Cómo mantenerse seguro bajo el sol

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Un día divertido en la playa es sinónimo de mucho sol, lo que naturalmente le brinda a tu cuerpo vitamina D. Sin embargo, la exposición excesiva y prolongada al sol puede provocar quemaduras solares, daño cutáneo, envejecimiento prematuro de la piel, cáncer a la piel (la forma más común de cáncer), cataratas, pigmentación irregular e insolación. Toma las precauciones adecuadas para evitar estos peligros y disfruta el sol de una manera más segura.

Escoger un protector solar

  1. Elige un nivel de FPS adecuado. Contrariamente a la creencia popular, el número de FPS o “factor de protección solar” no representa su intensidad. Indica la cantidad de tiempo que te mantendrá protegido de los rayos ultravioleta B (UVB), al menos en teoría. Se calcula con base en la cantidad de minutos que normalmente le tomaría a tu piel para quemarse multiplicada por el número (el valor de FPS) que te indica cuánto tiempo debe durar. Por lo tanto, si te quemas a los 5 minutos de exponerte al sol sin ninguna protección, el FPS 30 te mantendrá protegido durante 150 minutos (en teoría).
    • La Academia Americana de Dermatología (AAD) recomienda un FPS de 30 o más. No es recomendable utilizar fórmulas de FPS mayores porque dan una falsa idea de seguridad en el sol y una mayor dosis de químicos en tu piel. De hecho, actualmente los expertos indican que los protectores solares con un FPS por encima mayor a 50 no ofrecen una protección más real que aquellos con valores menores a ese número.
  2. Busca protectores que te protejan contra los rayos UVA y UVB, Los rayos UVB son los que causan las quemaduras solares. Sin embargo, los rayos UVA también provocan un daño en la piel, entre los que se encuentran los signos de envejecimiento tales como las arrugas o las manchas. Ambos tipos de luz UV aumentan tu riesgo de sufrir un cáncer en la piel. Busca un protector solar que te brinde protección de amplio espectro; es decir, que te proteja de ambos tipos de luz ultravioleta dañina.
    • El FPS solo hace referencia a la capacidad del protector para bloquear los rayos UVB. La etiqueta de “amplio espectro” hace referencia a la capacidad de bloquear ambos rayos.
  3. Lee la lista de componentes. Algunos químicos son alérgenos (como los parabenos), disruptores hormonales potenciales (como la oxibenzona) o simplemente innecesarios (como fragancias y otros componentes inactivos).
    • Los retinoides (una forma de vitamina A) son un componente inactivo común en los protectores solares. Algunos estudios realizados en Canadá sugieren que estos aditivos pueden aumentar tu sensibilidad a la luz UV del sol.
    • Se cree que la oxibenzona es un disruptor hormonal. Puede imitar al estrógeno en el cuerpo y se ha demostrado que altera la producción de esperma en los hombres y puede provocar endometriosis en las mujeres.
    • El octinoxato es otro componente del cual se piensa que es un disruptor hormonal. Puede imitar a las hormonas y estudios de laboratorio han demostrado que afecta el sistema reproductor así como a la tiroides. También puede causar una reacción alérgica en la piel de algunos usuarios.
    • El homosalato es componente que normalmente se reporta como un disruptor hormonal y que también puede ser tóxico cuando se descompone en el interior del cuerpo.
    • El octocrileno tiene una tasa relativamente alta de alergias a la piel reportadas en algunos usuarios.
    • Los químicos parabenos se utilizan normalmente como convervantes en el protector solar. Se cree que los butil, etil, metil y propilparabenos están relacionados con las reacciones alérgicas, los trastornos hormonales y la toxicidad en el cuerpo.
