Cómo bañar a tu gato con una toalla mojada

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Bañar a un gato es una de las cosas más difíciles con las que un dueño podría tener que lidiar. Esto se debe mayormente a que a los gatos les gusta encargarse de su propia limpieza e higiene, y se rehúsan a que su compañero humano los limpie por completo. Por esta razón, la mayoría de los gatos no responden bien a tomar un baño. Afortunadamente, existen otras maneras de limpiar a los gatos, las cuales no requieren que mojes por completo a tu pobre amiguito. Estos métodos te salvarán de muchos posibles rasguños y evitarán que tu amigo felino atraviese una experiencia horrible.

Alistarte para el baño

  1. Reúne toallas suaves y los otros implementos que vayas a necesitar. No querrás correr por toda la casa durante el baño, y definitivamente no querrás buscar una toalla para secar a tu gato, por lo que deberás tener todo listo. Esto será de utilidad para crear una experiencia más constante y menos traumatizante para tu gato. Estos son los implementos que necesitarás:
    • una toalla grande y suave para la limpieza o lavado inicial;
    • dos o tres paños suaves para las áreas más sucias de tu gato;
    • una toalla grande y suave para secar;
    • champú (opcional).
    • Si planeas usar champú, usa una toalla adicional.
  2. Busca un lugar adecuado. Tendrás que buscar un lugar perfecto para bañar a tu gatito. Debe ser un lugar relativamente cálido, pequeño y seguro. Asimismo, tu gato deberá sentirse cómodo allí. Ten en cuenta las siguientes opciones:
    • Debes tener acceso a un lavabo.
    • El área no debe estar demasiado fría o demasiado caliente. Es preferible que se encuentre entre los 22 y los 24 °C (72 y 76 °F).
    • El área debe ser relativamente pequeña y cerrada, así tu gato no podrá escapar. Los baños y las lavanderías suelen ser lugares ideales.
  3. Alista el área de baño. Reúne con anticipación todo lo que necesitarás, y haz todo lo que puedas antes de llevar a tu gato a la habitación. Las acciones como abrir un grifo y entrar o salir del baño mientras retienes al gato tan solo le causarán una ansiedad excesiva. No tienes que asustar a tu gato ni causarle ansiedad sin motivo alguno. Ten en cuenta lo siguiente:
    • El grifo no debe estar abierto cuando tu gato se acerque a ti.
    • Llena el lavabo previamente con agua.
    • Moja previamente una toalla.
    • Ten a la mano golosinas o juguetes que te ayuden a relajar a tu gato.
  4. Atrapa al gato, pero hazlo en un momento adecuado. Al retener a tu gato para bañarlo, deberás hacer todo lo posible para garantizar que sea una experiencia tranquila. Si es posible, llama a tu gato para que entre a la habitación en la que lo bañarás, en lugar de llevarlo a la fuerza. Ten en cuenta lo siguiente:
    • No persigas a tu gato para bañarlo.
    • No bañes al gato en un momento ocupado del día, como cuando todos llegan a casa de la escuela o el trabajo.
    • Emplea las golosinas y el refuerzo positivo para atraer a tu gato hacia el área de baño.
  5. Peina y acicala a tu gato. Antes de iniciar el proceso de mojar a tu pobre gatito, tendrás que peinarlo de manera adecuada para eliminar todo pelo suelto o suciedad en su pelaje. Este es uno de los primeros pasos importantes del proceso de baño, el cual te ahorrará tiempo y te ayudará a garantizar que tu gatito esté más limpio.
  6. Córtale las uñas. Esto es sumamente importante para tu propio bienestar. Emplea esta oportunidad para cortarle las uñas a tu gato. Esto evitará que salgas del baño con decenas de cortes. Esto hará que la experiencia sea mucho más agradable para ambos.

