Cómo inventar un cuento
Los seres humanos son cuentistas por naturaleza, pero a la hora de inventar un cuento, quizá te sientas confundido, aunque tengas una imaginación vívida y un millón de ideas excelentes. Se supone que quieres inventar algo original, ¡no un cliché! Para inventar un cuento bueno, tienes que inspirarte, desarrollar su contenido y luego revisar tu trabajo hasta que escribas el mejor cuento que puedas escribir. Si quieres lograrlo, sigue los siguientes pasos:
Inspirarte
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Inspírate prestando atención al mundo y a tu entorno. Si quieres escribir un buen cuento corto, o incluso uno largo, tienes que tener los ojos y los oídos bien abiertos todo el tiempo, escuchar el mundo ¡y dejar que te inspire! Enseguida encontrarás sobre qué puedes escribir para inventar el mejor cuento. Puedes preguntarles a otras personas qué piensan sobre su mundo, ya que el cuento será para muchas audiencias, así que no bases tu cuento solo en tus opiniones. El tiempo, el esfuerzo o la descripción que le des a tu cuento nunca pueden ser excesivos. A continuación te presentaremos excelentes maneras de reunir detalles que puedan llevarte a un cuento corto:
- ¡Lee un libro! La experiencia ayuda. Quizá ese libro te dé algunas buenas oraciones para arrancar, inspiración y el tipo de texto que quieres escribir. Asegúrate de leer una amplia variedad y reúne un vocabulario extenso. Sin querer, tendrás la premisa para un cuento fenomenal.
- Observa rasgos de carácter interesantes. Quizá has notado que a tu vecino le gusta hablar de sus plantas o que saca a su gato a pasear todas las mañanas. Estas observaciones son lo que nos referimos sobre observar el mundo alrededor. ¿Tu hermana es una adicta a la tecnología? Entonces puedes tener un personaje así como ella. Trata de pensar en la vida interior de este tipo de persona y observa si puedes desarrollar una historia.
- Presta atención a tu entorno. Sal a caminar o siéntate en el parque a observar, y ve qué puedes encontrar. Quizá veas un buqué de rosas al lado de un canalón de desagüe o un par de zapatillas de estreno en la banca del parque. ¿Cómo llegaron allí? Reflexiona, ¡sueña despierto!
- Escucha a la gente cuando te hable. Una simple oración interesante oída a la pasada puede inspirarte a escribir toda un cuento. Quizá escuches decir: “Mi tercera esposa era la única que jamás amé…” o “A mi perro le gusta torturar a todos los hombres con los quienes salgo…”. ¿Acaso es suficiente para iniciar un cuento? ¡Desde luego!
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Inspírate con el marco hipotético “Qué pasaría si”. Esta es otra técnica excelente para empezar un cuento corto. Cuando prestes atención al mundo, debes prestar atención no solo a sus realidades, sino también a sus posibilidades. Cuando prestes atención a una historia que oigas o una imagen que veas, pregúntate: “¿Pero qué pasaría si sucediera lo otro?” o “¿Qué haría esta persona si…?”. Seguir esta línea de pensamiento puede llevarte a explorar los misterios que te persiguen.
- No tienes necesariamente que conocer el final del cuento cuando lo empieces. De hecho, no conocer todo antes de empezar a escribir puede hacerte explorar más posibilidades creativas y hará que tu cuento sea más sólido.
- Este marco hipotético puede ser práctico o completamente fantasioso. Puedes preguntarte: “¿Qué pasaría si me perro empezara a hablarme?” o “¿Qué pasaría si el vecino que adula tanto a mi perro lo secuestrara un día?”.
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Inspírate con tus experiencias. Si bien los cuentos cortos entran en la categoría de ficción, muchos tienen mucho de autobiográficos. Si vas a escribir sobre algo que realmente te pasó a ti o a alguien que conoces, entonces se considera no ficción, pero inspirarte con experiencias tuyas reales y luego llevarlas a un nivel nuevo y ficticio es un plan excelente para escribir un cuento corto, especialmente si sientes que “no tienes nada de qué escribir”.
- Muchos argumentan que hay que escribir sobre lo que uno sabe. Algunos piensan que si creciste, por ejemplo, en una granja en Argentina o si pasaste 10 años tratando de ser pintor en Ecuador, entonces debes escribir sobre esas experiencias en vez de tratar de adivinar cómo sería crecer en un lugar en el que nunca has estado.
