Cómo leer partituras

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La música escrita es un lenguaje que se ha ido desarrollando en el transcurso de varios milenios, si bien la música que podemos leer hoy en día se remonta a 300 años atrás. La notación musical consiste en la representación del sonido mediante símbolos, los cuales incluyen desde notaciones básicas para el tono, la duración y el compás, hasta descripciones más complejas que se refieren a la expresión, el timbre e incluso los efectos especiales. Este artículo te mostrará los principios básicos para leer partituras musicales, te enseñará algunos métodos más avanzados y te orientará para que aprendas más cosas sobre el tema.

Aspectos básicos

  1. Domina el pentagrama. Antes de estar listo para aprender música, debes tener una idea de la información básica que prácticamente cualquier que lea música necesita saber. Las líneas horizontales son una parte de la música que conforma el pentagrama. Este es el más básico de todos los símbolos musicales y en él se basa todo lo que presentaremos en este artículo.
    • El pentagrama es un conjunto de cinco líneas dispuestas en paralelo y los espacios que se forman entre ellas. Para referenciar cada línea y cada espacio lo que se hace es ponerles un número, que siempre va de menor (la parte inferior del pentagrama) a mayor (la parte superior del pentagrama):
  2. Empieza por la clave de sol. Una de las primeras cosas que encontrarás cuando leas música es la clave. Este signo, parecido a un símbolo de cursiva grande y sofisticado ubicado en el extremo izquierdo del pentagrama, te indica el registro aproximado en el que debes tocar tu instrumento. Todo instrumento o voz que se sitúe en los registros más agudos se rige por la clave de sol y en los ejemplos que ofrecemos en esta introducción a la lectura de partituras musicales nos centraremos básicamente en esta clave.
    • La clave de sol consiste en una letra G latina estilizada (la letra G corresponde a sol en varios países). Una buena forma de recordarlo es que la línea en el centro de la espiral de la clave representa a la nota G. Cuando colocamos notas sobre un pentagrama en clave de sol, las notas adquieren los siguientes valores:
    • De abajo a arriba, las cinco líneas representan las siguientes notas: mi sol si re fa.
    • De abajo a arriba, los cuatro espacios representan las notas: fa la do mi.
    • Si te parece que todo esto es muy difícil de recordar, siempre puedes recurrir a alguna técnica mnemotécnica, por ejemplo empleando una frase-guía. "Mi Sol Si Reluce Fastuoso" es la típica para las líneas, mientras que para los espacios puedes utilizar "Fabrica La Dorada Miel". Practicar con una herramienta de reconocimiento de notas en línea es otra excelente forma de reforzar estas asociaciones.
  3. Asegúrate de entender la clave de fa. La clave de fa se utiliza para los instrumentos de registros más bajos, como la mano izquierda del piano, el bajo, el trombón, etc.
    • La clave de fa se deriva de una letra gótica F (la letra F corresponde a "fa" en varios países), con los dos puntos situados por encima y por debajo de la línea de fa en el pentagrama. En la clave de fa las notas sobre el pentagrama se representan de manera distinta a como se hace en la clave de sol.
    • De abajo a arriba, las cinco líneas representan las siguientes notas: sol si re fa la ("Sol Si Reluce Fabuloso en Lago").
    • De abajo a arriba, los espacios representan las siguientes notas: la do mi sol ("La Dorada Miel Sobra").
  4. Aprende las partes de una nota. Los símbolos para cada nota se componen de una combinación de hasta tres componentes básicos, que son: la cabeza, la plica y el corchete.
    • La cabeza. Es un óvalo que puede ser abierto (blanco) o cerrado (negro). Su función más básica es la de decirle al intérprete qué nota debe tocar en su instrumento.
    • La plica. Es la línea vertical fina adherida a la cabeza de la nota. Si apunta hacia arriba, debe unirse a la cabeza por el lado derecho. Si apunta hacia abajo, debe unirse por el lado izquierdo. La dirección de la plica no influye en la nota, pero facilita la lectura evitando una notación recargada.
    • Por norma general, si la nota se sitúa en la línea central del pentagrama o más arriba, la plica debe apuntar hacia abajo, si la nota se sitúa por debajo de la línea central, la plica debe apuntar hacia arriba.
    • El corchete. Es la curva que sobresale al final de la plica. No importa si la plica está adherida a la derecha o a la izquierda de la cabeza, el corchete siempre se dibuja a la derecha de la plica, nunca a la izquierda.
    • El conjunto de la nota, con su plica y su(s) corchete(s), le indica al músico el valor que cada nota adquiere en el tiempo, un valor que se mide en unidades o fracciones de compás, o tiempos. Cuando escuchas música y sigues el ritmo con el pie, lo que estás haciendo es reconocer los tiempos del compás.

