Cómo estudiar para una prueba
Los exámenes parecen brotar como mala hierba, ¿no? Tomas uno y hay otro a la vuelta de la esquina. Empieza a demostrarle a esos exámenes quién manda como si fuera una ronda del juego de feria Whack-a-Mole. Pronto empezarás a obtener buenas calificaciones.
Tener una rutina de estudio exitosa
-
Crea un horario de estudio. El manejo del tiempo es clave para estudiar para un examen o exámenes. Si planificas tu tiempo, te sentirás menos apurado y podrás evitar tener que aprender todo apresuradamente un domingo a las 3 a m. Planifica la semana antes del examen para usar tu tiempo de la forma más efectiva.
- Trata de estudiar en el transcurso de una semana, no solo en una noche. Revisitar la información la traslada de la memoria de corto plazo (la que desaparece casi inmediatamente) a la de largo plazo, de donde puedes rescatarla más adelante. Idealmente, dale un vistazo al contenido cada día.
-
Empieza lo más pronto posible. Si empiezas teniendo todo bajo control, nunca tendrás que preocuparte por ponerte al día. Lee las asignaciones del libro de texto, haz la tarea y asiste a clases. El estudio que hagas en tu propio tiempo será entonces mucho más fácil.
- Organiza un cuaderno y una carpeta para la clase. Mantén todos tus papeles juntos para cuando tengas que sacarlos tres meses después. Mantén tu programa del curso accesible para usarlo como un esquema aproximado para la clase. No olvides continuar el estudio diariamente. ¡No lo dejes para el último minuto!
-
Pregúntale a tu profesor qué cosas quiere que estudies. Recuerda, ¡cualquier pequeño detalle puede convertirse en una pregunta en un examen!
-
Duerme. Bien, ya cubrimos cómo debes dormir en lugar de cambiar tu rutina normal para levantarte temprano para estudiar porque puede arruinar tus ciclos REM. Obtén lo más cerca posible a 8 horas de sueño. Tus calificaciones (y tus padres) te lo agradecerán.
- Sin embargo, antes de irte a dormir, revisa los conceptos más difíciles. Luego, cuando realmente te vayas a la cama, tu cerebro tendrá horas y horas para captarlo. Los temas de relleno puedes abordarlos a media tarde; deja que las cosas difíciles se cuezan durante la noche para una máxima retención.
-
Deja tiempo para el desayuno. Los estudios muestran que a los alumnos que desayunan antes de un examen consistentemente les va mejor. Pero debes mantenerlo ligero y saludable; enfocarte en esa masa de huevos, tocino y queso en tu estómago no te hará ningún bien. Cíñete a las frutas, vegetales, productos integrales y productos lácteos ligeros.
- De hecho, ¡las investigaciones dicen que tu dieta la semana anterior al examen también importa! A los estudiantes a los que se les puso en una dieta alta en grasas y carbohidratos les fue peor que a los que comieron solo frutas, vegetales y productos integrales complejos. Hazte un favor a ti, a tu cuerpo y a tu mente comiendo bien.
-
Evita aprender todo apresuradamente al último minuto. Estudiar la noche anterior al examen puede hacer que este sea aún más difícil; estarás con falta de sueño, atontado y tu mente no carburará bien. No debes recolectar montones de información en una noche; es imposible absorber tanta información a la vez. La verdad, te irá peor.
- Si no ves la lógica, cree en la ciencia. Los estudios demuestran que las personas que aprenden todo apresuradamente la noche anterior obtienen calificaciones promedio. Si estás buscando una calificación solo un poco por encima del límite entre pasar y reprobar, estudia todo apresuradamente. Pero si estás buscando algo un poco mejor, evítalo.
-
Estudia justo después de despertarte y justo antes de dormir. En la mañana, tu mente está fresca y clara. Aunque no creerías que funciona de esta forma (¡tan simple!), tu mente parece tener más espacio para absorber información justo cuando te despiertas. Por la noche, tu cerebro secreta químicos que cimientan la información en tu memoria, así que estudiar justo antes de dormir (y cuando te despiertas) es una apuesta segura. Cuando sepas los patrones de tu cerebro, ¡puedes aprovecharlos!
- Las investigaciones demuestran que, mientras más cerca de la hora de dormir absorbas la información, se quedará en tu cerebro por más tiempo. ¡Así que revisa antes de dormir! Lo que es más, las investigaciones también demuestran que dormir bien durante la noche lleva a mayores niveles de retención. ¿Recuerdas que dijimos que no debes aprender todo apresuradamente? Pues ahí está.
Estudiar de forma efectiva
-
Reúne un grupo de estudio. Según la Universidad de Duke en los Estados Unidos, los grupos de estudio más efectivos son de 3 o 4 personas. Una de ellas debe ser nombrada líder o representante; esta persona mantendrá al grupo por buen camino. Lleva algunos bocaditos saludables, un poco de música y acuerden el contenido de antemano. Hablar sobre el contenido hace que lo leas, veas, oigas y hables, lo cual es mucho mejor para la memoria.
