asertividad es fundamental para defenderte. No es una frase trillada, sino un medio auténtico para mejorar tus probabilidades de conseguir lo que quieres y para que se te escuche apropiadamente.
    • Ser asertivo te permite expresar lo que quieres, lo que necesitas y tus preferencias de una manera que demuestra que estás preparado para defenderte mientras sigues respetando a la otra persona. Involucra ser abierto y honesto acerca de tus pensamientos y sentimientos mientras tratas de lograr una solución mutuamente satisfactoria.
    • Cuando afirmas tus sentimientos y opiniones, se recomienda que utilices afirmaciones personales, en vez de unas de segunda persona, ya que son menos acusatorias y prevendrán que la persona opte por una actitud a la defensiva. Por ejemplo, en vez de decir "Nunca pides mi opinión", di "Me siento ignorado cuando tomas las decisiones sin mí".
    • La asertividad es por lo general una habilidad que se aprende, así que no te sientas mal si no te surge naturalmente. Hay disponibles muchos libros y cursos excelentes de entrenamiento de asertividad. Puedes comenzar leyendo los libros clásicos "Cuando digo no, me siento culpable" de Manuel J. Smith y "Perfecto derecho: guía para el Comportamiento Asertivo" de Robert E. Alberti. También puedes leer cómo ser asertivo y cómo comunicarse de manera asertiva.
  2. Aprende a decir que no. Aprende a decir "No" es la manera más difícil para defenderte y la más importante. Si sueles ser una persona que dice que sí y que no quiere decepcionar a nadie, te arriesgas a convertirte en una persona a la que todas las personas le caminen por encima y una persona de la que se aprovechen.
    • Por ejemplo, puede ser muy difícil decir que no si tu jefe sigue pidiéndote que te quedes a trabajar hasta tarde cuando tu compañero de trabajo no tiene ningún problema con salir por la puerta a las 6 p. m. Sin embargo, tienes que ser firme si esta carga laboral adicional presiona a tu vida personal y a tus relaciones. No pongas las necesidades de alguien más por encima de las tuyas; aprende a decir que no cuando sea necesario.
    • Aprender a decir que no te ayudará a defenderte ante tus amigos y ante las personas que te intimidan. Piensa en ese amigo que sigue pidiéndote dinero prestado, pero nunca te paga; la asertividad te permitirá pedir que te lo devuelva y decir que no la próxima vez mientras mantienes la amistad que tienen.
    • Las personas pueden desconcertarse al principio, pero aprenderán a aceptar tu nueva determinación que has encontrado e incluso pueden llegar a respetarla.
  3. Utiliza el lenguaje corporal. La manera en la que te paras, caminas y sientas causa una gran impresión en las personas. El lenguaje corporal positivo se puede utilizar para acopiar el respeto, el acuerdo y la confianza, mientras que el lenguaje corporal negativo (una mala postura y tratar de echarse atrás) es prácticamente una invitación a ser maltratado.
    • Utilizar un lenguaje corporal abierto demuestra a las personas que eres una persona confiada, segura de sí misma y con la que no se debe meter. El lenguaje corporal abierto incluye inclinarse hacia adelante, hacer contacto visual, pararse con las manos sobre las caderas y con los pies abiertos, utilizar gestos lentos y deliberados, enfrentar a las personas con el corazón cuando las conoces y no cruzar los brazos o las piernas.
    • El lenguaje corporal cerrado envía señales negativas y puede dejarte dispuesto a un ataque. El lenguaje corporal cerrado incluye cruzar los brazos, empuñar las manos, utilizar gestos rápidos y evasivos, moverse nerviosamente, evitar el contacto visual y voltear el cuerpo a otro lado.
  4. Practica defenderte. Defenderse a sí mismo no es algo que surja naturalmente para las personas tímidas, pero no hay problema con eso. Todo lo que se tiene que hacer es practicar. Pronto te convertirás en una persona más segura y más asertiva acerca de hacer que tu voz se escuche.
    • Algunas veces, no puedes defenderte solo porque no puedes articular lo que se tiene que decir en el momento correcto. Tómate el tiempo para escribir algunas buenas respuestas para las situaciones difíciles y practícalas con un amigo mientras utilizas un temporizador.
    • Haz que tu amigo finja ser una persona difícil o intimidante y que te bañe con humillaciones. ¡Coloca el temporizador por dos minutos y responde en seguida! Sigue haciéndolo hasta que agarres el truco.
    • De igual forma, puedes practicar defenderte en las situaciones pequeñas y diarias. Por ejemplo, en lugar de aceptar silenciosamente el café equivocado cuando el barista te da tu orden mal, aprende a decir "Disculpa, pedí leche descremada. Por favor, ¿puedes prepararme otro café?". ¡Pronto, tendrás la confianza para afrontar problemas más grandes y más importantes!
  5. Evita a las personas negativas. Otro aspecto de defenderte es confiar en tus instintos acerca de las personas y aprender a actuar en base a estos. Por ejemplo:
    • Si otra persona te deprime con su negatividad, no pases el tiempo con esta; comienza a distanciarte cortés, pero firmemente. No les debes a las personas difíciles ninguna explicación en cuanto a porqué pasas menos tiempo con estas.
    • Evita a las personas violentas, negativas y sarcásticas. No ganas nada por estar en su presencia y no les haces un favor al aguantar sus tonterías o al premiarles por su mal comportamiento.
    • Recuerda que evitar las fuentes de malestar y problemas no es huir, sino que es una parte importante de aprender a defenderte porque demuestra que no dejarás que las tonterías y la maldad impacten tu vida.