La métrica y el tiempo

  1. Aprende las líneas de medida. En una partitura, verás líneas verticales delgadas que cruzan el pentagrama en intervalos muy regulares. Estas líneas representan las medidas; es decir, el espacio antes de la primera línea es la primera medida, el espacio entre la primera y segunda línea es la segunda medida, etc. Las líneas de medida no afectan la manera en que suena la música, pero ayudan al músico a mantener su lugar en la música.
    • Como se vio anteriormente, otro consejo de utilidad acerca de las medidas es que cada una tiene la misma cantidad de pulsos. Por ejemplo, si pulsas “1-2-3-4” a lo largo de una pieza musical en la radio, probablemente ya hayas encontrado las líneas de medida de manera inconsciente.
  2. Qué es el ritmo o la métrica. En términos generales, podría decirse que el metro es como la pulsación o el latido de la música. Lo sentimos instintivamente cuando escuchamos música bailable o música pop. El “boom, tiss, boom, tiss” de una pista de baile estereotipada es un ejemplo sencillo de métrica.
    • En una partitura, el pulso se expresa mediante una especie de fracción escrita al lado del primer símbolo de clave. Esta posee, como cualquier otra fracción, un numerador y un denominador. El numerador, que se coloca en los dos espacios superiores del pentagrama, indica la cantidad de pulsos que tiene el compás. El denominador indica el valor musical que recibe cada pulso (cuando sigues una música con el pie, estás siguiendo este patrón).
    • Quizás la métrica más sencilla de entender el la del tiempo 4/4 o el tiempo “común”. En el tiempo 4/4, existen cuatro pulsos en cada medida y cada negra es igual a un pulso. Esta es la signatura de tiempo que oirás en la mayoría de las canciones populares. Puedes contar el tiempo común al contar “1-2-3-4 1-2-3-4...” para el pulso.
    • Al cambiar el numerador cambia el número de pulsos en un compás. Otra signatura de compás muy común es la de 3/4. Por ejemplo, la mayoría de los valses tendrá un pulso constante de 1-2-3 1-2-3, lo que los hace 3/4.

