Cómo limpiar una plancha de vapor y su base

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Aunque en la actualidad una plancha de vapor no se usa con trata frecuencia como en el pasado, sigue siendo útil para numerosas tareas del hogar: almidonar una camisa de vestir, refrescar la mantelería y las servilletas de tela, eliminar las arrugas de las cortinas y de las fundas de los muebles o hasta pegarle una calcomanía favorita a una playera ordinaria. Estos usos son un ejemplo de lo útil que puede ser que conserves tu plancha en buen estado de uso y funcionamiento. Con un poco de cuidado y una limpieza ocasional, podrás lograr que la plancha te dure por muchos años.

Limpiar el interior de la plancha de vapor

  1. Mezcla media taza de agua y media taza de vinagre blanco destilado. Hacer una solución de limpieza para la plancha con base de vinagre blanco que sirva para desinfectar, desincrustar y desodorizar es una manera económica de limpiar el interior de la misma. Esta también es la manera más sencilla de limpiar las partes de la plancha que, de otra manera, serían inalcanzables.
  2. Llena la reserva de agua con la solución de limpieza y calienta la plancha. Escoge la opción de temperatura más alta. Si tu plancha no tiene un selector de temperatura, escoge la opción de algodón en el selector de materiales.
  3. Pasa la solución de limpieza a través del interior de la plancha cuando esté caliente. Lograrás lo anterior si mantienes apretado el botón de vapor mientras presionas la plancha sobre una toalla acomodada sobre la tabla de planchar. Haz salir el vapor en chorros de entre 20 y 30 segundos en esta posición, hasta completar un minuto y medio de vapor.
  4. Vacía cualquier resto de solución de limpieza que haya quedado en la reserva. Si quedó un poco de solución después de la limpieza, asegúrate de desecharla o reutilizarla para alguna otra cosa. Ya pasó por la plancha y no será necesaria en el siguiente paso.
  5. Llena la reserva con agua limpia y repite el proceso del vapor. Esto asegurará que no quede nada de vinagre en los ductos y reserva de la plancha. Vuelca los restos de agua que hayan quedado en la reserva de la plancha.

Limpiar la base de la plancha

  1. Mezcla partes iguales de sal de mesa y de vinagre blanco destilado. La pasta resultante actuará como un abrasivo leve y te ayudará a quitar los depósitos difíciles pegados a la placa de la base de la plancha. Esto será de particular utilidad si la base está quemada y ya no se desliza suavemente sobre la tabla de planchar.
  2. Aplica la solución limpiadora y frótala sobre la base de la plancha con un paño suave y húmedo. Extiende una capa pareja de la pasta sobre la base de la plancha y límpiala suavemente con un paño húmedo haciendo movimientos de frotado. Retira todos los excesos.
  3. Vuelve a aplicar y repite tantas veces como sea necesario hasta que la base quede limpia. Sigue frotando y eliminando las acumulaciones de una manera suave y deliberada, teniendo cuidado de no rayar la placa de la base. Ten en cuenta que el daño en las superficies antiadherentes puede causar decoloración permanente y óxido.
  4. Presta especial atención a la limpieza de los ductos de vapor sobre la superficie de la base de la plancha. Con el tiempo, estos se pueden tapar con los minerales que contiene el agua de la llave. Si tu plancha tiene problemas para hacer vapor, quita todas las acumulaciones adentro o alrededor de los ductos de vapor con un cepillo de dientes, un mondadientes, un hisopo de algodón u otro objeto suave a fin de eliminar cualquier residuo visible del área.
  5. Usa un limpiador comercial para planchas si la placa de la base no está hecha de un material antiadherente. Algunas planchas de vapor tendrán bases o placas sin recubrimiento. Aunque estas se pueden limpiar con la ya mencionada pasta de sal y vinagre, también se podrían beneficiar de un limpiador comercial para planchas. Puedes utilizar un abrasivo extra fino como último recurso.

Mantener tu plancha

  1. Quita cualquier residuo de plástico derretido de la plancha. Enfría la plancha colocando la placa de la base sobre un recipiente poco profundo con agua helada. Esto endurecerá el plástico y te permitirá quitarlo fácilmente. Raspa y quita el plástico con un cuchillo de plástico sin filo, una espátula de plástico o el borde de una tarjeta de crédito.
  2. Utiliza láminas para la secadora a fin de mantener tu plancha brillante y con buen aroma. Pasa la plancha sobre una lámina para la secadora y luego por una toalla de mano. Alterna una y otra vez entre ambas. Esto mejorará el lustre de tu plancha al eliminar los aceites y las pequeñas partículas de tela quemada o de polvo.
  3. Llena la reserva de la plancha con el tipo apropiado de agua. Dependiendo de la dureza del agua corriente de tu localidad, la durabilidad de ciertas partes internas de tu plancha y la frecuencia con la que la uses, esta podría requerir de tipos específicos de agua. El agua de manantial siempre es apropiada, aunque el agua corriente filtrada es una opción similar y menos costosa.
  4. Revisa el cable de corriente con frecuencia. Nota cualquier daño, desgaste o torcedura en el cable de corriente. Ten en cuenta que los daños en esta área podrían representar un peligro potencial de incendio. Si el cable está dañado, no uses la plancha hasta que lo repares.
  5. Guarda la plancha adecuadamente. Nunca fuerces demasiado la plancha guardándola de costado o sobre la placa. Lo más recomendable es que la guardes en posición vertical en un área en la que esté estable y no se caiga. Esto también es una precaución de seguridad y asegura que de estar caliente, la placa de la base no tocará una superficie de tela que se pueda dañar si se calienta.

Consejos

  • En algunos casos, el uso de agua destilada o desionizada puede invalidar la garantía.
  • Recuerda revisar el manual de tu plancha para encontrar información específica sobre su uso.
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