- Algunos escritores aseguran que debes “escribir lo que no sabes sobre lo que sabes”. Esto quiere decir que debes empezar en un territorio familiar y luego empezar a explorar algo que te dejó con curiosidad o que no sabías mucho al respecto.
- Si te sientes demasiado cómodo escribiendo sobre cosas que efectivamente sucedieron, no tendrás cabida para la creatividad. Por ejemplo, quizá tenías un amigo de infancia que se mudó un día sin decirle a nadie o quizá tenías una fascinación por los carruseles y ahora te preguntas qué fue de ellos. Explora este mundo y luego invéntalo.
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Inspírate con una historia que hayas oído. Siempre mantente en la búsqueda de historias que tus amigos o familiares te cuenten y que puedan ser buen material de ficción. Si tu mamá o abuela siempre te cuentan historias de su infancia, empieza a escribirlas. Trata de imaginar lo que era crecer en un lugar o tiempo distinto y empieza a escribir las posibilidades. No te desanimes si ves que no sabes todo lo de esa época, porque siempre tendrás la posibilidad de investigar.
- Cuando uno de tus amigos diga: “No vas a creer lo que me pasó la semana pasada…”, presta atención. Podrías estar frente al principio de un cuento corto.
- La historia puede provenir de un lugar poco probable. Quizá un DJ de radio haga memoria de su niñez en unas cuantas oraciones y de pronto te encuentres fascinado por su vida.
- Atención: si te ganas la fama de escritor “copión” de las historias que los demás le cuentan y las usa para escribir ficción, cabe la posibilidad de que la gente que te conoce no quiera abrirse contigo.
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Inspírate con un lugar. Los cuentos pueden surgir gracias a un lugar. A estas alturas, se supone que debes saber ya el tipo de historia que vas a escribir. Quizá un cuento de ciencia ficción puede desarrollarse en un laboratorio bajo tierra o un cuento de terror en una choza destartalada. No tienes necesariamente que buscar inspiración en un playa paradisíaca o en tus increíbles vacaciones en Venecia. Más bien, inspírate en lo del día a día. Imagina cómo era pasar todas las semanas en el huerto de manzanos de tu abuela de niño, recuerda cómo era estar en el sótano de tu mejor amigo cuando estaban en la secundaria.
- Escribir sobre el lugar puede llevarte a desarrollar personajes y conflictos interesantes.
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Inspírate con un ejercicio de escritura. Los ejercicios de escritura han ayudado a muchos escritores a desarrollar su creatividad, buscar inspiración en lugares poco probables y a obligarlos a escribir cuando sienten “no tener ideas”. Puedes empezar con un calentamiento diario de 10 a 15 minutos para despertar la mente o incluso puedes escribir durante 1 hora según te lo indique el ejercicio aunque no tengas ninguna inspiración. A continuación te daremos algunos ejercicios de escritura excelentes que puedes practicar:
- Empieza un cuento con la siguiente oración de apertura: “Nunca se lo he dicho a nadie”. Si tu cuento no está narrado en primera persona, puedes empezar con lo siguiente: “Ella cerró la puerta. Las lágrimas corrían por su cara. ¿Acababa de engañarla?”.
- Mira una imagen de una granja común y corriente. Luego, descríbela desde el punto de vista de alguien que acaba de cometer un asesinato. Hazlo de nuevo desde el punto de vista de una niña que acaba de perder a su madre. Observa la manera en que los pensamientos del personaje pueden influir su perspectiva del mundo. ¡Ponte en los zapatos del personaje!
- Solo escribe de 10 a 15 minutos. Revisa lo que has escrito para solucionar errores.
- Escribe sobre una persona en tu vida que te caiga pésimo. Luego trata de escribir un cuento desde su punto de vista. Trata de que el lector se identifique cuanto quieras con él. ¡Recuerda que es tu cuento!
- Deja que un personaje te sorprenda. Escribe sobre un personaje que parezcas conocer bien y luego deja que haga algo que te tome completamente por sorpresa. Observa adónde te lleva. De esta manera tu cuento será más intrigante.