El ritmo

  1. Entiende el ritmo. Parecido a la métrica y al tiempo, el ritmo es una parte importante de cómo se siente la música. No obstante, mientras la métrica te indica solamente la cantidad de tiempos, el ritmo te dice cómo usar esos tiempos.
    • Prueba lo siguiente: golpea con el dedo de forma constante sobre tu escritorio mientras cuentas 1-2-3-4 1-2-3-4. Resulta más bien aburrido, ¿no? Ahora prueba esto: en los pulsos 1 y 3 golpea más fuerte, y en los pulsos 2 y 4 más suave. ¡Ahora sí que se siente algo! Y ahora prueba al revés: golpea fuerte en el 2 y el 4, y suave en el 1 y el 3.
    • Escucha esta canción, Don't Leave Me, de Regina Spektor. Aquí el ritmo es muy claro: el bajo toca las notas más suaves en los pulsos 1 y 3, mientras que en los pulsos 2 y 4 suena una fuerte palmada acompañada de un golpe de batería. Ahora ya entiendes un poco cómo se ordenan las cosas en la música. ¡A eso se le llama ritmo!
  2. Imagina que estás caminando. Cada paso es igual a un pulso. Musicalmente, a estos tiempos con valor de un cuarto de nota se los representa como notas negras, porque en gran parte de la música occidental (¡no la del oeste de los EE. UU., sino la de lo que conocemos como el mundo occidental!) cada compás se compone de cuatro de estos tiempos. Si pensamos en términos musicales, así es como se vería el ritmo de tu andar:
    • Cada paso es una negra. En una partitura, las negras son los puntos de color negro sólido unidos a las plicas sin ningún corchete. Puedes irlos contando mientras caminas: "1, 2, 3, 4-1, 2, 3, 4".
    • Si ahora reduces la velocidad a la mitad, de manera que solo des un paso cada dos pulsos en los pulsos 1 y 3, entonces tienes que usar las notas blancas (que son las medias notas). En una partitura, las blancas se parecen a las negras, solo que no son de color negro sólido, sino que tienen un trazo negro con un centro blanco.
    • Y si reduces aún más la velocidad, hasta el punto de que solo das un paso cada cuatro pulsos en el pulso 1, entonces tienes que escribirlo usando una sola nota redonda: la nota entera que abarca todo un compás. En una partitura, las redondas se parecen a unas “O” o a unas rosquillas, similares a las blancas pero sin plicas.
  3. ¡Acelera el paso! Es hora de ir más rápido. Ya habrás observado que, al reducir la velocidad de las notas, estas van perdiendo pequeños elementos. Primero quitamos la parte sólida de la nota, luego quitamos la plica. Veamos ahora qué pasa cuando aceleramos. Ahora lo que debemos hacer es añadir partes a la nota.
    • Regresemos a nuestro caminar normal (puedes ayudarte golpeando rítmicamente con el pie). Imagina que el autobús acaba de llegar a la parada, pero tú estás a una cuadra de allí. ¿Qué haces? ¡Te pones a correr! Y mientras corres, intentas hacer una señal con el brazo para que el conductor no se marche.
    • En la música, la señal para que las notas vayan más rápido es un gancho o corchete. Cada corchete reduce el valor de la nota a la mitad. Así, una corchea (la cual posee una plica) tiene la mitad del valor de una negra, y una semicorchea (la cual posee dos plicas) tiene la mitad del valor de una corchea (octava). Volviendo a lo nuestro, pasamos de nuestro caminar normal (negra) a correr al doble de velocidad (corchea), para luego precipitarnos a toda pisa doblando nuevamente la velocidad (semicorchea). Sigue con el pie o con los dedos de la mano el ejemplo anterior (recuerda que cada nota negra es un paso a velocidad de caminata normal).
  4. ¡La unión hace la fuerza! Como puedes observar en el ejemplo anterior, la cosa se pone muy complicada cuando la página se llena de notas. Los ojos no saben dónde moverse y empezamos a desorientarnos. Para que las notas se agrupen en conjuntos más coherentes visualmente, utilizamos las uniones entre ellas.
    • Con la unión, los ganchos de las notas individuales se sustituyen por líneas gruesas que atraviesan las plicas. Estas agrupaciones tienen su propia lógica y la música más compleja requiere de reglas de unión aún más complejas, pero aquí nos limitaremos a unir tan solo notas negras. Compara el ejemplo anterior con el ejemplo que aparece a continuación. Intenta seguir el ritmo otra vez: verás que las uniones lo hacen todo mucho más fácil:
  5. Aprende el valor de las ligaduras y los puntos. Mientras el corchete reduce el valor de una nota a la mitad, la función del punto es similar pero inversa. Con pocas excepciones (que no vienen al caso aquí), el punto se coloca siempre a la derecha de la cabeza de la nota. A una nota con punto se le aumenta la mitad de la duración del valor original de la nota.
    • Por ejemplo, poner un punto después de una nota blanca le da un valor de media nota más un cuarto de nota. Un punto después de una negra resulta en un valor de un cuarto de nota más un octavo de nota.
    • La ligaduras son similares a los puntos: aumentan el valor de la nota original. Una ligadura no es otra cosa que dos notas ligadas mediante una línea curva entre las cabezas de las notas. A diferencia de los puntos, que son abstractos y se basan exclusivamente en el valor de la nota original, las ligaduras son explícitas: la duración de la nota aumenta exactamente el valor de la segunda nota.
    • Un caso en el que podrías preferir una ligadura a un punto sería, por ejemplo, cuando la duración de una nota no encaja musicalmente en el espacio de un compás. En tal caso, solo tienes que trasladar al siguiente compás la duración sobrante, en forma de una nota, y ligar las dos notas.
    • Recuerda que la ligadura se traza de una cabeza a la otra, por lo general del lado contrario al de la plica.
  6. Haz silencio. Hay quienes dicen que la música no es más que una serie de notas, lo cual es una verdad a medias. La música consiste en una serie de notas y en los espacios que hay entre ellas. A estos espacios se les llama silencios y, aunque sean mudos, pueden darle vida y movimiento a la música. Veamos cómo se anotan sobre la partitura.
    • Al igual que las notas, tienen símbolos específicos para duraciones concretas. Un silencio de redonda se anota como un rectángulo que cuelga de la cuarta línea, y un silencio de blanca consiste en un rectángulo apoyado sobre la tercera línea. El silencio de negra es una línea curva zigzagueante, y los demás silencios se representan como una barra inclinada con tantos ganchos como corchetes tiene la nota equivalente. Estas plicas siempre se extienden hacia la izquierda.

