Cómo hacer café

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Alrededor del mundo, las personas se despiertan con el sabroso aroma del café, ¡o van hacia la puerta para conseguir la primera taza! Como consumidores de café, nos enfrentamos con una simple elección: hacerlo o comprarlo. Comprarlo tiene sus ventajas, pero por el precio de un par de cafés grandes en Starbucks, puedes disfrutar de un café gourmet durante una o dos semanas, recién salido de tu cocina. Te mostraremos cómo.

Usa una cafetera estándar

  1. Reúne los ingredientes. Necesitarás una cafetera con una jarra y un filtro limpio, un molinillo (molino) y una taza.
  2. Muele los granos de café. Regula tu molinillo a nivel medio (o en donde lo recomiende la cafetera). También puedes usar café que ya esté molido, a expensas de un poco de sabor. La clave es elegir bien los granos. Si quieres algo suave y agradable, prueba un café aromatizado o una mezcla suave. Si quieres un café fuerte y que te dé energía para "despertarte", podrías inclinarte por un expreso o un grano tipo Kona. Mezclar varios granos de café normalmente da una fabulosa combinación.
  3. Coloca el filtro en la canastilla de la cafetera. Siguiendo las instrucciones de tu cafetera en particular, usa el filtro del tamaño adecuado y ponlo en la canastilla. Si es desmontable, puedes lavar el filtro y la canastilla en agua caliente para eliminar cualquier sabor a papel.
    • También hay disponibles filtros permanentes reutilizables. Estos reducen el gasto de papel y no le dan sabor en absoluto a la preparación y se limpian con facilidad.
  4. Añade el café molido. La mayoría de los fabricantes de café recomiendan poner unas 2 cucharadas por taza. Ajusta esta proporción a tu gusto: un café fuerte requiere más café molido, un café más suave requiere menos. Si lo preparas demasiado fuerte, tienes la opción de añadirle algo de agua caliente a tu taza.
  5. Llena el tanque. Usa la jarra como una taza medidora llenándola con la cantidad adecuada de agua según la cantidad de café que acostumbras. (La mayoría de las jarras de café tienen las medidas en un lado.)
  6. Enciéndela. Presiona el botón/interruptor de On o de Power (botón de encendido). Después de uno o dos minutos, cuando la máquina ya pre-calentó el agua, tu café debe comenzar a salir. Algunas máquinas lo preparan con rapidez, pero otras lo hacen más despacio. Sin embargo la lentitud realmente no es mala, le da al resultado final un sabor más completo. Pon algo de música o entretente durante unos minutos mientras se hace el café. Estará listo cuando dejes de oír el burbujeo.
  7. ¡Bébetelo! Sírvete una taza y si lo deseas, añádele crema y/o azúcar.

Usa una prensa francesa

  1. Reúne los ingredientes. Necesitarás una prensa francesa (también llamada cafetera de émbolo o cafetera de pistón), café molido grueso, una cuchara de plástico o de madera, un temporizador y tazas.
  2. Muele tu café. Para la prensa francesa, inclínate por un tipo de molido más grueso para una extracción de sabor más uniforme y para tener una taza de café con más cuerpo. Si vas a comprar un molinillo de café, los molinillos de fresas son mejores que los molinillos de cuchillas porque dan un tipo de molido más consistente.
  3. Añade el café molido a la jarra. Pon el café molido directamente dentro de la jarra seca y limpia. Una buena regla es poner una cucharada de café molido por cada taza de agua. Por lo tanto, una prensa francesa de 4 tazas necesitaría 4 cucharadas de café.
  4. Pon el agua a hervir. Viértela dentro de la jarra, moviendo el chorro alrededor para saturar todo el café, hasta que esté a 2,5 cm (1 pulgada) por debajo del anillo metálico superior.
    • Dejar espacio en la parte superior permite que el café molido se expanda, o brote, y forme la crema, esa espumosa cubertura que normalmente se ve en el expreso.
  5. Enciende el temporizador. La clave para tomar una fabulosa taza de café con una prensa francesa es el tiempo. Programa tu temporizador 4 minutos y cuando hayas realizado el paso anterior, inicia el temporizador.
    • En el minuto 1, remueve el café molido para disminuir el brote y distribuirlo uniformemente. Termina de llenar la jarra con agua (a punto de hervir) hasta la parte superior del anillo metálico. Evita usar una cuchara de metal, que podría accidentalmente romper la jarra. En su lugar, usa una de madera o de plástico o una varilla. También funcionan bien los palillos chinos lacados.
  6. Colócale la tapa. Pon la tapa de ventilación y el montaje a presión sobre la jarra, asegurándote que la parte de la ventilación superior esté alineada con la tapa de la jarra.
  7. ¡Presiona! En el minuto 4, sonará la campana. Presiona el émbolo hacia abajo con suavidad pero con firmeza. Esto filtrará el café y detendrá el proceso de elaboración.
    • Nota: si te olvidas de removerlo en el minuto 1, entonces este paso puede resultarte difícil. No fuerces el émbolo hacia abajo, simplemente tira un poco de él hacia atrás, después repítelo, presionando hacia abajo. Al forzarlo, podrías romperlo, con lo cual sería un verdadero desastre, ¡y no podrás tomarte la primera taza de café del día!
  8. Sirve y disfruta. Sírvete lo que puedas en tu taza y vierte el resto dentro de una jarra térmica para mantenerlo caliente y con sabor. Añade crema y azúcar y saborizantes a gusto.