- El argumento: ten dos personajes que discutan sobre algo completamente trivial, por ejemplo, quién va a sacar la basura o quién va a pagar la película. Deja en claro que esa discusión en realidad se trata sobre algo mayor y más serio, que puede ser quién va a terminar la relación o quién da demasiado y no recibe nada a cambio. Deja que el dialogo haga todo, pero procura que no sea aburrido.
- Lenguaje corporal: escribe 500 palabras que describan dos personajes sentados uno al lado del otro. Sin usar diálogo, deja que el lector vea exactamente lo que los personajes sienten entre sí.
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Inspírate leyendo cuentos cortos. Si quieres tener la capacidad de ser un maestro del cuento corto, tienes que leer la mayor cantidad de cuentos cortos que puedas. Debes leer tanto los clásicos como lo más contemporáneos, y aprovecha lo que escriben otros para inspirarte a escribir tus propios cuentos. La siguiente es una lista de cuentos cortos clásicos y contemporáneos en lengua extranjera original e hispanoamericanos que pueden inspirarte a escribir los tuyos:
- La dama del perrito por Chejov
- El barril de amontillado por Edgar Allan Poe
- Un lugar limpio y bien iluminado por Ernest Hemingway
- Una rosa para Emilia por William Faulkner
- Fiesta de disfraces por Woody Allen
- El pasado muerto por Isaac Asimov
- La pradera por Ray Bradbury
- El otro yo por Mario Benedetti
- Olor a cebolla por José Camilo Cela
- No oyes ladrar los perros por Juan Rulfo
- La isla a mediodía por Julio Cortázar
- Tatuaje por Ednodio Quintero
- Los merengues por Julio Ramón Ribeyro
- Mar por Ana María Matute
Desarrollar tu cuento
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Desarrolla tu punto de vista. La mayoría de los cuentos cortos están escritos en primera, segunda o tercera persona. Si recién comienzas, te recomendamos quedarte solo con un punto de vista. A continuación te mostraremos los tres puntos de vista y su uso:
- Primera persona: la primera persona está narrada directamente desde la perspectiva del personaje que utiliza “yo” para referirse a sí mismo. “Nunca se lo dije a nadie” es el clásico ejemplo de una narración en primera persona. Esta persona será excelente si quieres apegarte mucho a los pensamientos y la perspectiva de un personaje, pero puede ser limitante si la perspectiva de ese personaje es a su vez demasiado limitada. La primera persona puede ser la perspectiva más fácil de emplear si recién empiezas.
- Tercera persona: la tercera persona está narrada cuando escribes sobre un personaje empleando “él” o “ella” desde una perspectiva externa, por ejemplo, al decir: “Él estaba cansado”. En la tercera persona, el autor puede acercarse a los pensamientos del personaje o puede ser más distante.
- Segunda persona: la segunda persona se refiere al lector directamente como “tú”, por ejemplo: “Caminas por tu oficina”. Esta puede ser una gran técnica para atrapar al lector, aunque puede exagerarse.
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Desarrolla la trama. Todos los cuentos cortos deben tener una trama que atraiga al lector, que le haga pensar qué sucederá después. Esto no quiere decir que tu cuento deba tener una cacería a toda velocidad o un asesinato. Tus lectores pueden querer saber qué va a pasar después aunque la única acción que haya sea un par de personas charlando con un café. Si bien cada cuento corto es diferente, a continuación te presentaremos algunos de sus elementos básicos:
- La acción o exposición en aumento: esta generalmente aparece al principio de un cuento corto, cuando los lectores conocen a los personajes principales, el escenario y el conflicto central. Sin embargo, algunos cuentos arrancan en medio de la acción y dirigen a los lectores hacia atrás para descubrir lo que realmente pasa.
- El conflicto: es lo que está en juego en un cuento. Es necesario que haya algo en juego en cada cuento, si no el lector no querrá seguir leyendo, por más hermoso que sea el lenguaje usado. Todos los cuentos necesitan un conflicto, o punto de tensión. Este puede estar lleno de drama (dos hombres peleando por la misma mujer) o no tanto (una joven preguntándose si su amigo la invitará a la fiesta). La naturaleza del conflicto no es lo importante, lo importante es que a los lectores les interese lo que suceda.
- La acción en declive: la resolución del cuento. Después de que el conflicto se resuelva o se trate, el cuento tiene que llegar a su fin. Sin embargo, no todos los cuentos tienen finales impecables y felices, incluso algunos no tienen finales en sí. Muchos cuentos terminan con una palabra o imagen que deja a los lectores pensando. Si el cuento tiene un fin perfectamente elaborado, puedes eliminar parte del misterio y atractivo.