La melodía

  1. Ya conocemos los aspectos básicos: el pentagrama, las partes de la nota y los principios básicos para escribir la duración de las notas y los silencios. Una vez entiendas lo anterior, podemos pasar a la parte más divertida: leer partituras.
  2. Aprende la escala de do. La escala de do mayor es la escala más básica que se utiliza en la música occidental. La mayoría de las demás escalas que aprenderás se derivan de ella. Cuando tus neuronas la hayan asimilado completamente, lo demás te vendrá de forma natural.
    • Antes que nada te mostraremos cómo se ve; luego aprenderás a entenderla y así podrás empezar a leer partituras. Observa la imagen superior para saber cómo se ve la “escala de do”.
    • Si te fijas en la primera nota, que es un do grave, notarás que está situada debajo de las líneas del pentagrama. Cuando eso sucede, lo que debemos hacer es simplemente agregar una línea al pentagrama para esa nota: por eso aquí vemos una raya pequeña que atraviesa la cabeza de la nota. Entre más grave la nota, más líneas tendremos que añadir. Pero no hace falta detenernos en ello, al menos por ahora.
    • La escala de do se compone de ocho notas. Estas son equivalentes a las teclas blancas del piano:
    • Tanto si tienes un piano a la mano como si no (aquí puedes intentarlo con un piano virtual: [http://www.virtualpiano.net/), lo importante por el momento es que te hagas una idea no solo de cómo se ve la música sino de como "suena".
  3. Aprende un poco de canto visual: el "solfeo". No te dejes intimidar por el nombre, es muy posible que en realidad ya lo conozcas: es una forma elegante de decir "do, re, mi".
    • Aprende a tararear las notas visuales, así desarrollarás la habilidad de leerlas. Se trata de una habilidad que puede llevarte toda una vida dominar, pero que te será de gran utilidad desde el principio. Veamos otra vez la escala de do, junto a la escala de solfeo. Observa la “escala de solfeo de do II” en la imagen superior.
    • Es posible que conozcas la canción "Do-Re-Mi" compuesta por Rodgers y Hammerstein para la película La novicia rebelde (traducida en España como Sonrisas y lágrimas; título original: The Sound of Music). Si eres capaz de cantar la escala de "do re mi", hazlo mientras miras las notas. Si necesitas un curso de repaso, puedes escuchar la canción en Youtube (también puedes encontrarla en español).
    • Aquí tienes una versión un poco más avanzada, que recorre la escala de do, hacia arriba y hacia abajo, usando las notas del solfeo. Observa la “escala de solfeo de do I” en la imagen superior.
    • Practica cantando esta pieza varias veces hasta que te suene familiar. Las primeras veces tendrás que hacerlo muy despacio, fijándote en cada nota mientras cantas. Luego puedes sustituir la escala "do re mi" por C D E para practicar la representación alfabética, utilizada en muchos países (incluyendo los países anglosajones).
    • Recuerda los valores de las notas que vimos anteriormente: el do agudo al final de la última línea y el do grave al final de la segunda línea son notas blancas (medias), las demás son negras (cuartos de nota). Imagina que estás caminando otra vez y que a cada paso le corresponde una nota. Las notas blancas equivalen a dos pasos.
  4. ¡Felicidades, ya estás leyendo partituras!