Usa una cafetera Chemex

  1. Reúne tus ingredientes. Necesitarás una cafetera Chemex, un filtro, café molido medio/grueso y tazas.
  2. Muele los granos de café. Usa un molinillo de fresas y fíjalo para un tipo de molido medio-grueso. Necesitas obtener unas 6 cucharadas de café molido para cuando termines.
  3. Instala y lava el filtro. Coloca el filtro plegado Chemex dentro del cono de la jarra, con los pliegues hacia la espita.
    • Vierte agua caliente a través del filtro para eliminar cualquier sabor a papel y para pre-calentar la jarra. Deja que el agua salga completamente, después tírala. Mantén el filtro pegado contra las paredes del cono.
  4. Añade el café molido. Vierte en el filtro 6 cucharadas de café molido medio/grueso.
  5. Brota el café. Pon agua a hervir y vierte solo la cantidad necesaria para saturar el café molido. Mueve el chorro de agua alrededor para que moje por igual todo el café, pero evita poner demasiada, lo que necesitas es que gotee muy poca agua la primera vez que la viertas. Deja que brote durante 30 segundos.
  6. Llena el cono. Vierte el agua alrededor del cono, interrumpiendo el brote del café y humedeciendo todo por igual. Llena el cono hasta que el agua esté aproximadamente a 0,65 cm (¼ de pulgada) de la parte superior, y deja que el agua se filtre a través del café, dentro de la jarra.
  7. El tercer vertido. Cuando veas alrededor de 2.55 cm (1 pulgada) del café molido pegándose a los lados del filtro, llena de nuevo el cono, vertiendo agua por los lados para quitar el café y ponerlo de nuevo en la mezcla, llena el cono hasta arriba.
  8. Retira el filtro. Cuando el agua se haya filtrado, retira el filtro y ponlo donde pueda terminar de soltar el agua sin causar un desastre.
  9. ¡Bébelo! Sírvete tú café, cremoso, endulzado y con el sabor que te guste. ¡Buenos días!

Usa una taza de cono

  1. Reúne los ingredientes. Necesitarás una sola taza de cono, un filtro adaptado (generalmente un Melitta #2), un molinillo, una taza desechable para los derrames y por supuesto una taza.
  2. Muele los granos de café. Para una taza de cono, muele el café a un punto medio/fino con un molinillo de fresas.
  3. Coloca y lava el filtro. Coloca el cono sobre la taza. Dobla el filtro por su junta y ponlo en el cono. Echa agua caliente en el filtro para quitar cualquier sabor a papel y para pre-calentar el cono y la taza. ¡Asegúrate de sacar completamente toda el agua antes de preparar el café!
  4. Añade el café molido. Añade unas 3 cucharadas de café molido al filtro.
  5. Brota el café. Pon agua a hervir y vierte solo la cantidad necesaria para saturar el café. Mueve el chorro de agua alrededor para empapar todo el café uniformemente, pero evita echar demasiada, lo que realmente necesitas es que gotee muy poca agua la primera vez que la echas. Déjalo brotar durante 30 segundos.
  6. Llena le cono. Vierte agua alrededor del cono, rompiendo el brote y humedeciendo por igual todo el café. Llena el cono hasta que el agua llegue hasta arriba y deja que el agua se filtre a través del café, dentro de la taza.
  7. Toma tu taza. Cuando esté a punto de llenarse, retira rápidamente el cono de tu taza a una taza desechable, así puede terminar de gotear completamente.