    • Busca un protector solar sin PABA. El ácido paraaminobenzoico (PABA, por sus siglas en inglés) se utilizó en los protectores solares por mucho tiempo, pero puede causar una reacción alérgica en algunas personas y se le ha vinculado con una toxicidad hepática grave en dosis altas.
    • Evita los protectores solares con repelente de insectos adicional. El repelente de insectos adicional puede reducir la eficacia del protector solar, mientras que el protector solar adicional puede aumentar la toxicidad de los químicos en un repelente de insectos. Es por ello que los expertos recomiendan el uso de los dos productos por separado: un protector solar eficaz y un repelente de insectos seguro.
  4. Elige un protector solar resistente al agua si vas a nadar o sudar mucho. Recuerda que ningún protector solar es en verdad resistente al agua, así que deberás aplicártelo nuevamente con frecuencia, según las instrucciones del envase.
    • En los Estados Unidos, las actualizaciones recientes en las regulaciones del FDA han cambiado la manera en que se señala la resistencia al agua en un protector solar. Ahora las etiquetas deben indicar la resistencia al agua de acuerdo a una de dos categorías: protección de 40 minutos y protección de 80 minutos.
  5. Elige un protector solar que se adecúe a tu caso. Aplicarte un protector solar no tiene que ser desagradable, así que prueba diferentes marcas y estilos hasta encontrar el que mejor se adecúe a ti.
    • Algunos protectores solares diarios no son tan pegajosos como algunas de las fórmulas deportivas para una actividad de alta resistencia al aire libre.
    • Algunos protectores solares vienen en forma de aerosol, de bolita y en barra. Sin embargo, los expertos advierten que los protectores solares de aerosol y en polvo pueden causar irritación en los pulmones debido al riesgo de inhalación de los componentes químicos. Asimismo, estos formatos podrían no ser tan eficaces en la protección de tu piel como sus similares de base líquida.
    • No obstante, los protectores solares en aerosol pueden ser útiles para las zonas velludas, tales como el pecho o la cabeza. Los protectores solares a base de alcohol o crema pueden ser más eficaces para las personas con piel grasa.
    • Hay muchos humectantes diarios que contienen una protección solar. No obstante, si utilizas un humectante y un protector solar, aplica primero el humectante y luego el protector. Esto te ayudará a maximizar la absorción y la protección.
  6. Elige un protector solar adecuado para niños. Los filtros UV a base de minerales como el zinc y el titanio se consideran menos propensos a causar una reacción alérgica en los niños y en las personas con piel sensible, pero podrían ser menos eficaces que los protectores solares con filtro UV a base de químicos. La mayoría de los protectores solares son seguros en los niños mayores de 6 meses.
    • Por lo general, se recomienda que evites utilizar protectores solares para bebés menores de 6 meses de edad. Los expertos afirman que la sombra es la mejor medida preventiva (natural o de una sombrilla). Si debes utilizar un protector solar en un bebé menor de 6 meses, consulta con el pediatra de tu hijo para decidir un procedimiento seguro.
    • Cuando quieras aplicarle un protector solar a un niño, pruébalo en una zona. La piel de los niños es más sensible y más propensa a reaccionar ante el protector solar, así que asegúrate de que tu hijo no tenga una reacción desagradable a una cantidad pequeña antes de aplicarla en todo el cuerpo.