Sostenidos, bemoles, becuadros y claves

  1. Da el siguiente paso. Hasta aquí hemos cubierto los rudimentos del ritmo y la melodía, y ya deberías conocer lo suficiente para comprender lo que significan todos esos puntitos y rayitas onduladas. Con estos conocimientos ya podrías convertirte en un maestro de la flautita de plástico, pero aún te quedan por aprender unos cuantos conceptos. En primer lugar, las armaduras de clave.
    • Es posible que ya te hayas topado con los sostenidos y los bemoles: el sostenido se parece al signo tipográfico de la almohadilla (♯) y el bemol se asemeja a una B minúscula (♭). Se colocan a la izquierda de la cabeza de una nota para indicar que la nota que sigue debe tocarse medio paso más agudo (si es sostenido) o medio paso más grave (si es bemol). Como vimos anteriormente, la escala de do abarca las notas de color blanco del piano. Los bemoles y los sostenidos son las notas de color negro. Como la escala de do mayor no tiene ni bemoles ni sostenidos, se escribe así:
  2. Tonos enteros y semitonos. En la música occidental, las notas están separadas entre sí por una distancia de un tono completo o bien de medio tono. Fíjate en las teclas del piano: verás que entre la nota de do y la siguiente, la nota de re, hay una tecla de color negro. En términos musicales, a la distancia entre do y re se le llama un tono completo o entero. A la distancia entre do y la tecla negra se le llama un semitono. Te estarás preguntando cómo se llama la tecla negra... La respuesta es: "depende".
    • En términos prácticos, si asciendes por la escala, esa nota es como una versión en sostenido de la nota anterior. Si estás descendiendo por la escala, la nota sería una versión en bemol de la nota anterior. O sea que, si quieres tocar de do a re pasando por la tecla negra, tendrás que escribir un signo de sostenido (#).
    • En este caso, la tecla negra se escribe como do# (o C#). Si desciendes por la escala de re a do y quieres usar la tecla negra como tono intermedio, la tecla negra se escribirá utilizando un bemol (♭).
    • Estas convenciones hacen más fácil la lectura de las partituras. Para escribir esas mismas tres notas en escala ascendente, usando un re♭ en lugar de un do#, la notación se escribiría utilizando un becuadro (♮).
    • Como habrás observado, aquí tenemos un nuevo signo: el becuadro. El becuadro (♮) indica que, para la nota en cuestión, se cancela el efecto de cualquier sostenido o bemol que hayas escrito anteriormente (regresa a su tono "natural"). En este ejemplo, tanto el segundo como el tercer tono son re: el primero es un re♭, y por eso el segundo re, dado que asciende un semitono desde el primer re, necesita de una "corrección" a fin de que se designe la nota correcta. Si hay muchos bemoles y sostenidos esparcidos por la hoja de la partitura, el intérprete tendrá que detenerse más tiempo para estudiar la notación antes de ponerse a tocar.
      • Sucede con frecuencia que, tras haber marcado accidentes a lo largo de los primeros compases, un compositor decide poner becuadros "innecesarios" para facilitarle la lectura al intérprete. Por ejemplo, si en una pieza en re mayor se ha utilizado un la# en un compás, en el siguiente compás en el que aparezca el tono de la este aparecerá escrito como un la natural, es decir con becuadro.
  3. Entiende cómo funcionan las armaduras. Hasta aquí solo hemos hablado de la escala de do mayor: ocho notas, solo las teclas blancas, comenzando por el tono de do. Sin embargo, podemos partir de cualquier nota para comenzar una escala. Para tocar una escala mayor, sin embargo, no basta con limitarse a tocar las teclas blancas: eso sería lo que se denomina una "escala modal", y es un concepto que va más allá del ámbito de este artículo.
    • La nota inicial, o tónica, es la que presta su nombre a la clave. Probablemente hayas oído la frase: "está en clave de do" o algo similar. Esto significa que la escala básica utilizada empieza en do, y que comprende las notas do, re, mi, fa, sol, la, si, do. Las notas en una escala mayor guardan una relación recíproca muy específica. Fíjate en el teclado de la imagen superior.
    • Como puedes observar, entre la mayoría de las notas hay una distancia de un paso entero. Pero solo hay medio paso (un semitono) entre mi y fa, y entre si y do. Esta relación es la misma para todas las escalas mayores: entero-entero-medio-entero-entero-entero-medio. Si empiezas tu escala en sol, por ejemplo, podrías escribirla de este modo:
    • Fíjate en el fa# cerca de la parte superior. Para mantener la relación adecuada, se hace necesario subir el fa un semitono, de manera que se halle a medio paso del tono de sol, en vez de un paso entero. De forma aislada resulta fácil de leer, pero ¿y si empezaras una escala mayor en do#? Se vería así:
    • ¡Ahora las cosas comienzan a complicarse! Las armaduras se crearon para evitar confusiones y permitir una lectura más fácil. A cada escala mayor le corresponde un conjunto específico de sostenidos o bemoles, los cuales se muestran al principio de la partitura. Si volvemos a la clave de sol, observaremos que esta tiene un sostenido: fa# . En lugar de colocar el signo de sostenido junto al fa en el pentagrama, lo que hacemos es moverlo hasta el extremo izquierdo, y entonces se da por sentado que a partir de ese punto cada fa que veamos deberemos tocarlo como si fuera un fa#. Se ve así:
    • Esto suena, y se toca, exactamente igual que la escala de sol mayor sin armadura de clave. En la sección de "Tabla de armaduras de clave" puedes consultar una lista de todas las armaduras.

