Cómo ser director general

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Convertirte en un director general no sucede de la noche a la mañana. Un director general asciende a través de los rangos y alcanza la cima gracias a una combinación de trabajo duro, perseverancia además de rasgos y cualidades que lo hacen un líder de negocios de primera. Lee la siguiente guía para aprender acerca del camino que te permitirá convertirte en un director general y los pasos que deberás seguir para mantenerte exitoso.

Obtener un título

  1. Recibe una educación. Si quieres convertirte en un director general, necesitarás tener un buen desempeño en la escuela. Debes obtener una licenciatura y una maestría. Concéntrate en tus estudios en un área que sea relevante para la industria a la que esperas ingresar, pero mantén las cosas lo suficientemente generales que te permitan ser flexibles en caso de que obtengas el trabajo de tus sueños justo después de terminar la universidad.
    • Muchos directores generales primero deben completar una licenciatura, trabajar durante varios años como empleados, escalar posiciones y luego volver a un programa para hacer una maestría en Administración de Negocios a fin de obtener un título. No necesitas postergar tu unión a la fuerza laboral solo por el hecho de que no tienes toda la educación que quieres.
    • Mientras más grande sea la empresa en la que quieras trabajar algún día, más importante será el hecho de que asistas (y te gradúes) a una escuela que cuente con algunas distinciones unidas a su nombre. Obviamente, algunos directores generales nunca se gradúan de la universidad, pero en lo que a cifras se refiere, tu mejor oportunidad es tener un nombre prestigioso en tu título. Si vives en los Estados Unidos, considera algunas escuelas de la Liga Ivy (o Liga de la Hiedra), pero tampoco olvides las pequeñas universidades de artes liberales con programas de negocios respetados.
  2. Pasa un tiempo adicional aprendiendo finanzas. Nada ayuda mejor a un director general a tomar decisiones sabías para la empresa que una base sólida de conocimiento financiero. Si bien puedes estudiar y aprender de finanzas y economía en cualquier etapa de tu vida, tus años universitarios probablemente sean la mejor oportunidad que tendrás alguna vez. Si no te especializas en contabilidad, economía o finanzas, toma muchos cursos electivos en dichas áreas, incluso considera alguno menos importante.
    • Una vez que seas parte de la fuerza laboral, aprovecha cualquier oportunidad que tu empresa te brinde para aumentar tu conocimiento financiero a través de seminarios, clases especiales y otros eventos. Un gran director general nunca deja de ascender, actualizarse y perfeccionar sus conocimientos.
  3. Crea conexiones desde un inicio. Durante la universidad, asiste a seminarios de negocios y a eventos de networking cada vez que puedas. Postula a prácticas en donde puedas demostrar tus habilidades de liderazgo y voluntad para trabajar duro: sigue postulando hasta que obtengas alguna (o varias). Ofrece tu tiempo para ayudar con eventos de caridad y otros más que te permitan codearte con futuros empresarios. En resumen, actúa como si ya estuvieras subiendo por la escalera corporativa antes de que siquiera comiences a hacerlo.
    • No dudes. Nunca es demasiado pronto para empezar a dar la impresión correcta en los líderes empresariales y cívicos de tu localidad. Nunca se sabe quién podría notarte y ayudarte a allanar el camino hacia tu primer trabajo real con una buena referencia o una palabra amable acerca de ti cuando llegue el momento.
  4. Apunta a las estrellas. Tan pronto como obtengas un trabajo en base a tus calificaciones universitarias (incluso si aún sigues en la universidad en este momento), trátalo como si quisieras tener tu propia empresa. Los empleados que tienen un sentido de vitalidad y de seriedad con sus trabajos son pocos y distantes entre sí. Impulsa a tu empresa, juega en equipo y mantén la confianza, y lograrás que te noten. Acepta labores adicionales con celo y búscalas por tu cuenta cada vez que puedas. Haz lo que puedas para demostrarles a tus jefes que eres serie con respeto a escalar en tu vida profesional.
    • Haz todo lo que puedas para estar en contacto (a un nivel de amistad) con los ejecutivos de alto nivel en tu empresa y cada vez que los veas durante el trascurso de tu carrera. Observa la forma en la que actúan y hablan. Incluso podrías pedirle a uno que sea tu mentor. Lo peor que podría decir es “no” y los ejecutivos tienden a apreciar la presunción por sobre los buenos modales. Una mentoría ejecutiva, si puedes conseguirla, es una herramienta poderosa para acelerar tu carrera.
  5. Mantente flexible. No se habla mucho de ella en estos días, pero la ambición pura es un rasgo muy útil (algunos incluso podrían decir que vital) para un líder empresarial. Una parte de ser ambiguo y agresivo con respecto a avanzar en tu carrera consiste en ser abierto para elegir rumbos que no esperarías tomar. Por lo menos, mantente abierto ante la posibilidad de cambiar turnos o lugares con la finalidad de asegurar un avance. Si optas por ser un gerente en una sucursal en un lugar lejano, probablemente obtengas la promoción por encima de otros que tienen más dudas al respecto.
    • Una vez que hayas trabajado con una empresa durante uno o dos años, si sientes que no eres tomado en cuenta para una promoción, evalúa regularmente las listas de trabajo y postula a cualquier puesto que parezca un avance significativo. Muchos directores generales comienzan sus carreras como administradores y vicepresidentes junior para dos o tres negocios relacionados antes de convertirse en los jefes de su propia empresa.
    • No temas convertirte en un emprendedor. Los directores generales y los empresarios comparten muchos rasgos, y alguien que quiere convertirse en uno puede obtener un gran comienzo al convertirse en el otro. Si vislumbras una oportunidad para entrar a una empresa por tu cuenta y parece ser un mejor camino hacia el nivel ejecutivo que el trabajo en el que estás actualmente, no dudes en hacer el cambio. Desarrollar una empresa exitosa desde el principio es una distinción impresionante de cualquier currículum corporativo.
  6. Únete a un comité. Si puedes, opta por convertirte en un miembro del comité de directores en una empresa respetable. Esto te dará una experiencia valiosa que puedas utilizar para interactuar con el comité en tu propia empresa una vez que te conviertas en un director general. También es un excelente punto en tu currículum, pues casi la mitad de todos los directores generales en los Estados Unidos fueron miembros del comité en algún punto antes de convertirse en lo que so nactualmente.

