Cómo descubrir una infidelidad en tu matrimonio

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Has visto algunas señales, y tu mente comienza a ordenarlas hacia lo que pueden significar. Tu cónyuge llega a tarde a casa últimamente, y encuentra razones para estar muchas horas afuera con el pretexto de su trabajo. O bien, cuando tu cónyuge llega a casa, después de cenar contigo, se conecta silenciosamente a Internet y evita tus preguntas sobre su comportamiento. Si te preocupa que tu cónyuge esté metido en algo fuera de lo normal, y quieres averiguar la verdad, aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a evaluar si tus sospechas tienen fundamentos. Sin embargo, antes de precipitarte en el proceso, pasa unos días pensando qué vas a hacer cuando tus peores sospechas finalmente se confirmen. ¿Estás tan comprometido(a) con tu cónyuge que jamás le pondrías fin a la relación sin importar cuál sea el resultado de tu trabajo como detective? Si es así, entonces es mejor hacerte de la vista gorda ante sus indiscreciones y ahorrarte el dolor de saber los detalles sórdidos. ¿Creer que tu cónyuge está siendo infiel es una indicación de que hay algo fundamentalmente mal en tu relación y simplemente quieres una excusa para terminarla? En ese caso, está a punto de desmoronarse y tal vez sea más productivo dedicar tus energías a rescatarla o simplemente terminarla por completo. Y si decides investigar, prepárate para lidiar con o que encuentres, sea bueno o malo. Nota: Algunas de las sugerencias para "espiar" a tu cónyuge pueden ser ilegales en la región en la que vives. Conoce bien la ley a la que estás suscrito antes de actuar. 