Dinámica y expresión

  1. ¡Sube el volumen… o bájale! Probablemente te habrás dado cuenta de que, al escuchar una pieza musical, el volumen no es parejo durante todo el tiempo. Hay partes en que el volumen puede ser extremadamente alto, y en otras extremadamente bajo. A estas variaciones se las conoce como "dinámica".
    • Si el ritmo y la métrica son el corazón de la música, y las notas y claves el cerebro, entonces la dinámica es sin duda la voz de la música. Considera la primera versión de la imagen superior.
    • Sigue este ritmo golpeando sobre tu escritorio: 1 y 2 y 3 y 4 y 5 y 6 y 7 y 8, etc. (los músicos usan y cuando están "recitando" las corcheas). Asegúrate de que cada nota golpeada tenga la misma intensidad, de manera que suene como un helicóptero. Ahora mira la segunda versión.
    • Fíjate en la marca de acento (>) colocada encima de cada 4ª nota de sol. Sigue el ritmo otra vez, pero en esta ocasión acentúa cada nota sobre la cual veas una marca de acento. Ahora, en vez de un helicóptero suena como una locomotora. ¡Basta con una ligera alteración en el acento para que el carácter de la música cambie por completo!
  2. Tócalo piano, o fortissimo, o en un punto intermedio. De la misma manera que uno no siempre habla con el mismo volumen, sino que modula la voz para adaptarse a cada situación, la música también modula el volumen de sus notas. Para comunicar estas variaciones al intérprete, el compositor se vale de marcas dinámicas.
    • En una pieza musical pueden haber decenas de marcas dinámicas, pero unas de las más comunes son la que se designan mediante la letras f, m y p.
    • p significa "piano", es decir "con suavidad".
    • f significa "forte", es decir "con fuerza".
    • m significa "mezzo", es decir "medianamente". Se utiliza para modificar la marca de dinámica que sigue a la expresión. Por ejemplo: mf y mp significan, respectivamente, "medio fuerte" y "medio suave".
    • Entre más ps o fs tengas, más suave o más fuerte deberás tocar la música. Intenta cantar las notas del ejemplo anterior (usando el solfeo: en este ejemplo la primera nota es la tónica o do), y emplea las marcas dinámicas para observar la diferencia.
  3. Sube cada vez más el volumen, o bájalo cada vez más. Otra notación dinámica muy común es el crescendo, así como su corolario, el decrescendo. Se trata de las representaciones visuales de un cambio de volumen paulatino, lo que se parece a los símbolos “<” y “>” estirados.
    • El crescendo suena cada vez más alto, mientras que el decrescendo va bajando de volumen. Notarás que con estos dos símbolos, el extremo “abierto” representa a la dinámica más alta mientras que el cerrado representa a la más baja. Por ejemplo, si la música te dirige gradualmente del forte al piano, verás una f, luego un “>” extendido y luego una p.