Ser un director general excelente

  1. Entiende la labor de un director general. El director general de una empresa no necesariamente es el fundador o incluso el dueño, por lo tanto no es exactamente lo mismo que un empresario. Un director general no es un simple contador o un empleado de oficina. Por el contrario, su trabajo es “manejar” la empresa: supervisar decisiones financieras, solucionar desequilibrios y mantener las cosas en rumbo para proporcionar una mayor rentabilidad cada año. Esto significa que un director general es una combinación de una persona con ideas (como un emprendedor), una disposición a tomar riesgos y una capacidad para pensar en graden, así como una persona práctica, un gran observador en lo que respecta al dinero y a los recursos humanos, siempre dispuesto a profundizar en los detalles hasta que todo sea perfecto.
  2. Básate en la experiencia. La mayoría de los directores generales alcanzan su puesto después de muchos años (a veces décadas) de estar en la misma industria o incluso en la misma empresa. Una vez que llegues a la cima, no te olvides de tus raíces. Utiliza todo lo que sepas acerca de tu empresa (o área de la empresa) para administrarla de la manera más eficiente posible: las diferencias entre la política escrita y las “reglas básicas” prácticas, las relaciones que puedan darte una idea de los lugares a los que ya no estás estrechamente relacionado, actitudes y creencias entre los empleados de nivel bajo en lo que respecta a la empresa.
  3. Lidera con visión. Para ser un verdadero director general, debes ejercer control sobre tu empresa al formar el entorno laboral para que sea uno que tenga una cultura distinta y palpable. En otras palabras, un gran líder inserta la idea entre sus empleados de que son una parte de algo verdaderamente especial, algo más grande y más significativo que cualquier parte del conjunto. Tu actitud y tus acciones hacia tu fuerza laboral establecen muy claramente el ritmo en todos los niveles de la empresa.
    • Exígeles el máximo esfuerzo a tus trabajadores, pero permíteles cometer errores. Demuéstrales que la empresa cree lo suficiente en ellos para permitirles seguir intentando hasta que alcancen su objetivo, siempre y cuando sean lo suficientemente buenos en sus puestos para hacerlo de una manera grande. Fomenta la productividad al alentar la toma de riesgos y los juicios personales. Siempre tendrás la última palabra en caso de que haya alguien que no se ajuste a la empresa.
  4. Sé claro. Como director general, tu trabajo es manejar toda la empresa. Si bien puedes delegar muchas de las tareas diarias a tus subordinados, eres el único con la visión panorámica que puede ver todo el patrón de la empresa mientras se mantiene y cambia con el tiempo. Teniendo eso en mente, utiliza lo que veas, sé consciente de cómo comunicas tus planes y explica tus decisiones a tus trabajadores de una manera clara, sencilla y abierta. Si saben cuál es tu visión para la empresa, les será mucho más fácil ayudarte a conseguirla.
  5. Mantente conectado con tus trabajadores. Nunca sucumbas ante la ilusión de que el director general debe vivir y trabajar en una torre de marfil mientras que el resto de la empresa se encuentra debajo de él, bajo la guía de órdenes distantes desde lo alto. Un director general eficaz siempre está en el meollo de las cosas, visitando cada departamento, ayudando con cualquier labor para la que esté cualificado, conversando con los empleados y escuchando sus opiniones. Una parte de tu tiempo pasa necesariamente en la cima de todo, planificando con antelación y pensando en términos generales, pero debes pasar el resto del tu tiempo en el campo de batalla.
    • Siéntete libre de microgestionar en caso de que necesites mostrarle a alguien la forma en la que preferirías que lleve a cabo una labor. No solo le llames la atención o le digas que su trabajo no es bueno; por el contrario, sal del lado del conductor y hazlo tú mismo, explicándole la lógica de cada paso y acción sobre la marcha. Un gran director general lidera con el ejemplo, no con los insultos.
  6. Emplea la estrategia. Por encima de todo, una vez que te conviertas en un director general, tu objetivo será el futuro de la empresa. Debes ser un experto al pensar en seis movimientos con anticipación, en saber lo que pasará después y en adivinar lo que depara el futuro. Mantente al tanto de las tendencias y siempre piensa en el lugar que tu empresa ocupa en el mundo de negocios en general. ¿Cómo puedes mantenerte a la cabeza de la empresa? Si no lo estás, ¿cómo puedes hacer para eliminar al que está en dicha posición y ocupar su lugar? Si estas son las preguntas que ayudan a guiar tu estrategia de negocios, serás el director general más eficaz posible.

Consejos

  • Pon el tratamiento ético antes que los arrebatos emocionales.
  • Sé transparente. Considera la posibilidad de actuar en base a las sugerencias y los consejos (al menos en parte) de tu personal “teniente”. Esto te ayudará a convertirlos en parte de la asignación y la evaluación, lo que hará que te recompensen con buen trabajo y lealtad. Los “tenientes” son las personas que trabajan directamente para ti y te muestran los milagros, así que sé una figura de liderazgo para ellos y no les temas. Un buen líder tiene y confía en un buen equipo.
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