Aplicar el protector solar

  1. Revisa la fecha de caducidad. En los Estados Unidos, un protector solar debe ser eficaz durante al menos 3 años después de su fabricación. Sin embargo, siempre debes verificar y guiarte de las fechas de caducidad para asegurarte de obtener la mejor protección.
    • Si el envase no tiene una fecha de expiración al momento de su compra, anota en una etiqueta la fecha en que lo adquiriste y pégasela. De esa manera, sabrás cuándo es el momento de comprar un producto nuevo.
  2. Aplica el protector solar antes de salir al exterior. Se necesita unos 30 minutos para que los agentes químicos en el protector se unan completamente a tu piel y le brinden protección. Aplica el protector solar antes de salir, aproximadamente unos 30 minutos antes de que te expongas al sol.
    • ¡No te olvides de los labios! Aplica un protector labial con un FPS de 45 una hora antes de salir al aire libre.
  3. Aplica el protector solar de forma abundante. Si utilizas una crema, la cantidad de protector solar que deberás utilizar es aproximadamente del tamaño de una pelota de golf convencional o unos 30 ml (1 oz) (aproximadamente la cantidad que necesitarías para llenar un vaso de trago corto).
    • Utiliza más de lo que creas necesitar. Durante un largo día de playa, considera la posibilidad de utilizar entre un cuarto a la mitad de un envase de 230 ml (8 oz).
    • Asegúrate de cubrir la mayoría de las zonas vulnerables de tu cuerpo (toda la cara y la frente, sobre todo la nariz y las puntas de las orejas, así como el cuero cabelludo, la nuca, la parte posterior de las rodillas y las manos, y los brazos). Si usas sandalias, no te olvides de cubrir la parte superior de tus pies, pues los pies quemados por el sol pueden doler mucho. Debes cubrir cualquier parte de la piel que estará expuesta al sol.
    • No solo te eches el protector. Coloca un poco y frótalo sobre la piel. Luego hazlo una y otra vez hasta tener una capa profunda y penetrante de protector solar. Si lo haces bien, no lo notarás en lo absoluto y estarás completamente protegido del sol.
    • Pídele a un amigo que te ayude con las zonas de difícil acceso como la espalda y los hombros.
  4. Vuelve a aplicar el protector solar con regularidad. Ten en cuenta las condiciones tales como el sudor o la natación. Debido a que el sudor o el agua eliminan la protección que aplicaste, normalmente necesitarás volver a aplicar más protector solar con más frecuencia que lo que indicaría el valor de FPS citado.

Utilizar ropa como protección

  1. Cúbrete. Las capas ligeras de ropa con un tejido apretado son las mejores. Ponte una camiseta sin mangas y luego una camisa suelta de manga larga abierta encima. Los pantalones largos brindarán más protección que los shorts. Las fibras naturales tales como el algodón son las más frescas.
    • Si bien la ropa clara no absorbe el calor tan bien como la oscura, esta última ofrece más protección contra el sol.
    • La ropa muy fina, como una camiseta de color blanco, no ofrece mucha protección contra el sol. Si usas ropa clara y suelta, aplícate protector solar debajo de ella.
    • Si vas a nadar, considera la posibilidad de usar una camiseta de natación o “camiseta de neopreno” de manga larga. Estas prendas pueden ayudarte a evitar las quemaduras mientras estás en el agua.
  2. Elige ropa con un factor de protección ultravioleta nominal. Muchas prendas, sobre todo las que se venden en las tiendas de actividades al aire libre, tendrán una etiqueta que indique el nivel de protección UV que poseen.
  3. Usa un sombrero adecuado. Escoge uno con un ala de al menos 8 cm (3 pulgadas).
    • Las gorras de béisbol dejan las orejas y el cuello expuestos, de modo que no son la mejor elección para protegerse del sol.
    • Un sombrero también ayudará a protegerte los ojos del resplandor.
    • Asegúrate de que los niños también usen sombreros para el sol. Elige sobreros que brinden sombra a la cara y el cuello.
  4. Usa gafas de sol. Elige gafas de sol que bloqueen la luz UV y que cubran toda la circunferencia ocular para que la luz no ingrese por los lados. La exposición prolongada a la luz UV puede producir cataratas y podría exponer la piel de los párpados a la radiación UV. Usa gafas de sol junto con un sombrero para optimizar tu protección en los ojos.
    • Si no estás seguro de si tus viejas gafas de sol bloquean los rayos UV de manera adecuada, pídele a un optometrista que las revise.

