Cómo conservar una relación de novios

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Las buenas relaciones amorosas no son casuales, requieren de esfuerzo, pero como toda persona que esté en una buena relación te dirá, vale la pena. Sigue leyendo para que sepas qué hacer para nutrirla, para que se desarrolle y para conservar una relación de novios a largo plazo.

Ama a tu pareja por lo que es

  1. Trata de no cambiar a tu pareja. Reconoce que solo puedes cambiarte a ti mismo, no a él o ella. Este principio quizá sea el más difícil, pero es el más importante de una relación sólida. Nunca deberás iniciar una relación con el fin de “arreglar” a tu pareja. Tendrás que aceptar el hecho de que quizá nunca cambie. Hacer lo contrario será la receta perfecta para terminar frustrado y alienarla.
    • Podrías apoyarla para que haga cambios positivos en su vida, pero nunca deberás tratar ni tener la necesidad de cambiar uno de sus aspectos fundamentales.
    • Si no puedes aceptar a tu pareja por lo que es, tendrás dos opciones: fijar límites para que no te hiera o romper con la relación por completo.
    • Recuerda que los hombres y mujeres son diferentes, en otras palabras, los hombres diferentes y las mujeres diferentes no son iguales. No trates de someter a tu pareja a estándares de una relación pasada o a una ideal; hacerlo es algo injusto.
  2. No controles a tu pareja. Todos sabemos que la violencia es una manera inaceptable de controlar a tu pareja, pero recuerda que usar la culpa o la vergüenza es igual de perjudicial. Culpar o avergonzar a tu pareja para controlarla se considera abuso emocional. No intentes controlarla; esta es la extensión del paso anterior (“Trata de no cambiar a tu pareja).
    • Si no puedes ceder, entonces retírate de la relación, no trates de controlar ni cambiar a tu pareja para que funcione.
  3. Apoya sus aficiones. No tendrás que tener los mismos pasatiempos que tu pareja, pero deberás escucharla cuando te hable sobre sus aficiones y deja que tenga tiempo y espacio libre para las realice.
  4. No minimices las emociones de tu pareja. Si bien no todas las emociones son deseables (por ejemplo: la ira, el resentimiento y frustración), son normales. Si tu pareja está enfadada por algo, no la critiques por ello, porque no lo puede evitar. Las personas son responsables de la manera en que expresan sus emociones. La ira podría ser destructiva o constructiva. Tienes el derecho de criticar la manera en que expresa sus emociones y pedirle que lo haga de manera constructiva, pero no deberás criticar la emoción en sí. Al criticar sus emociones podrías hacerla sentir culpable, que se ponga a la defensiva y que se aparte emocionalmente.
    • Algunas expresiones destructivas de la ira son gritar y tirar objetos, mientras que algunas expresiones constructivas de la ira son conversar sobre el enojo y llegar a una conclusión.
    • Por ejemplo, no digas “No te molestes” ni “No deberías molestarte”. Decirle a tu pareja que no sienta algo será en vano y entorpecerá una mayor comunicación. Tu pareja no puede evitar estar enfadada. Más bien dile “Veo que estás enfadada, pero ¿podrías decirme la razón con calma?” y luego dialoguen juntos para llegar a la raíz del problema y llegar a una solución agradable para ambos.

Sé un buen oyente

  1. Escucha. No te dediques solamente a asentir con la cabeza y repetir “sí”, más bien practica para ser un oyente activo. Cuando lo hagas, tendrás que hacer preguntas y parafrasear sus ideas importantes para demostrarle que estás compenetrado con la conversación y te interesa. Nunca dejarás de aprender cosas de tu pareja (y viceversa), por eso recuerda que el aprendizaje comienza por escuchar. Una relación profunda exigirá cuidados y esfuerzo permanentes, pero verás que ese esfuerzo valdrá la pena por todo el apoyo, seguridad y amor que recibirás de esa persona que te conoce muy bien.
  2. Respétense entre sí. Escucha a tu pareja cuando hable. Respeta su opinión y deja que la exprese en su totalidad, aunque estés en desacuerdo. Tómate el tiempo para comprender sus puntos de vista, hazle preguntas y procura parafrasear lo que te diga.
  3. Ve a la raíz de los problemas y no trates simplemente de curar los síntomas. Si tú o tu pareja están descontentos, tómate el tiempo de explorar y comprender la fuente del problema y solucionarlo.
    • Por ejemplo, si tu esposa está enfadada porque has pasado demasiado tiempo con tus amigos y no quiere que salgas, podrías curar el síntoma y dejar de salir con tus amigos para siempre, pero esa solución no será saludable a largo plazo. Más bien, explora los diversos motivos por los que a ella no le gusta que pases tiempo con ellos. Hazle pregunta y escúchala sin juzgarla para descubrir sus motivaciones. Quizá veas que:
      • A) Está celosa de otras mujeres en los bares adonde vas con tus amigos. Solución: cambia de local o invítala a que vaya y vea que no pasa nada malo.
      • B) Piensa que no te gusta pasar tiempo con ella y que no la quieres. Solución: programa tiempo de calidad con ella y asegúrale verbalmente que también disfrutas de su compañía.
      • C) Piensa que al salir con tus amigos le das trabajo extra, sobre todo si tienen hijos, ya que como estás con tus amigos a ella le queda cuidar a los bebés sola. Solución: dile que ella también podrá salir un día con sus amigas. Asegúrate de no descuidar los quehaceres del hogar cuando salgas.

Sé cortés

  1. Enfadarse es una pérdida de tiempo. Cuando se tiene una relación, la meta deberá ser forjar conexiones y trabajar juntos para solucionar los problemas. Enfadarse podría hacerte creer que eres moralmente superior, pero no ayudará en nada a que la relación logre una solución. Deshazte de la ira, aunque tengas razón.
  2. Procura que las discusiones sean limpias. En el transcurso de todas las relaciones, siempre habrá desacuerdos, es algo normal, pero la manera en que los sobrelleves reflejará la salud de la relación. Los desacuerdos no serán la oportunidad para que ventiles todas las quejas juntas, tampoco para “estar a la par” con tu pareja y herirla emocionalmente. Los desacuerdos son la oportunidad para conversar sobre los diversos puntos de vista que se relacionan con el problema y para trabajar juntos con el fin de encontrar una solución.
  3. Esfuérzate para establecer contacto físico. Al principio de la relación, expresar el amor que uno siente será algo natural y regular. Uno espera con ansias poder tomar su mano o robarle un beso, pero después de unos cuantos años o décadas, incluso las relaciones más fogosas suelen enfriarse. Tomarse de la mano, los masajes de espalda y los besos ya no se existirán, sobre todo si se tiene hijos. Procura hacerte de tiempo para hacerlo y haz un consciente esfuerzo diario para tener contacto físico con tu pareja.
  4. Dile “gracias”. Exprésale tu agradecimiento todos los días. Aunque solo haga su “deber”, será importante agradecerle. Cuando tu esposo lave los platos, dile: “Gracias por lavar los platos”. Cuando tu esposa lleve a los chicos a dormir, dile: “Gracias por encargarte de los niños”. Parece algo sin importancia, pero esos detalles harán mucho para que tu pareja se sienta valorada, lo cual podría eliminar el resentimiento o el enfado que surge por la falta de valoración.
  5. Di “por favor”. No exijas nada de tu pareja, pídele las cosas con cortesía, aunque lo tenga que hacer. En vez de decir “Haz el jugo del niño”, di “¿Podrías por favor hacer el jugo del niño?”. Decir “por favor” cambiará una exigencia a un favor y ayudará a establecer una relación en donde haya respeto y colaboración.
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