Resolver los conflictos

  1. Defiéndete de una manera calmada y razonable. Defiéndete verbalmente cuando se te ataque, provoque o margine y ocúpate de ti cuando alguien trate de denigrarte, encerrarte o incluso lastimarte físicamente.
    • No te quedes parado humeando; es mucho mejor expresar tus pensamientos. Incluso si el resultado no cambia, te demostrarás a ti y a otras personas que soportarás la falta de respeto.
    • Con mucha más frecuencia, una aclaración cortés, pero firme, del comentario o del comportamiento irrespetuoso será suficiente para llamar la atención a la necesidad de cambiarlo, en especial si hay una audiencia. Por ejemplo: "Disculpa, pero yo era el siguiente en la línea de espera y tengo tanta prisa como la persona que empujó".
    • Evita susurrar, balbuceara o hablar muy rápidamente. El tono de tu voz y la velocidad en la que te expresas es una parte importante de aclarar lo que quieres y cuán seguro te sientes.
    • Naturalmente, la manera en la que te defiendas dependerá de la situación y siempre prioriza tu seguridad si tratas con alguien volátil.
  2. No seas agresivo. Nunca debes recurrir a la agresión en el proceso de defenderte. Ser agresivo o violento es contraproducente y no te ganará ningún amigo.
    • Actuar agresivamente, verbal o físicamente, es representar tu dolor en pleno tecnicolor. No es una manera constructiva de conseguir lo que quieres y solo pondrá a las personas en tu contra.
    • Hay muchas probabilidades de que logres un resultado positivo si tratas los problemas tan calmada y objetivamente como sea posible. Puedes defender tu posición y ser firme y asertivo sin tener que elevar tu voz o sin tener que molestarte.
  3. Evita ser pasivo agresivo. Sé cauteloso de tomar respuestas pasivo agresivas hacia las personas y las situaciones.
    • Las respuestas pasivo agresivas son las que haces a regañadientes y contra tu voluntad y terminas lleno de resentimiento e ira, terminas odiando a las personas que te hacen sentir así y terminas sintiéndote deprimido e indefenso.
    • Esto afecta negativamente tus relaciones y pueden tomar una gran cuota de tu salud física y emocional. Por lo general, una perspectiva pasivo agresiva de la vida nunca te permitirá defenderte.
  4. Trata de convertir lo negativo en positivo. Otra manera de defenderte es tomar lo negativo que se te lanza y transformarlo en positivo. En el proceso de convertir los ataques para encontrar lo positivo, notarás con frecuencia que los sentimientos y los celos o la inseguridad son la raíz del ataque. Por ejemplo:
    • Si alguien alega que eres mandón, en vez de dejar que cause que te encojas más, toma esta evidencia como un hecho de que eres un líder natural, capaz de gestionar personas y proyectos y un agente proactivo del cambio.
    • Si alguien alega que eres tímido, tómalo como un elogio que quiere decir que no estás listo para saltar en la último oportunidad, sino que te gusta reflexionar primero las consecuencias y luego decidir.
    • Si alguien dice que eres muy sensible o emocional, deja que sea una señal de que tienes un gran corazón y que no temes dejar que todas las personas lo vean.
    • Si alguien sugiere que no estás tan orientado en una carrera profesional, tómalo como una manifestación que confirma que vives una vida sin estrés, lo que te ayudará a vivir más tiempo.
  5. No te rindas. Sin importar cuánto trates de incrementar tu confianza, habrán días en los que sentirás que retrocedes.
    • En lugar de verlo como una derrota en tu intento de aprender a defenderte, velo como lo que es: un día más o menos en el que las cosas se salieron temporalmente del carril antes de que te sintieras mejor y retomaras tu camino. Algunos trucos para ayudarte a retomar el proceso son:
    • Finge hasta conseguirlo. Actúa como si fueras una persona segura incluso si no lo eres.
    • Sé consistente en tu perspectiva. Las personas esperarán que la persona que eres ahora sea una persona que se defiende.
    • Espera que algunas personas vean tu posición más asertiva como desafiante. Puede requerir de tiempo volver a darles forma a los patrones que habías establecido con las personas que solían caminarte por encima. En algunos casos, notarás que ya no querrás ser parte de sus vidas; acepta las cosas según aparezcan.