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Desarrolla tus personajes. Tu cuento debe tener un personaje o personajes que tus lectores encuentren interesantes o incluso animen, aunque los personajes no sean ciudadanos ejemplo o personas bienintencionadas. Puedes caracterizar a tus personajes mediante un números de maneras diferentes y todas son válidas. A continuación te presentaremos algunas maneras para que tus lectores se hagan una idea sólida de cómo son tus personajes:
- Describe lo que dice. La línea perfecta de diálogo puede decir mucho sobre las intenciones de un personaje, especialmente si el diálogo no concuerda con lo que piensa.
- Describe lo que hace. ¿Tu personaje siempre se levanta a las 6 de la mañana sin alarma o pasa horas presionando su alarma para que se levante? Toda mínima acción puede ayudar a construir el personaje, por más insignificante que parezca al principio.
- Describe su aspecto. ¿Tu personaje se pone su mejor traje cuando va al supermercado o sonríe maniáticamente durante un momento de profunda tristeza? El aspecto físico de un personaje puede decir mucho de su estado mental.
- Describe cómo interactúa con los demás. ¿Tu personaje es tan tímido o mandón que todos a su alrededor tiene miedo de abrir la boca? ¿Es amable con los camareros porque su madre era camarera o es un cretino con todas las camareras porque cierta vez una rompió su corazón, o solo porque quiere? Ver cómo se comporta un personaje en el mundo puede decir mucho sobre él.
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Desarrolla tu diálogo. El diálogo marca las palabras que dicen los personajes, que generalmente van entrecomilladas. El diálogo puede decir mucho del personaje gracias a lo que dice como lo que decide no decir. Debes buscar un diálogo que parezca al usado en la vida real, no uno muy elaborado o forzado. Lee tu diálogo en voz alta y ve si efectivamente parece que alguien lo diría.
- El diálogo entre dos personajes también puede decir muchísimo sobre su dinámica.
- Presta atención a lo que no se dice, también. Por ejemplo, si un niño está molesto porque su papá no fue a su partido de fútbol, si ni siquiera menciona el tema cuando se ven y dice más bien: “¿Cómo te fue en el trabajo?”, puede decir mucho sobre él.
- Evita que tu diálogo contenga introducciones que estorban como: “María manifestó” en vez de “María dijo”.
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Desarrolla tu escenario. El escenario de un cuento corto puede ser crucial o tener poco que ver con los hechos que se desarrollan. Si tu cuento está ambientado en una casa común y corriente que poco tiene que ver con la historia, perfecto, pero si la amante de un personaje entra ilegalmente a la casa que comparte con su esposa, entonces todos los detalles serán importantes, porque pueden decir mucho sobre la relación del personaje con su esposa, y lo que su amante piensa al respecto. Decide cuánta importancia tendrá tu ambiente y desarróllalo según ello.
- Aunque el escenario no sea tan crucial en la historia, evita confundir al lector y dile dónde suceden los hechos, aunque solo sea un pueblo remoto o una escuela secundaria común en medio de la nada.
- La época puede considerarse como parte del escenario. Si tu cuento está ambientado en la década de los años 60, dale al lector pistas suficientes o díselo de frente para que no tenga que llegar a la mitad para que se dé cuenta de que está en el presente.
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Desarrolla tu voz. Para escribir, la voz es la única herramienta para mostrar que las palabras escritas fueron escritas solo por ti. Tus palabras deben tener tus propias peculiaridades, ritmo y cadencia, de modo que nadie pueda duplicarlas. Al principio, es natural que los escritores de cuentos cortos intenten imitar a sus escritores favoritos, pero a medida que progreses, encontrarás una manera única de expresar tus pensamientos e ideas.
- La voz describe la manera en que suenan las palabras del autor, no solo la manera en que suena un personaje. Cada palabra incluida en un cuento contribuye a formar la voz del autor.