Mantenerse hidratado

  1. Mantente hidratado. El agua es la mejor elección para mantenerte hidratado durante los días cálidos (¡y también en los fríos!). Los expertos recomiendan que los hombres consuman alrededor de 3 litros (13 tazas) de líquido al día mientras que las mujeres deben consumir aproximadamente 2,2 litros (9 tazas) diariamente.
    • Los expertos también recomiendan beber aproximadamente una taza de agua cada 15 o 20 minutos en caso de realizar una actividad al aire libre moderada bajo un clima cálido.
    • Los expertos aconsejan que el agua generalmente puede hidratarte mejor que las bebidas energéticas, a pesar de los beneficios publicitados de los electrolitos. Esto se debe a que la mayoría de las bebidas energéticas tienen altos niveles de azúcar y sodio. Si bien estos son electrolitos, el azúcar también contiene muchas calorías y la sal puede deshidratarte. Si te preocupa tus niveles de electrolitos, come un puñado de pretzels o frutos secos para poder restituirlos.
  2. Evita la cafeína y el alcohol. Ambas sustancias pueden deshidratarte y es mejor evitarlas. Es poco probable que beber un refresco frío ocasional te deshidrate, pero es mejor optar por el agua si tu objetivo es mantener la hidratación.
    • Asimismo, el alcohol puede afectar tu juicio y aumentar el tiempo de repuesta. Hasta un 70 % de las muertes en adultos y adolescentes ocurridas durante actividades recreativas acuáticas están relacionadas con el alcohol. Si tomas una cerveza ocasional en el verano, asegúrate de beber por lo menos el doble de esa cantidad en agua.
  3. Bebe agua aun cuando no tengas sed. La sed se presenta en el cuerpo humano después de haberse producido la deshidratación, así que es importante beber agua todo el día con la finalidad de evitar este estado.
  4. Recuerda que los bebés también pueden deshidratarse. Si tienes un niño, asegúrate de que se mantenga bien hidratado al darle por lo menos la cantidad habitual de leche materna o fórmula mientras están en el exterior. Asimismo, consulta con tu médico para determinar en qué momento puedes darle a tu bebé cantidades pequeñas de agua, jugo o una solución de electrolitos oral para niños (p.ej. Pedialyte o Enfalyte) aparte de la fórmula o la leche materna.
    • Debido a que los bebés no sudan lo mismo que los adultos, se encuentran en un mayor riesgo de sobrecalentarse y deshidratarse mientras está al exterior. Vigila a tu hijo para asegurarte de que se encuentre cómodo y seguro.

Adoptar medidas durante la exposición al sol

  1. Revisa el índice UV. Los servicios meteorológicos emplean la información del pronóstico del tiempo para crear un índice diario que evalúa el riesgo de daños causados por la exposición a los rayos UV. Conocer de antemano lo que las predicciones del índice para ese día puede ayudarte a evitar quemaduras solares.
  2. Mantente lejos del sol. Esto es especialmente importante entre las horas pico que van desde las 10 a. m. hasta las 2 p. m., pues los rayos UV se encuentran en su máximo nivel a la mitad del día, cuando el sol está directamente encima. Si estás en el exterior durante estas horas, mantente en la sombra. Aún puedes sufrir quemaduras solares en la sombra (o incluso en los días nublados), pero te protegerá.
    • Crea tu propia sombra. Además de utilizar un sombrero, llevar una sombrilla o parasol y utilizarlo para protegerte del sol es una excelente forma de mantenerte a salvo.
    • Si debes realizar una actividad física intensa en exteriores, procura hacerlo en la mañana o en la noche, no bajo el calor del mediodía. Si debes trabajar a mediodía, toma muchos descansos y bebe por lo menos 1 taza de agua cada 15 o 20 minutos.
    • Cuando camines con bebés y niños al aire libre, elige los momentos más frescos del día. Coloca un toldo sobre el cochecito del bebé y asegúrate de que los niños estén cubiertos adecuadamente con ropa, sombreros, gafas de sol y protector sol cuando se expongan al calor del día.
  3. Observa tu sombra. La intensidad UV está correlacionada con el ángulo del sol en lo respectivo a tu posición en la Tierra. Si tu cuerpo genera una sombra corta, tal vez debas retirarte hacia una sombra.
  4. Procura refrescarte si comienzas a sentirte abrumado por el calor. Pasar demasiado tiempo bajo el sol puede causar agotamiento por calor además de quemaduras solares. Moja una toalla con agua fría y colócala en tu frente o cuello para poder enfriarte.
    • Ve a nadar. Sumergir tu cuerpo en agua fría puede ayudarte a disminuir tu temperatura corporal, pero no dejes que baje demasiado. La temperatura corporal puede descender 25 veces más rápido en agua fría que en el aire frío y, si la tuya cae por debajo de los 35 °C (95 °F), podrías experimentar hipotermia. Conocer los pronósticos de temperatura del agua y del aire con antelación puede ayudarte a evitar los cambios extremos en tu temperatura corporal.
  5. Ten cuidado con la exposición al sol mientras conduces. Sube las ventanillas del auto y activa el aire acondicionado en lugar de sacar el brazo por la ventana. El vidrio bloquea la luz UV de una manera razonablemente eficiente, pero aún debes aplicarte protector solar tanto a ti como a tus pasajeros.
    • Si eres lo suficientemente afortunado como para manejar un convertible, asegúrate de aplicarte protector solar y de usar un sombrero que te proteja.
  6. Conoce las señales y los síntomas del agotamiento por calor y de la insolación. Si experimentas alguno de los siguientes síntomas, aléjate del sol (de preferencia hacia un lugar fresco) y bebe mucho líquido:
    • Piel caliente al tacto
    • Sudoración en exceso
    • Mareo o desorientación
    • Cansancio
    • Náuseas o vómitos
    • Latidos rápidos
    • Micción oscura o poco frecuente
    • Si los síntomas no mejoran al cabo de una hora, busca atención médica de inmediato.