Prepara un expreso

  1. Comprende lo que es el expreso. El expreso es un poco diferente que los métodos tradicionales de goteo o de filtro. Este no solo requiere una máquina especial, también requiere un tipo especial de tostado, de molido y la experiencia de apelmazar correctamente la canastilla. Aunque es más complejo y probablemente al principio dará unas tazas de café menos deliciosas, una vez que le hayas agarrado la mano, ¡puede que nunca más te dejes embrujar por cuentos de sirenas!
  2. Reúne tus ingredientes. Necesitarás una máquina de expreso con una canastilla y un filtro limpio, un molinillo, una taza para elaborarlo y la taza adecuada para tu café terminado.
  3. Calienta con vapor tu taza de elaboración. Impactar el expreso recién preparado con una taza fría no le hará ningún favor al sabor de tu café. En este momento, también podrías pre-calentar la taza donde lo vas a servir.
  4. Muele los granos de café. Pon el molinillo en fino, y si es posible, muélelo directamente dentro del filtro y de la canastilla. Completa de modo que se redondee por encima de la canastilla.
  5. Da unos golpecitos y nivela el café molido. Da un golpe seco a la canastilla en el mostrador para "asentar" el café y con tu dedo o el dorso de una cuchara, marca el nivel del café molido con la parte superior de la canastilla.
  6. Compáctalo. Utilizando un compactador de café, presiona firme y uniformemente el café molido. Mantén el compactador (o apisonador) plano para que todo el café se presione por igual y la extracción no tenga ningún "punto caliente" donde el café esté más suelto que en otras partes.
  7. Coloca el filtro en la punta. Sujeta el filtro firmemente en la punta y enciende la máquina.
  8. Mantente atento a la preparación. El café saldrá por la espita en forma de uno o dos chorritos muy finos y cremosos y no a borbotones. Después de unos 25 segundos, hasta que tengas 44 ml (1.5 onzas), retira tu taza de expreso y pruébalo.
    • Cuando comiences, toma nota, así puedes ajustar el molido para hacerlo cada vez mejor. Si sale demasiado rápido y es demasiado fino, muélelo más fino. Si es muy espeso y tarda demasiado tiempo, la siguiente vez muélelo más grueso.
  9. ¡Bébetelo! Ya sea solo o con un terrón de azúcar morena, o como más te guste tu expreso. Aquí tienes algunas guías rápidas de bebida:
    • Macchiato: Una sola medida de expreso con una cucharada de leche espumada.
    • Con panna: Una sola medida de expreso con una cucharada de crema batida.
    • Cappuccino: Una sola medida de expreso cubierto de una medida igual de leche al vapor y otra medida de leche espumada.
    • Latte: Una medida doble de expreso, cubierto con 4 medidas de leche al vapor y decorado con leche espumada.
    • Café americano: Una o dos medidas de expreso en una taza para café, llenándola hasta arriba con agua caliente.

Usa una cafetera moka

  1. Lo que es. Una cafetera moka, también conocida como "máquina de expreso sobre el fuego" o cafetera italiana, realmente no hace "expresos" en el sentido tradicional de la palabra, pero sí hace una pequeña cantidad de café sabroso y con cuerpo.
  2. Reúne los ingredientes. Necesitarás una cafetera italiana con un filtro limpio, un molinillo y una taza.
  3. Pre-calienta el agua. Terminarás el café en la jarra, pero si comienzas con agua pre-calentada evitarás que la cafetera se caliente demasiado y queme el café, lo que resultará en un sabor desagradable. Precalienta al mismo tiempo tu hornilla (si es eléctrica.)
  4. Muele los granos de café. Si usas un molinillo de fresas ponlo en medio/fino a medio.
  5. Llena el fondo de la cafetera. Para tener mejores resultados, llénala tanto como indique la cafetera.
  6. Llena el filtro. Coloca el filtro dentro de la parte inferior de la cafetera, y llénalo con el café molido. Nivélalo con tu dedo o con el mango de una cuchara.
  7. Enrosca la parte superior. Monta la cafetera, ten cuidado de no derramar ni el café ni el agua caliente. Usa una toalla para evitar quemarte con la parte inferior de la cafetera.
  8. Pon la cafetera en el fuego. ¡Asegúrate de que el mango no esté directamente sobre el elemento que calienta, ya sea de gas o eléctrico! Deja la tapa abierta, así puedes ver el proceso de cocción y retirarlo cuando esté listo.
  9. Retíralo cuando esté listo. Cuando el agua llegue a hervir, el café comenzará a llenar la parte superior. Comenzará de color oscuro y se irá aclarando a medida que progrese la preparación. Cuando el flujo del café se vuelva pálido, retira la cafetera del fuego y cierra la tapa. Cuidado, ¡estará caliente!
  10. Detén la preparación. Pon la base en agua fría, o envuélvela con una toalla mojada en agua fría. Esto detendrá la preparación y mantendrá el café dulce y sabroso.
  11. Sirve y disfruta. Cuando la preparación se detenga, sírvete el café como más te guste. Vierte lo que sobre en una jarra térmica para mantener el buen sabor.