Descubre a tu cónyuge hablando por teléfono

  1. Si tienes una línea telefónica tradicional, espiar las conversaciones en ella resulta de lo más fácil.
    • Lleva un poco de línea extra a un lugar de la casa donde tu cónyuge casi nunca entre, y conecta un teléfono especial para tu investigación: desatornilla el micrófono para dejar solo el auricular, y lograr así que puedas escuchar cada llamada sin que tu respiración te delate mientras estás a hurtadillas en el teléfono.
    • Cuando escuches a tu cónyuge gritar, "Ya contesté, cariño" (y sospechas que puede ser su amante), ve a tu "cuarto de espionaje," y con mucho cuidado levanta el auricular del teléfono, o presiona el botón correspondiente para entrar a la llamada; recuerda que hacerlo suavemente no significa dudar: si manoseas demasiado el aparato o los botones se levantarán las sospechas de las otras personas que estén en la línea.
  2. Usa la función de grabar llamadas entrantes. Si puedes encontrar un teléfono con funciones avanzadas, y crees que tu cónyuge no se atreve a recibir llamadas de su amante mientras tú estás en la casa, grabar las llamadas será la herramienta de la que deberás echar mano. Es probable que lo sorprendas en momentos claves del día, tal vez antes de que uno de los dos vaya a la cama, o se disponga a comer, y necesite oír un segundo la voz de su "amorcito".
    • Si tienes un smartphone o un teléfono celular con grabadora de voz, coloca el auricular del móvil junto al del teléfono fijo, y graba los intercambios amorosos para la posteridad, o bien reconfórtate sabiendo que era solo la llamada inocente de un amigo. Así podrás estar seguro de si debes abordar a tu cónyuge más tarde con su cepillo de dientes para pedirle que se vaya a dormir a otra parte, o si la sorprendes con su postre favorito para pedirle perdón secretamente por tus sospechas infundadas.
  3. Usa un aparato de monitoreo para bebés. Esta es la manera más barata de espiar, sin recurrir a soluciones de electrónica avanzada. Por supuesto, si no hay ningún bebé en la casa en este momento de sus vidas, puede ser difícil disimular la presencia de monitores por toda la casa. Pero hay maneras de colocar al menos un monitor en secreto. Aprovecha alguna las "excursiones" de tu cónyuge fuera de la casa, y ve a una tienda de electrónicos para conseguir un monitor básico para bebés; compra también una lata de pintura en aerosol y algo de cinta de enmascarar si necesitas cubrir luces parpadeantes en el dispositivo.
    • Pinta el lado receptor del juego de monitoreo que compraste, teniendo cuidado de no usar demasiada pintura (el olor podría delatarte) y de cubrir los orificios del micrófono para no bloquearlo y terminar con un monitor que no te permita escuchar nada
    • Ve al cuarto donde crees que tu cónyuge puede estar sosteniendo las llamadas clandestinas con su amante, y encuentra un lugar poco notorio donde puedas esconder el aparato. Quizá detrás del librero, o de un sillón; debe ser relativamente fácil, salvo que tengas mala suerte y sospeches que tu cónyuge hace las llamadas en el lugar más difícil para esconder un monitor: el baño.
    • Enciende el receptor, y sube el volumen de un radio o televisión que esté en ese cuarto solo hasta el mínimo nivel de audibilidad humana, el nivel de los cuchicheos. Ve a tu centro de espionaje, activa la otra parte del monitor para escuchar lo que registra, y comprueba que puedes escuchar; si no es así, ajusta la posición hasta que tengas un acceso claro al campo auditivo del cuarto que pretendes espiar.
    • Cuando llegue esa llamada con la que tu cónyuge se disculpe de la mesa con un "Perdón, tengo que atender porque es del trabajo", dile que está muy bien por ti, que ahí lo esperas (de cualquier manera, si tus sospechas son ciertas, tu cónyuge estará tan emocionada con la idea de escuchar a su amante que no pensará mucho en dónde vas a estar tú). Ve a tu centro de espionaje, enciende el monitor y prepara el sistema de grabación con el que cuentes. Si escuchas lo que realmente temías oír, puedes ir de inmediato a la habitación de tu cónyuge e interrumpirla con el dinero para tomar un taxi al hotel más cercano. Por supuesto, si lo que escuchas "Claro que sí, jefe, mañana completo las estadísticas y envío el reporte... Espere, creo que hay un receptor escondido en mi escritorio", entonces tú serás la parte que deba ir preparándose para tomar ese taxi.
  4. Graba con un dispositivo digital activado por voz. Hay grabadoras digitales en todas las formas y tamaños, que pueden disimularse en formas desde un bolígrafo hasta una memoria USB; solo hace falta colocar la grabadora en un lugar estratégico para captar el inicio de una conversación telefónica, y podrías grabar toda la conversación ilegal que esperabas sorprender. Es una trampa en potencia activada por la voz, cuyas grabaciones puedes revisar cada que te parezca apropiado.
  5. Rompe toda contención interior, y espía directamente el teléfono y la computadora de tu cónyuge. Intenta revisar los mensajes de texto, pero también los tweets y publicaciones de Facebook, ya que a menudo los consejos y los comentarios de los amigos pueden ser indiscretos. En el caso de los mensajes de texto, normalmente la carpeta "Enviados" será más reveladora para ti que la carpeta "Recibidos".
    • Revisa el correo electrónico. Otra manera en la que tu cónyuge puede estar programando sus citas con su "nuevo corazoncito" es a través del correo electrónico o los servicios de chat en línea. ¿No crees que sería una magnífica idea que cada palabra que tu cónyuge enviara en línea se registrará para que recibieras una copia de la transcripción en tu correo? Existen algunos programas de computadora, en una categoría muy específica llamada software de grabación digital remota (o bien, si buscas en inglés: remote spy software) con el que puedes registrar todos sus correos electrónicos, publicaciones en Internet, páginas visitadas, mensajes intercambiados en chats, e incluso (en los programas más avanzados) las teclas que presiona; al final del día el registro de toda la actividad puede enviarse a tu correo electrónico.
    • A menos de que tu cónyuge sea muy cuidadoso o no confíe para nada en ti, tampoco debe resultarte tan difícil encontrar un momento a solas con su teléfono o su computadora para revisar su historial, los mensajes intercambiados, las aplicaciones que usó recientemente, y otras migas de pan que puedan indicarte el camino a descubrir la aventura.
    • Probablemente también tendrá cuidado de cerrar las sesiones en todas sus cuentas cada vez que utilice la computadora, y cambiar continuamente sus contraseñas. Si después de intentar con las contraseñas que a ti te parecen más obvias, no logras encontrar la correcta, puedes buscar en Google software que te permita hackear el acceso a cuentas protegidas.