- Es una buena idea dedicar la primera parte de la sesión a trabajar en conceptos. Estos a menudo son ignorados. Tengan una discusión sobre los conceptos en el material de esa semana o los puntos principales de un examen. Cuando tengan una discusión sobre ello, se volverá mucho más interesante (y memorable). Luego, trabajen en problemas específicos. Cuando hayan cubierto los conceptos, será más probable que los problemas se ordenen solos.
-
Elige unos cuantos lugares diferentes para estudiar. Investigaciones recientes han demostrado que tu memoria mejora si absorbes información en múltiples ambientes. Los científicos no están seguros exactamente de por qué, pero tiene algo que ver con enriquecer la información y hacer asociaciones con múltiples conjuntos de estímulos (codificando la información más profundamente). En casa, en la biblioteca, ¡todo sirve!
- Si puedes estudiar en donde vayas a dar el examen, hazlo. Si has escuchado de la memoria dependiente del contexto, sabrás de qué se trata esto. Es más probable que tu cerebro recuerde la información en el ambiente en el que la aprendió. Así que, si puedes llevar a tu grupo de estudio al salón de clases, ¡hazlo!
-
Toma descansos durante tu tiempo de estudio. Ya sea que tu periodo de estudio sea en casa o en la escuela, asegúrate de tomarte un descanso de tus notas. Bebe un poco de agua, camina o come algo. Pero asegúrate de que el descanso sea solo de unos minutos, alrededor de 5 a 10. ¡No lo hagas demasiado largo o te desviarás de la tarea y no estudiarás!
- Recuerda, solo estás tomando un descanso porque tu cerebro necesita asentar la información que ya ha ingerido. Tu atención mejorará y tu memoria será mucho, mucho mejor. No estás holgazaneando; simplemente estás estudiando de la mejor manera para tu cerebro.
-
Opta por alimentos potentes. Investigaciones recientes han demostrado que la cocoa es un alimento con superpoderes para el cerebro. El chocolate amargo tiene un efecto similar, pero asegúrate de tenga más del 70 % de cacao. Así que hazte una taza o toma una barra de chocolate y siéntete libre de culpa.
- El café y el té (un poco de cafeína) también ayudan. Mantenerte energizado es una gran parte de absorber información, pero no exageres y termines profundamente dormido unas horas después.
- El pescado, las nueces y el aceite de oliva (todos altos en omega 3) también son alimentos superpoderosos para el cerebro. Haz que tu comida antes del examen sea alta en estos alimentos y tu cerebro estará listo y ansioso de empezar.
-
Haz que sea divertido. Escribe la información en fichas y luego decóralas. Asegúrate de que las tarjetas no tengan escrito un ensayo completo de información o serán imposibles de descifrar. Puedes hacerte preguntas a ti mismo o a otros y trabajar con las fichas mientras esperas el autobús, mientras caminas a clase o simplemente mientras estés matando el tiempo.
- También es más probable que recuerdes algo si lo asocias con una historia disparatada. ¿Estás tratando de recordar que la única guerra que se llevó a cabo durante el mandato de un presidente de los EE.UU. fue la Primera Guerra Mundial y que el presidente fue Woodrow Wilson? Bueno, las iniciales de Wilson son WW, así que imagínalo con uno de esos dedos de espuma gigantes que se venden en los partidos de béisbol. O imagina una pelota de vóleibol gigante marca Wilson pintada como si fuera la Tierra y rebotando entre EE.UU. y Alemania. Lo que quieras.
- Los gráficos e imágenes son mucho más fáciles de recordar que oraciones aburridas e interminables. Si puedes hacer que el material sea más interactivo y agradable a la vista, hazlo. Valdrá la pena.
- ¡También usa mnemotécnicos! Tu cerebro solo puede recordar un determinado número de cosas (el número mágico es 7, aparentemente), así que, si puedes agrupar un montón de información en una sola frase (por ejemplo, "Mi Vecina Tiene Muchas Joyas, Solo Una No Presta" para recordar los planetas del sistema solar), podrás maximizar tu memoria.
-
Separa el contenido en partes. La forma más fácil de hacer esto es con resaltadores. Usa amarillo para términos de vocabulario, rosado para fechas, azul para estadísticas, etc. Cuando estés estudiando, tómate el tiempo de revisar todos los diferentes tipos de información de forma que tu cerebro no se sature con números, fechas o información difícil de procesar. No practicarías baloncesto solo lanzando tiros todo el día, ¿verdad?
- De esta forma, cuando estudies, debe ser bastante fácil ver los conceptos más generales versus los detalles más finos. Cuando estés ojeando el material, enfócate solo en las cosas importantes. Cuando realmente te estés sumergiendo en el tema, indaga en los detalles.
- Se ha demostrado que estudiar diferentes tipos de material en una sesión deja una impresión más profunda y duradera en el cerebro. Es la misma razón por la que los músicos practican escalas, piezas y trabajo rítmico y los atletas hacen entrenamientos de fuerza, velocidad y habilidad. Así que, en una tarde, ¡aborda todos esos colores!