Consejos

  • Lleva una botella de agua cada vez que salgas.
  • Si bien algunas personas se preocupan por la oxibenzona, un componente común en los protectores solares, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y otros estudios rigurosos no han encontrado ninguna conexión entre la oxibenzona y los efectos adversos en la salud.
  • Cuando esquíes o hagas snowboarding, es normal sufrir una quemadura solar en la cara. Si planeas divertirte en las montañas, sin importar la temporada del año, ¡ponte protector solar!
  • Es posible sufrir una quemadura a través de la ropa. Por lo general, la ropa tiene un FPS de entre 3 y 10. La ropa húmeda incluso tiene menos. Para estar a salvo, aplícate un protector solar en las zonas debajo de la ropa o lava las prendas con un producto protector que pueda brindarles un FPU (factor de protección ultravioleta) de 30 y que dure por hasta 20 lavadas.
  • El protector solar puede irritarte en gran medida los ojos. No lo apliques demasiado cerca de ellos y, si se produce algún contacto, lávatelos de inmediato con mucha agua.

Advertencias

  • Es posible sufrir una quemadura solar durante un día nublado e incluso las nubes podrían despejarse durante el día. Lleva y aplícate un protector solar aun si al principio el día está fresco y nublado.
  • Si tienes ojos llorosos, enrojecimiento de la piel y otras reacciones en la piel o el cuerpo al momento de aplicarte el protector solar, es posible que se deba a una reacción alérgica. En ese caso, utiliza otro protector solar para piel más sensible o habla con tu médico.
  • No existe una forma “segura” de broncearse. Si quieres tener un bronceado, considera la posibilidad de utilizar un producto de bronceado rápido en lugar de exponerte al sol. Los productos de bronceado rápido contienen dihidroxiacetona (DHA), un químico que oscurece temporal y artificialmente el tono de tu piel. Algunos investigadores advierten que el uso de un aerosol de DHA puede provocar daño en los pulmones e incluso cáncer si se inhala los vapores.
  • Si es posible, compra un protector solar que no contenga parabenos. Al utilizarse como un conservante para los productos de gran vida útil, los parabenos están vinculados con el cáncer de mama y podrían provocar alergias en la piel o la rosácea en las personas susceptibles. Sin embargo, la industria de los cosméticos considera que los parabenos son una adición segura y aún no se han realizado más estudios.

Cosas que necesitarás

  • Un protector solar adecuado (de preferencia con un FPS de 30 o más)
  • Ropa, sombrero y gafas de sol
  • Sombra
  • Métodos de hidratación (lleva siempre una botella de agua)
  • Gafas de sol
  • Una sombrilla para protegerte del sol
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