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Elude los escollos de escribir cuentos cortos. Si bien hay algunas pautas, no hay una única lista de reglas para inventar un buen cuento y un mal cuento. Aun así, puedes mejorar tus probabilidades de escribir uno exitoso evitando algunos errores que generalmente hacen los escritores. Los siguientes son algunos puntos que debes tener en cuenta a medida que avanzas:
- Evita el exceso de información. No le digas al lector todo lo que necesita saber cuando empiece el cuento. Si pasas tres páginas describiendo a los personajes y la acción antes de que pase algo, el lector se cansará.
- Evita el final engañoso. A nadie le gusta leer un cuento solo para descubrir que era un sueño o que todo el tiempo fue contado desde el punto de vista de un alienígena. O. Henry era famoso por tener finales así, pero ahora se ve como un cliché.
- Procura que sea sencillo. Quizá creas que usar un lenguaje florido y culto sea lo ideal. Si escribes un cuento sobre la vida de la alta sociedad en un castillo pomposo, esta podría ser una gran opción, pero para casi todos los conceptos, lo mejor es procurar hacer un cuento corto y sencillo.
- Evita la exposición en el diálogo. La narración, no el diálogo, debe contarles a los lectores la información básica del cuento. El diálogo debe emplearse para brindar más información sobre los personajes, sus luchas y relaciones, no para relatar los hechos del cuento. Por ejemplo, un personaje no debe decir: “Samuel, pese a que tienes 20 años y estás en tu segundo año de universidad…”, porque se supone que es algo que ambos personajes deben ya saber.
- Procura que lo que esté en juego en tu cuento quede claro. Todo lector debe poder responder a la pregunta: “¿Qué está en juego?” mientras lee tu cuento y después de terminarlo. Si un lector termina el cuento y no tiene idea de lo que está en juego, entonces el cuento habrá fracasado.
Revisar tu cuento
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Déjalo a un lado y vuelve a él. Date una pausa de tu cuento, aunque solo sea por un día. Luego, léelo con nuevos ojos y trata de verlo como lector y no como escritor. Como lector, ¿qué oraciones encuentras innecesarias o confusas? ¿Qué hechos necesitarías conocer más? ¿Qué puntos de la trama son demasiado obvios o complicados? Leer tu propio trabajo con otros ojos puede darte una perspectiva fresca de lo que necesita cambiarse.
- Imprimir un cuento que has estado escribiendo en un documento de Word puede ayudarte a verlo desde una nueva perspectiva.
- Si realmente quieres mejorar tu cuento, pero estás totalmente estancado, puedes dejarlo a un largo durante un par de meses. Te sorprenderá la percepción que ganarás durante ese periodo.
- Dejar tu trabajo a un lado durante un tiempo puede ser una buena táctica, pero no lo dejes demasiado tiempo, sino podrías perder interés en él.
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Pide opiniones. Si estás listo para exponer tu cuento al mundo, puedes compartirlo con un amigo cercano, un escritor colega, un profesor de literatura o incluso un grupo de amigos escritores. Asegúrate de no pedir una opinión del cuento antes de que esté completamente formado, sino podrías limitarte por la crítica. Unirte a talleres de escritura con personas que como tú están verdaderamente comprometidas con la creación de textos puede ayudarte a tener una renovada perspectiva de tu propio trabajo.
- Para que las opiniones de terceros sean útiles, tienes que ser receptivo. Si crees haber escrito el cuento más perfecto del mundo, entonces no harás caso a ninguna palabra que se te diga.
- Asegúrate de darle tu cuento a los lectores correctos. Si escribes ciencia ficción, pero le das tu cuento a un escritor amigo, que en realidad nunca ha leído nada de ciencia ficción, es probable que no te dé la mejor opinión.
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Revisa el cuento con diversos trucos. Hay muchos métodos diferentes para revisar un cuento, y todo depende del estado de tu primer borrador y de cuánto trabajo te falta hacer. Muchos cuentos necesitan diez o más borradores para alcanzar su versión final, así que no te desanimes si crees que tienes que cambiar todo tu cuento. Mientras revisas tu cuento, piensa en los siguientes puntos:
- La necesidad de cambiar el punto de vista. Quizá hayas creído que tu cuento funcionaría mejor en la primera persona, pero al leerlo por segunda vez, puedes ver que la tercera persona es mejor para tu cuento.
- Reduce la verbosidad. Como regla general, elimina 250 palabras del cuento (siempre que su extensión sea de 10 páginas) después de estar convencido de haber terminado. Quedarás sorprendido por la cantidad de verbosidad innecesaria que podrías encontrar.