Comienza con un buen café

  1. Conoce tus granos de café. Antes de verter una gota de agua caliente sobre el café molido, tienes que saber lo que puedes esperar. Comienza preguntando a tu amable camarero qué es lo que usan para elaborar tu café preferido.
    • El sabor del café depende de muchos factores: dónde crecen los granos y a qué altura, el tipo de planta y cómo lo han procesado, secado y tostado.
    • Cuando preguntes, toma nota: la respuesta podría variar entre Hawaiian Kona a Ethiopian Heirloom a "una lata de Maxwell House instantáneo."
    • Si es posible, compra los granos de un tostador local y muélelos en casa cuando lo necesites, para asegurarte la taza de café más fresca y llena de sabor.

Consejos

  • El café molido puede ponerse rancio rápidamente si no lo mantienes en un envase hermético. Mantenlo en una bolsita con cierre hermético o en algo similar.
  • La clave es la selección. Esto puede macar la diferencia entre una legendaria taza de café o un tazón de café común.
  • Para algunas personas, lo que hace que un café sepa bien es ponerle leche que sea mitad y mitad (mitad leche y mitad crema) y azúcar. Si no estás muy acostumbrado a la cafeína, podrías poner un poco más de la leche mitad y mitad, pero para aquellos que quieren un sabor más intenso, o para aquellos que toleran bien la cafeína podrían querer menos leche. El azúcar cambia drásticamente el sabor, así que ponla lentamente y comprueba el sabor poco a poco, hasta que quede justo como te gusta.
  • Si eres goloso, pon un poquito de chocolate o de azúcar con el café molido, se preparará con un sabor más dulce.
  • Algunas personas preparan el café por su aroma agradable y enmascarador. Para esto, puedes usar granos más dulces. Considera usar 100% de café con crema irlandesa o café con ½ de avellana y ½ de crema irlandesa. Si realmente necesitas disfrazar un mal olor enorme, prepara un potente expreso.
  • Hacer un pre-lavado, dejando que el agua pase a través del filtro de papel (sin que haya café en él) eliminará las partículas que hacen que tu café sepa a "agrio". ¡Esta agua caliente se puede usar para pre-calentar un termo!
  • Algunas tiendas tienen unos granos de café más fuertes que otras. Experimenta con la cantidad.

Advertencias

  • No pongas diferentes tipos de café molido en tu mezcla de manera aleatoria. Esto alterará el sabor del tu café y muchas veces bajará su calidad. Experimenta, pero toma nota de las proporciones.
  • El café estará caliente. Te quemarás así que espera a que se enfríe.
  • No abuses del café molido cuando empieces a tomar café. Empezarás a saltar por las paredes y después de eso tendrás un fuerte dolor de estómago.
  • No bebas demasiado café, o tendrás dolor de cabeza, dolor de estómago y diarrea. Es muy desagradable y doloroso, por no mencionar el desgaste en el esmalte de los dientes.
  • Para aquellos a los que les gusta el café doble (o volver a poner el café recién hecho en la cafetera para hacerlo de nuevo con un sabor fuerte), no te excedas haciéndolo o tu café sabrá a quemado.

Cosas que necesitarás

  • Algún tipo de cafetera
  • Café molido o granos de café
  • Molinillo (el de fresas es el mejor)
  • Filtros de papel
  • Agua (la filtrada es la mejor)
  • Azúcar y leche (opcional)
  • Tazas
  • Cucharas
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