Conocimientos avanzados

  1. ¡Sigue aprendiendo! Con las partituras pasa como con el abecedario. Al principio cuesta un poco aprender los principios básicos, pero en general es bastante fácil. Sin embargo, los matices, los conceptos y las habilidades que puedes aprender son tantos que podría llevarte una vida entera conocerlos. Hay compositores que escriben su música sobre líneas en forma de espiral, o dispuestas en varios patrones; los hay incluso que prescinden del pentagrama. En este artículo te hemos ofrecido una base sólida para que puedas crecer.

Tabla de armaduras de clave

  1. Apréndete estas armaduras. Hay por lo menos una armadura para cada nota de la escala y si te aplicas en el estudio, descubrirás que en algunos casos hay dos claves para una misma nota. Por ejemplo, ¡la clave de sol# suena exactamente igual que la clave de la♭! Cuando tocas el piano (y para los fines de este artículo) la diferencia es tan solo de tipo académico. Sin embargo, algunos compositores, sobre todo los que componen para cuerdas, recomiendan tocar el la♭ un poco más "sostenido" que el sol#. He aquí las armaduras para las escalas mayores:
    • La clave de do (o atonal)
    • Claves que usan sostenidos: G, D, A, E, B, F♮, C♮
    • Claves que usan bemoles: F, B♭, E♭, A♭, D♭, G♭, C♭
    • Como puedes ver arriba, a medida que pasas por las armaduras con sostenidos, agregas un sostenido cada vez hasta que cada nota se toque en sostenido en la clave de C♮. A medida que pasas por las armaduras de bemoles, agregas bemoles hasta que cada note se toque en bemol en la clave de C♭.
    • Tal vez te sirva de consuelo saber que los compositores, pensando en los intérpretes, suelen emplear armaduras fáciles de leer. La clave de re mayor es muy común para los instrumentos de cuerda, porque las cuerdas, tocadas al aire, están estrechamente relacionadas con la tónica, la nota de re. Existen pocas obras en las que las cuerdas se toquen en mi♭ menor, o los metales en mi mayor. Esto sería tan difícil de escribir para el compositor como de leer para el intérprete.

Consejos

  • Practica con tu instrumento principal. Si tocas el piano, es muy probable que ya sepas leer partituras. En cambio, muchos guitarristas aprenden de oído, sin necesidad de leer. Cuando aprendas a leer partituras, olvídate de todo lo que sabes: ¡aprende a leer primero, ya improvisarás después!
  • Intenta divertirte con tu música porque si no es lo tuyo, entonces te será difícil aprender a tocar.
  • Consigue las partituras de las canciones que más te gusten. En tu biblioteca local o en la tienda de música del barrio descubrirás cientos, quizás miles de "hojas guía" con la notación básica y los acordes de tus canciones favoritas. Lee la música mientras la escuchas, así aprenderás de una manera más intuitiva.
  • La repetición y práctica constante son la clave. Haz tarjetas de memoria o usa un libro de trabajo de lectura de notas para asegurar que construyas una base sólida de lectura de notas.
  • Es muy bueno saber notas occidentales y partituras. Saber notas occidentales te ayudará en el futuro y es mucho más fácil recordar las notas.
  • Perfecciona tu solfeo. La voz es lo de menos: el solfeo te ayudará a entrenar tus oídos para "escuchar" lo que aparece en el papel.
  • Practica en un lugar sin ruido o cuando no haya ruido. Lo mejor es comenzar con el piano, porque el piano es fácil de tocar si practicas. Si no tienes un piano, siempre puedes usar uno de esos pianos virtuales disponibles en Internet. A partir de aquí puedes aplicar las lecciones a cualquier otro instrumento. Con suerte, esto te servirá de algo.
  • Ten paciencia. Al igual que con los idiomas, aprender a leer partituras musicales lleva su tiempo. Y como sucede cuando aprendes cualquier cosa, la práctica hace al maestro.
  • IMSLP alberga un amplísimo archivo de interpretaciones y partituras musicales de dominio público. Si quieres perfeccionar tu lectura musical, recomendamos que busques obras de compositores que conozcas y leas su música mientras la escuchas.
  • Fíjate en cómo se desliza la vara del trombón para producir las notas en sostenido y bemol.

Advertencias

  • Aprender a leer puede llevarte toda una vida. ¡Hazlo a tu ritmo!
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