- Reduce la confusión. Pregúntate si comprenderías completamente tu cuento de no haberlo escrito tú. Quizá los conceptos del cuento te parezcan clarísimos, pero tus lectores podría quedar sumamente confundidos.
- Asegúrate de incluir sentimientos, sonidos, etc. Los sentimientos le dan vida a un cuento. Después de todo, ¿qué es un cuento sin sentimientos?
- Investiga más, si es necesario. Si escribes un cuento ambientado en la época del terrorismo de los años 60, pero te das cuenta de que en realidad no sabes tanto como pensabas saber sobre ese periodo, será hora de leer y aprender lo suficiente para escribir un cuento convincente sobre esa época.
- Sé persistente. Cuando te frustres, recuérdate que ningún primer borrador es excelente, pero si escribes un segundo, tercer o incluso un cuarto borrador, puedes tener el potencial de escribir un cuento corto espectacular.
Consejos
- Decide cómo quieres que sean tus personajes. No hagas que un chico nerd diga una frase típica de los chicos cool, si sabes que no la diría. Conoce a tus personajes como te conoces a ti mismo. Vive en la mente de tu personaje por un día.
- Las personas no suelen hablar en oraciones completas, sino en respuestas monosilábicas. Así que usa de vez en cuando palabras como “sí” o “ajá”, ¡pero no en exceso! Un buen diálogo en realidad no suena exactamente como un discurso real: es un discurso real sin todas sus partes aburridas.
- Una vez que empieces un cuento, ten en cuenta lo que piensan los personajes, cómo se comportan, a qué le tienen miedo y apégate al cuento que escribes.
- Edita, edita y no dejes de editar. Revisa la puntuación, la ortografía, la gramática y el sentido de las oraciones, pero no ignores las grandes preguntas: ¿las acciones y las respuestas de tu personaje son plausibles? ¿Has optado por un atajo al hacer la trama, cosa que la hace trivial o superficial?
- Si te dejas influenciar fácilmente por la escritura de otras personas, no leas demasiado. Apégate a los libros que conoces y analiza cómo desarrolla el autor sus personajes, la trama y las metas durante el tiempo, pero tampoco te encasilles.
- Desarrolla tu personaje y recuerda que él o ella no puede tener la misma edad por siempre, por eso a medida que crece su estado de ánimo o a veces su personalidad puede cambiar, es decir, puede estar más malhumorado y agitado con mayor facilidad. Haz que tus personajes tengan un buen rango de edad con el que te puedas identificar.
- Válete de las experiencias de tu vida como inspiración para un cuento.
- No copies de otros libros. Si tienes un bloqueo de escritor, busca inspiración.
- Conoce el tipo de cuento que vas a escribir. Si vas a escribir un cuento fantasioso, las cosas no deben ser demasiado realistas. Si vas a escribir un cuento realista, no debes arrancar con elfos y hadas.
- Ten un cuaderno contigo siempre donde puedas escribir alguna idea que se te ocurra. Si tienes un momento libre, toma tu cuaderno y escribe lo primero que se te venga a la mente.
Advertencias
- Procura no alargar el cuento demasiado. No te extiendas en el tema. Solo procura que tenga el detalle suficiente para despertar la comprensión y el interés.
- Asegúrate de variar la extensión de tus oraciones.
- No uses palabras difíciles muy frecuentemente, porque sonará poco profesional, o sea, parecerá que una computadora lo escribió por ti, pero tampoco uses palabras demasiado fáciles y aburridas siempre.
- Para que tu cuento sea interesante, nunca hagas plagio. Escribir un buen cuento siempre lleva tiempo, ¡así que ten paciencia!
- Es natural y fácil emplear descripciones exactas de personas que uno conoce bien, como alguien en la familia. Si decides hacerlo, tienes que disimular el personaje lo suficiente para evitar ofender a tu familia o ten presente que ese pariente estará resentido contigo por un buen tiempo.
- Describir el escenario extensivamente puede ser un callejón sin salida.
- No edites mientras escribes el cuento en sí, porque ralentiza el proceso de escritura. Más bien, toma pausas frecuentes y edita cuando puedas.
- El bloqueo del escritor es muy común. Te frustarás, pero no te rindas. Toma pausas y descansa tu mente. Recuerda ser disciplinado y sentarte.
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