Usa otros métodos para espiar a tu cónyuge

  1. Usa todas las herramientas a tu alcance. Los objetos inanimados son los mejores aliados porque no pueden delatarte. Las cámaras ocultas tienen ahora las formas más ingeniosas, y puedes comprarlas a un precio accesible. Pueden ser tan discretas que tú mismo te olvidarás de que hay una cámara ultramoderna escondida en la nueva lámpara de noche que le regalaste a tu cónyuge.
  2. Instala un GPS en el coche de tu cónyuge. Puedes rastrear la ubicación de tu cónyuge si suele moverse en coche, simplemente colocando un dispositivo GPS escondido en el vehículo. Así podrás saber adónde va con el auto, y cuánto tiempo permanece ahí. La próxima vez que te diga "Me quedo a trabajar hasta tarde", puedes comprobar si realmente su coche está en la oficina, y en caso contrario seguir a tu cónyuge, hasta tocar en la habitación de un motel y manifestar tu asombro por su nuevo lugar de trabajo.
  3. Cuenta el kilometraje. Una alternativa a usar un dispositivo de rastreo GPS (que puede ser algo costoso) es simplemente registrar el kilometraje del coche de tu cónyuge, antes y después de que vaya al trabajo. ¿Los kilómetros recorridos cada día son congruentes para la distancia que maneja hasta su trabajo? Si notas alguna irregularidad puedes empezar a considerar la opción de que efectivamente tus sospechas apuntan hacia una verdad incómoda.
  4. Presta atención especial a los amigos de tu cónyuge. ¿A quién ha estado frecuentando más últimamente? ¿Son amigos a los que tú también conoces? Cuando tengas la oportunidad de que te presente a un nuevo amigo o amiga, mantente muy alerta para ver si detectas alguna emoción negativa de su parte. Si se trata de un amante probablemente no te verá con buenos ojos, o quizá deje traslucir algo de culpabilidad. Si solo es un amigo cercano, quizá esté al tanto de la "aventura", y no sabe si debe decirte la verdad. No hagas preguntas directas. Lo que la gente "calla" puede ser tan significativo como lo que te "dice" efectivamente.
  5. Estudia el historial de llamadas de tu línea telefónica. Si la memoria del aparato es limitada o está bloqueada, puedes ver las llamadas en el servicio en línea de la compañía telefónica. Tal vez es tu cónyuge quien dio de alta el servicio y quien sabe la contraseña, pero como eso pasó hace tanto tiempo, quizá usó una contraseña que tú todavía puedes adivinar. Si detectas un número telefónico que aparece muchas veces, estudia la frecuencia y duración de las llamadas. ¿Van en aumento, se mantienen igual o están disminuyendo? Evaluar esto puede informarte sobre cómo van exactamente las cosas entre tu cónyuge y esa otra persona con quien sospechas una relación indebida.
  6. Observa si se producen cambios de comportamiento. Si tu cónyuge cambia su apariencia, su gusto en ropa, si baja o sube de peso, si se muestra más frío, si ya no quiere hablar de proyectos a futuro, no muestra interés en el sexo y se aleja de ti en los gestos más simples de la vida cotidiana. Todos estos cambios pueden darte información valiosa. Si se producen cada vez de forma más marcada puedes saber que algo va mal.
  7. Busca actos secretos. Tal vez descubras que tu cónyuge tiene un nuevo teléfono que usa para mantener ocultas ciertas llamadas. También revisa los archivos en la papelera de su computadora; a menudo las personas borran los archivos, pero se olvidan de vaciar la papelera con los archivos que borraron.