Reducir la ansiedad por el examen
-
Toma un examen de prueba. Esto es útil por dos razones: A) Estarás menos nervioso cuando llegue el verdadero examen (lo cual puede ser bastante perjudicial para tu calificación) y B) Te irá mejor. Un estudio reciente de la Universidad de California en Berkeley demostró que los estudiantes a los que se les examinó sobre la información que acababan de aprender les fue mejor que a aquellos a los que se les pidió que documentaran lo que estaban aprendiendo.
- Así que escribe un examen de prueba y pídele a un amigo que haga lo mismo. Luego pueden calificarse el uno al otro y cosechar los beneficios. Y, si puedes hacer que todo el grupo de estudio participe, mucho mejor. Mientras más real se sienta, te sentirás y estarás más preparado cuando llegue el día del examen.
-
Revisa esa mañana si te calma los nervios. Esto es bueno por exactamente las mismas dos razones que se mencionaron en el paso anterior. Debes estar lo más tranquilo y relajado posible, y revisar justo antes del examen logrará esto. Lo que es más, retendrás la información (¿recuerdas que el cerebro está más claro justo cuando te despiertas?). Así que, de camino a clase, saca tus fichas por última vez.
- Solo revisa lo simple. Tratar de comprender los conceptos más grandes y difíciles cuando solo tienes diez minutos en tu caminata a clase no te hará ningún bien. Terminarás poniéndote nervioso (el efecto opuesto a lo que quieres). Solo prepara a tu cerebro para el contenido.
-
Mentalízate antes de clase. Algunas personas llegan hasta a meditar antes de clase. El yoga también ayuda. Cualquier cosa que relaje tu respiración y te ayude a mentalizarte será útil. ¿Qué es lo que te ayudaría a ponerte en ese espacio mental?
- Considera escuchar música clásica. Aunque no hace que seas más inteligente, como algunas personas creen (o solían creer), puede mejorar tu memoria. Si quieres ser muy específico, escucha música que tenga 60 bpm. Ahí es cuando los beneficios serán mayores.
-
Asiste temprano. Si estás corriendo, corriendo, corriendo, estarás estresado, incluso si sabes lo que has estudiado. Asiste a clase temprano, saca tus materiales, hazle preguntas a tu amigo (y pídele que haga lo mismo contigo), masca un poco de chicle y acomódate. Es tiempo de enseñarle a este examen quién manda.
-
Resuelve primero las preguntas fáciles. Una forma fácil de estresarte y perder la calma es enfocarte en preguntas cuya respuesta no conoces. Empiezas a preocuparte por el reloj y pensar en que no estudiaste lo suficiente. No caigas en esa trampa; pasa a lo que sí sepas. Luego puedes enfocarte de frente en las cosas difíciles.
- Mientras más tiempo pases en una pregunta, arriesgas más tiempo dudando de ti mismo. Debes confiar en tu intuición. ¡Has trabajado duro! No dudes de ti mismo. Regresa a esa pregunta más tarde y es posible que tengas la mente más clara.
Consejos
- Prepara tarjetas mnemotécnicas y conviértelas en un juego divertido. ¡Estudiar no tiene que ser aburrido!
- Cada fin de semana, lleva tus notas a casa y haz un resumen para cada curso o tema a partir de todas las notas que tomaste esa semana. Cuando llegue el momento del examen, estarás adelantado con notas ya hechas.
- Bebe bastante agua, come bastante y duerme bien para que tengas más energía durante el examen. Si te suena el estómago, puede distraerte excesivamente.
- Cuando leas tus notas, toma 3 colores diferentes. Pueden ser resaltadores, bolígrafos, plumones, lápices de colores, etc., pero los resaltadores son más fáciles de usar. Resalta los títulos de la sección en un color, el vocabulario o las palabras importantes en otro color y cualquier otra información importante con un tercer color. Esto debe ayudarte a enfocarte en lo que tienes que saber.
- Toma un concepto a la vez, enfocándote primero en el más difícil. Luego, examínate sobre él. Trata de hacer que las preguntas sean más difíciles que las del examen real.
- Duerme bien y estarás más revitalizado. Si tienes tiempo, tómate una ducha, escucha música o revisa tus tarjetas mnemotécnicas si las preparaste. Si no, revisa tus notas. Bebe agua y no ingieras alimentos azucarados porque, para cuando llegue el examen, estarás lleno de energía y no querrás permanecer sentado.
- Estudia los temas que menos te gusten primero y luego el resto te parecerá fácil.
- Cada noche, una vez que hayas estudiado lo suficiente, recompénsate. Juega videojuegos o come algo especial.
- Lee en voz alta mientras revisas.
- No trates de hacer trampa. Solo esfuérzate y obtendrás una buena calificación.
Advertencias
- Si te preocupas, te sentirás menos confiado sobre el examen. Trata de no estresarte; es solo un examen. ¡Uno de muchos otros más!
- No esperes hasta el último minuto para estudiar. Estudiar la noche anterior puede dejar a tu cerebro demasiado cansado y, durante el examen, te olvidarás de cada pieza de información que recolectaste durante tu tiempo de estudio.
- Trata de revisar el tema temprano en la mañana después de levantarte de la cama. Con seguridad te ayudará a memorizar todo claramente.
ТОП
Статьи