Cómo sobrellevar el estar casado con un maniático del orden siendo desordenado

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Dicen que los opuestos se atraen. Cuando dos personas viven juntas en matrimonio, hay muchos cambios a que adaptarse. Vivir con otra persona te enfrenta con muchas clases de diferencias que no sabías que existían entre ustedes. Al final, la clave es tener fuerza. Con comunicación y compromiso pueden vencerse las diferencias; es lo que diferencia a una relación larga de una de corta vida. Sin embargo, cuando se juntan un maniático del orden y un desprolijo se da una combinación volátil. Lograr entenderse puede llevar tiempo pero es posible.

Pasos

  1. Escribe una lista de las cinco cosas que más te molestan sobre los hábitos del maniático de la limpieza de tu esposo. Escribe formas de comprometerse con lo que no te gusta del hábito, mientras tú estás dispuesto a poner tu parte. La idea es presentarle a tu esposo esas preocupaciones, o al menos usarlas como punto de partida para saber qué decirle, con situaciones reales para respaldar tus puntos. Por ejemplo:
    • “No me gusta que mi mujer cambie de lugar las pilas de libros y las deje lejos de la mesa de luz. Propongo comprar una estantería para ponerlos para no tener que dejar los pilones por ahí y que ella no los tenga que sacar de la habitación.”
    • “No me gusta que mi marido reordene los alimentos en la despensa en una manera que él piensa que funciona. No tendría problema si él cocinara casi siempre, pero no es así, y nunca puedo encontrar nada. Propongo pasar una tarde ordenando la despensa de forma que funcione para mí principalmente, pero que él comprenda para poder usarla sin modificarla."
  2. Siéntate con tu esposo/a en un momento tranquilo, sin apuros para ir a algún lado.El fin de semana es un buen momento, o tal vez durante las vacaciones.
  3.   Comienza explicándole el problema a tu esposo/a. Evita las acusaciones.  No te centres en que “siempre” hace algo para molestarte. Así no conseguirás nada, y seguramente iniciarás una pelea. En cambio, usa mensajes que expliquen tus sentimientos: Por ejemplo:
    • “Me siento frustrado/a con la forma en que ______ (por ejemplo, organizas mis camisas). Me hace sentir que no te apoyo porque no soy tan prolijo/a, y no me gusta”.
    • “Me molesta cuando ordenas mi escritorio sin preguntarme. Tengo un método en mi desorden y no encuentro las cosas cuando lo limpias, y eso retrasa mi progreso”.
  4.   Deja que tu esposo/a responda con algo si lo desea. Si se pone a la defensiva, mantén la calma. Espera a que termine, y ofrece un compromiso, explicando por qué eliges esos hábitos en particular, sin acusar. Así reconoces que estás aceptando ser desprolijo y que algunos hábitos pueden cambiarse; asegúrate de reconocer esto abiertamente.
  5. Pasa un tiempo considerando diferentes formas de comprometerse. En primer lugar, ya aceptaste la posibilidad de un compromiso al presentar tus “ideas”. Tendrás que preguntar a tu esposo/a cuáles son sus ideas y ponerse de acuerdo en un punto intermedio. No te preocupes si tienen que hacer varios intentos para llegar a un mutuo acuerdo.
    • Haz un plan de acción. Prioriza los cuartos que estarán menos desordenados que antes, para que haya un "espacio común” y define una parte de la casa donde se permita limpieza o desorden total. Además, planifica compartir las tareas diarias o semanales de la casa en pequeñas dosis.
  6.   Discute los sentimientos de tu pareja acerca de los compromisos. Luego de ponerlos en práctica por un tiempo, si el arreglo parece injusto para alguno de los dos, vuelvan a renegociarlo. Sean abiertos, y tengan en cuenta que es difícil cambiar los viejos hábitos.
  7.   No te estreses demasiado si tu pareja no quiere o no puede cumplir el trato. Muéstrale que funciona. Si comienza a perder fuerzas, sostén tu parte del trato con firmeza, para que se de cuenta de que es importante para ti, y que lo debería ser también para él/ella. Después de todo, se trata de su relación.
    • Ten en cuenta que el maniático del orden y el desprolijo medirán el progreso de modo diferente. Para el desprolijo, limpiar lleva mucho más esfuerzo y tiempo, e incluye mucho revuelo emocional afrontar el desorden. Para el maniático del orden, el enojo puede convertirse en resentimiento por ver que las cosas no cambian rápido, y debe aprender a sofocar las críticas.
    • Ten en cuenta otro factor: el maniático del orden puede conseguir mejores resultados y más rápido mediante la enseñanza de las técnicas. Muchos desprolijos no son perezosos, sólo que no tienen tanta experiencia. Observa cómo tu esposo/a hace las mismas tareas cuando está de buen humor y motivado para hacer un buen trabajo. Tómale el tiempo. Discute métodos de limpieza. Por lo general, los militares limpian mucho más rápido y eficientemente que los civiles porque se les enseñó en el entrenamiento básico.
  8. Sé paciente. El cambio requiere tiempo. Es un proceso gradual. Ninguno puede tomar la decisión de cambiar por completo, porque las características de uno están hechas de muchas partes pequeñas, cada una de las cuales necesita afrontarse. Lo más importante es afrontar los hábitos que causan tristeza o molestia al otro, para poder convivir.
    • Quédate con lo positivo. Por ejemplo, el maniático de la limpieza tiene todo ordenado para que puedas recibir visitas tranquilo. Y el desprolijo deja que el maniático de la limpieza aprenda a descuidar su cabello cada tanto y a no preocuparse demasiado si la cubierta del sofá está un poco torcida. Ambos tienen una excelente oportunidad para aprender del otro, comprometiéndose, aceptándose y aprendiendo a amar las partes negativas de nosotros mismos que a veces intentamos enterrar.