Prepárale una trampa a tu cónyuge

  1. ¡Sorprende a tu cónyuge en con las manos en la masa! Si realmente estás convencido de que tu cónyuge está engañándote con alguien más, pero después de monitorear su comportamiento, sus llamadas de teléfono y su computadora, no has logrado descubrir nada concreto, piensa en qué tan dispuesto estás a arrinconar a tu cónyuge para comprobar que tu corazonada sobre su aventura es verdadera.
    • Pregúntate en forma sincera por qué sospechas de tu cónyuge. ¿Tienes buenas razones, reales o imaginadas, para no confiar en tu cónyuge? No hace falta que sea una prueba legal contundente, pero, ¿existe algo realmente que pueda respaldar tus sospechas más allá del instinto? No es nada raro que un cónyuge reúna una serie de circunstancias no conectadas, para forzarlas dentro de una teoría en la que necesita convencerse de que su cónyuge le es infiel, pero que en realidad solo es un reflejo de los propios conflictos emocionales e inseguridades.
    • Solo porque tu cónyuge parezca menos interesado en ti, no significa que te esté engañando. Si dice que trabaja hasta tarde, o sale mucho con amigos, quizá solo se trate de eso. También es frecuente que las personas que han estado juntas por mucho tiempo olviden las razones que los llevaron a enamorarse el uno del otro; las prisas de la vida diaria hacen que un cónyuge se considere a menudo como algo obligatorio, o que hay que dar por descontado, y no se hacen esfuerzos por manifestar lo importante que esa otra persona es en nuestras vidas. Y también hay casos en los que simplemente un hombre o una mujer se "casan con su trabajo", una razón algo triste para dejar de pasar tiempo contigo, pero no una infidelidad.
  2. Haz algunas suposiciones. Si piensas que tienes una verdadera razón para sospechar de tu cónyuge, entonces empieza con la suposición de que él tomará algún tipo de precaución para permanecer encubierto cuando sea infiel.
    • No va a enviar correos electrónicos desde su computadora en casa, ni va a hacer llamadas desde la línea hogareña.
    • No va a simplemente decir que sale tarde del trabajo, cuando puede haber un registro de asistencia o compañeros que la delaten.
    • Intentará seguir con su rutina normal, con los tiempos y actividades a los que tú estás acostumbrado, usando esa programación de la que no sospechas para encontrarse con su amante. Una aventura estrictamente sexual no necesita de mucho tiempo ni dedicación. Piensa que tu cónyuge podría simplemente ir a hacer las compras en el supermercado, encontrarse en el estacionamiento con su amante para ir media hora al hotel más cercano, y regresar a casa después de un tiempo razonable, con todos los productos que se supone iba a comprar. Si tu cónyuge es realmente bueno engañando, entonces tú tendrás que tenderle una trampa realmente buena.
  3. Comienza a preparar tu emboscada en todos los frentes posibles. Consigue una buena cámara con zoom telescópico; instala un rastreador GPS en una prenda o accesorio que tu cónyuge use todo el tiempo (reloj, billetera); esconde una grabadora activada por voz detrás de tu cama. Después, comienza a hablar de un viaje de trabajo; lleva a casa los panfletos del hotel en el que te quedarás, los horarios de las "sesiones de trabajo" que deberás cumplir, y déjalos en un lugar accesible para que tu cónyuge pueda comprobar por sí misma el tiempo en el que estarás lejos de casa, sin que sospeche nada.
    • Haz tu tarea a la perfección: consigue boletos de autobús o avión reales, y reservaciones de hotel que puedan comprobarse. Si puedes, contrata un seguro contra cancelaciones para no perder todo tu dinero cuando llames a última hora para cancelar. Si no, considéralo una inversión para que tu plan funcione.
  4. Sal a cumplir tu "ruta de viaje". Recuerda llamar a la hora en que se supone que debes abordar tu avión o autobús, y llama de nuevo a tu cónyuge para avisarle cuando hayas llegado. Puedes hacer todo esto desde un hotel cercano a tu casa. Haz una llamada al día siguiente, para decir que todo va bien, aunque trabajarás hasta tarde y por eso decidiste llamar antes.
  5. Monitorea la actividad del rastreador GPS que instalaste en tu cónyuge, y si sale de casa a un lugar desconocido, síguela discretamente y observa desde lejos.
    • Sigue a tu cónyuge a donde vaya; lo ideal es que uses un auto rentado. Debes estar seguro de poder controlar tus emociones y no hacer nada que te traicione si vas a hacer este espionaje directo.
    • Si tu cónyuge simplemente va a su casa, estaciónate en la misma calle y observa.
  6. Repítelo las veces que sea necesario. Usa la cámara cuando sea pertinente. Si no detectas nada por tu cuenta, revisa más tarde las grabaciones ocultas que dejaste preparadas en casa.
    • Si necesitas más tiempo, puedes llamar a tu cónyuge para avisar que en tu trabajo te pidieron quedarte una noche más.
  7. Si descubres algo, puedes presentar la evidencia que conseguiste. Y si no, quizá quieras volver a intentarlo dentro de varios meses, pero no pierdas la discreción. En cualquier caso, no dejes que la farsa se prolongue mucho: tarde o temprano tendrás que confrontar a tu cónyuge, con evidencias o solo con tus sospechas, y hablar hasta que la relación cambie, se arregle o termine según deba suceder.