Consejos

  • Utiliza una voz segura, consistente y estable. Habla con autoridad y confianza. Esto te ayudará a expresar tus pensamientos e ideas.
  • Ámate tanto como puedas. No te avergüences por tener miedo; ten en cuenta que a cada paso que des tendrás menos miedo.
  • No dejes que tu pasado debilite tu confianza en ti mismo porque la necesitarás para poder defenderte.
  • Evita gritarles a las personas; eso le brinda a las personas intimidantes una razón para reírse de ti o empeora una situación y demuestra claramente que has perdido el control. Incluso una persona asustada reaccionará finalmente con repugnancia.
  • Sonríe. Sonríe si no tienes miedo y si no te sientes intimidado; eso demuestra a las personas que no tienes miedo.
  • Asegúrate de no pensar de antemano en lo que dirás o harás.
  • Sé valiente y no escuches a otras personas.
  • No te excedas. Es diferente defenderte y parecer fuerte que verte ridículo mientras lo haces.
  • Piensa en que no eres menos que las personas, sino que eres igual a estas. Di comentarios que sean buenos y provechosos para otras personas. Definitivamente, las personas aceptarán esos comentarios si los dices de manera directa.
  • Confía en tus amigos y en las personas de confianza cuando no sientas que puedas defenderte solo. Defenderte no tiene que ser una travesía solitaria.

Advertencias

  • Evita decir ciertos comentarios como "Tengo que defenderme". Esto les informa a las personas que estás en entrenamiento, en vez de que tienes confianza. No les des esa ventaja; deja que asuman que ya te defiendes.
  • No te preocupes por las personas que creen que tu parte más asertiva es propia de una confrontación; puedes hacer unas sugerencias acerca de lo que pueden hacer para ayudarles, pero no tienes que explicarte, disculparte ni pegarte a estas. Es tu vida; ¡sigue defendiéndote!
  • No trates de encajar con las personas que te cambiarán. Encuentra a unos amigos que te acepten por lo que eres y asegúrate de que sean buenos amigos.
  • Este artículo es una guía, no un reglamento interno. Este debe residir en tu propio corazón y provenir de tus propias experiencias y preferencias. Toma lo que quieras y descarta lo que no se aplique a ti.
  • Otras personas que necesitan aprender a defenderse serán unos adversarios problemáticos. Sentirás instintivamente su dolor y sus debilidades porque reflejan tus experiencias, pero esto no es una razón para bajar la guardia y dejar que te lastimen o te falten el respeto. Ayúdales a ver un camino pasando sus comportamientos inseguros si puedes, pero no te les unas en su espiral de desdicha.
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