Consejos

  • Comienza de a poco, y luego sigue el camino hacia el trato que mejor resulte.
  • No te des por vencido, pero no seas terco.
  • No critiques los intentos de tu compañero cuando no resulten inmediatamente o cuando no haga las cosas como tú las harías. Es difícil emocionalmente para un maniático del orden relajarse, y lo es igualmente para un desprolijo empezar a limpiar. Observa el progreso y anímalo, muestra tu apreciación.
  • Algunas tareas no deberían compartirse. Mantener la sala limpia para las visitas en una tarea compartida de la que ambos se benefician. Ordenar la ropa por tamaño y color le irá mejor al maniático del orden, así que debería ser su responsabilidad mantener las cosas ordenadas así. Puede limpiarse la oficina, pero dejar el escritorio intacto.

Advertencias

  • No olvides que tú también debes hacer sacrificios.
  • Recuerda que primero tienes que evaluarte a ti mismo/a. ¿Tienes un problema con el desorden y mantienes las cosas demasiado ordenadas?¿Necesitas tratamiento?
  • Ten en cuenta que a veces tu esposo/a puede tener un asunto psicológico que necesite tratamiento. Por ejemplo, el desorden puede ocurrir como resultado de una depresión o un desorden de acaparamiento; los maniáticos de la limpieza pueden sufrir de perfeccionismo o un desorden obsesivo compulsivo. Ten prudencia y refiere estas posibilidades a un profesional de salud mental si es necesario. Y sé comprensivo si tu pareja sufre de una enfermedad mental que empeora los desafíos hogareños.
  • Ten en cuenta que tú o tu cónyuge pueden tener problemas físicos de los que no estén al tanto. Las diferencia de altura pueden dejar fuera de alcance los estantes superiores. Problemas en la espalda puede hacer que las tareas en las que hay que agacharse generen dolores, a veces, acumulativos. La fatiga crónica es un síntoma de muchas enfermedades diferentes que pueden afectar la habilidad de una persona para estar al día con las tareas hogareñas: una pareja con fatiga crónica priorizará el trabajo y otras cosas antes que la limpieza de la casa, incluso antes de saber que tienen fatiga crónica. Es muy común confundir la fatiga crónica con la depresión, ya que el dolor y el cansancio reducen las posibilidades de enfrentarse a las actividades y al estrés de las actividades cotidianas.

Cosas que necesitarás

  • Elementos para guardar cosas (opcional)
  • Unidades de guardado.
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