Después de descubrir la infidelidad

  1. Deberás lidiar con tus emociones después de comprobar que te engañaron. No es nada agradable saber que tus sospechas eran reales, y es probable que toda tu vida personal pierda cualquier ilusión de equilibrio que te mantuviera a flote. Además, probablemente tengas sentimientos de culpabilidad por la manera baja y furtiva en la que tuviste que averiguarlo todo. En suma, es un proceso en extremo hiriente para tu vida emocional, y te dejará en una situación de auténtica debilidad.
  2. Si tienes una prueba concreta e indiscutible de que tu cónyuge te engaña, entonces también tienes ya motivos reales para sentirte infeliz y miserable. Pero a pesar de todo es mejor saberlo que permanecer con la duda constante; a su debido tiempo, quizá te darás cuenta de que hay alguien que realmente te merece, y no es tu cónyuge actual. Busca el apoyo de amigos, familia, e incluso tal vez un doctor o un consejero para superar este proceso arduo y traumático. La decisión de si debes romper la relación o buscar arreglarla es algo muy complejo; navegarás por aguas turbulentas y desconocidas, que es la razón por la que necesitarás de todo el apoyo disponible. Tal vez leer sobre cómo se puede salvar un matrimonio te ayude para considerar tus diferentes posibilidades.
  3. Si no encuentras pruebas de la infidelidad de tu cónyuge, tendrás muy pocas razones para seguir creyendo en tus sospechas. O bien, si todavía crees que tu cónyuge es simplemente alguien muy cuidadoso y bueno para los secretos, al menos tienes una red de herramientas para descubrir su infidelidad cuando se descuide en el futuro. Sin embargo, después de todos estos intentos de espionaje, debes tener la certeza absoluta de que tus sospechas todavía son válidas, o de lo contrario estarás cometiendo una injusticia terrible, que eliminará cualquier rastro de confianza aun pudieras encontrar en tu matrimonio.

Consejos

  • No ignores lo que dice tu instinto, haz unas cuantas investigaciones para poder descartar tus malos presentimientos con seguridad.
  • Sospecha en especial si tu cónyuge compra un teléfono celular extra, y no da ninguna razón para haberlo hecho, o lo mantiene escondido hasta que te topas accidentalmente con él. Otras señales sospechosas son descubrir que súbitamente añadió una contraseña de acceso a su computadora o teléfono, o que pone este último en modo de silencio todo el tiempo.
  • Compra un equipo de detección de semen para revisar la ropa interior de tu cónyuge. Pero toma en cuenta que esta violación de la intimidad es extrema, y debe ser solo un recurso cuando pienses que no hay marcha atrás.
  • Si cuando preguntes sobre dónde estuvo tu cónyuge mientras se ausentó de casa, ella se limita a tocar su cara, o hace gestos nerviosos mientras da una respuesta, puede ser un signo delator.
  • Revisa el interior del coche de tu cónyuge por muchos días seguidos. Puedes encontrar cualquier rastro sospechoso, desde un vaso de café desechable hasta la esquina de un empaque abierto de preservativos.
  • Haz chistes sobre situaciones de infidelidad para observar sus reacciones.
  • Usa tus sentidos físicos. Cuando regrese de una de sus reuniones sospechosas, acércate a tu cónyuge e intenta descubrir la esencia de otra persona. También puedes observar si ha vuelto a utilizar colonia o perfume cuando ya no los usaba desde hace tiempo, o si compró una nueva marca que tú no conoces.
  • Si tu cónyuge comienza a recibir y a enviar muchos mensajes de texto cuando antes era algo inusual para ella, quizá esto significa que algo está pasando.
  • Los cambios súbitos en apariencia también pueden ser significativos. Si tu cónyuge pone de repente mucho empeño en su arreglo personal, puede ser una señal de que algo está ocurriendo con una persona a la que busca impresionar. Pero ten cuidado; no es algo seguro, pues muchas personas tienen crisis con la edad que las llevan a intentar mejorar su apariencia.
  • Si sientes que en una conversación tu cónyuge se empieza a poner a la defensiva cuando tu insinúas lo inusual de sus salidas de casa, no dejes las cosas a la mitad si ella intenta salir del embrollo: presiona a tu cónyuge hasta que quizá su concentración se rompa y termine por confesar. Pero hazlo solo si es muy evidente que tu cónyuge está sudando y se siente incómodo y a punto de ser descubierto. Si la presionas y es inocente, tú eres quien estará en problemas.

Advertencias

  • Es posible que no te agrade lo que vas a descubrir. El que sientas que quieres saber lo que ocurre no significa que "realmente" quieras saber lo que ocurre.
  • Si tus sospechas resultan ser simple paranoia, y tu cónyuge termina por descubrir todas tus maquinaciones de espionaje, el daño que causes a tu matrimonio será irreparable. Pero aun si no te descubren, una visita al psicólogo es recomendable para lidiar con tu falsa percepción de la realidad.
  • Ten en cuenta que la manera de usar los aparatos electrónicos para obtener evidencia puede implicar violaciones legales a la privacidad de las personas. Revisa tu jurisdicción local para asegurar de que no estés violando ninguna ley. Con frecuencia estas actividades podrían meterte en problemas legales serios si se descubren:
    • Espiar a tu cónyuge sin su consentimiento.
    • Entrar a la computadora de cualquier persona sin contar con su permiso.
    • Usar software para hackear el acceso a información personal.
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