Bañar a tu gato

  1. Mantén tranquilo a tu gato. Es probable que luego de atrapar a tu gato, este se sienta nervioso y ansioso, y podría luchar por su vida y escapar de ti. Tendrás que hacer todo lo posible para tranquilizar y relajar a tu gato. Esto evitará que sufras cortes y rasguños, y hará que los baños futuros sean más sencillos.
    • Acaricia a tu gato.
    • Dale una golosina.
    • Emplea el refuerzo positivo verbal, dile que es un “buen gatito”.
  2. No sujetes a tu gato, salvo que en verdad tengas que limpiarlo. Los gatos son buenos para limpiarse por sí solos. Si tu gato opone resistencia al baño de manera violenta, y está relativamente limpio, podrías tener que reconsiderarlo. Podrías sufrir muchos rasguños y tu gato podría atravesar una experiencia traumatizante. Ten en cuenta lo siguiente:
    • El largo del pelaje de tu gato.
    • El entorno. ¿Tu gato vive dentro de casa o sale al exterior?
    • Comportamiento de acicalarse por sí mismo. ¿El gato ya se encarga de su aseo de forma adecuada?
  3. Moja una toalla con agua tibia. La toalla debe estar mojada (pero no goteando), y el agua debe estar tibia, no caliente. No tienes que limpiar a tu gato con una toalla mojada que esté fría. Debes hacerlo de manera lenta y tranquila, para no asustar a tu gato.
  4. Moja a tu gato de forma sistemática dándole pequeños toques. Toma la toalla mojada tibia y dale pequeños toques a tu gato para mojarlo desde el cuello hasta la cola. Lava su cabeza al final y hazlo con más cuidado. Debes hacerlo de manera lenta y sin asustar a tu gato.
    • Debes volver a mojar la toalla cuando sea pertinente.
    • Empieza con un paño pequeño en el área trasera.
    • Al terminar con el área trasera, emplea otra toalla para no esparcir la materia fecal.
    • Bríndale más atención al área trasera, en particular en los gatitos. Las gatas madres suelen limpiar esta área, y si el gatito no cuenta con su madre, tendrás que ser más cuidadoso con él.
    • Debes limpiar la barriga de tu gatito, a pesar de que esto no sea de su agrado.
    • Tendrás que limpiar sus axilas y las áreas entre sus dedos.
    • Mueve la toalla con lentitud y no seas brusco cuando te acerques a la cabeza y la cara de tu gato.
  5. Determina si usarás champú. Esto depende de ti. Con frecuencia, no se requiere aplicarles champú a los gatos. Asimismo, no debes aplicárselo a los gatitos, salvo que tengan pulgas o que el veterinario lo haya recomendado. Si vas a usar champú, hazlo después de que hayas frotado a tu gato con la toalla y lo hayas mojado.
    • Llena un lavabo con agua y agrega un poco de champú en ella. Cerciórate de que no haya mucha espuma.
    • Mezcla el agua.
    • Remoja una toalla limpia en el lavabo y humedécela con el agua con champú.
    • Aplícale el champú a tu gato, desde el cuello y en dirección a la cola.
    • Préstale más atención a las áreas entre los dedos, debajo de la barriga y las axilas, y su trasero.
    • Emplea un paño limpio para las áreas más sucias.
    • No hagas contacto visual con tu gato.
  6. Enjuaga a tu gato. Vuelve a frotar a tu gato con una toalla mojada, pero solo con agua. Esto es esencial, ya que el pelaje de tu gatito no debe permanecer con champú. Debes ser diligente con este proceso, ya que la exposición prolongada al champú podría provocar irritación. Ten en cuenta lo siguiente:
    • Toma una toalla mojada con agua tibia y frota a tu gato para eliminar el champú y la espuma de su pelaje.
    • Vuelve a realizar este paso hasta estar seguro de haber eliminado todo el champú.
    • Si ves un poco de espuma, tendrás que seguir enjuagando.

Secar a tu gato

  1. Dale pequeños toques a tu gato con una toalla, hasta que esté relativamente seco. Al inicio, no rodees a tu gato con una toalla, ya que esto podría ser traumatizante. Tan solo seca a tu gato dándole pequeños toques desde su cola y en dirección a su cabeza. Ten en cuenta que esta experiencia debe ser lo menos traumatizante posible. ¡Esfuérzate para lograr que tu gato se acostumbre al baño y se sienta cómodo con él!
  2. Limpia el pelaje de tu gato. Si tu gato se siente cómodo con ello, puedes probar un método más directo. Para ello, rodéalo con una toalla y frótalo para secarlo. Debes hacerlo con cuidado, y si tu gato responde de manera negativa a que lo cubran con la toalla o lo froten con ella, detente y vuelve a secarlo dándole toques.
    • Límpialo con cuidado y de forma lenta.
    • Límpialo en la dirección de su pelo, de la forma en la que se lamería. Si sigues el grano de su pelo, podrás hacer que se sienta más cómodo.
  3. Prepárate para soltar a tu gato, pero aún no lo hagas. Debes alistar tu casa antes de soltar a tu gato. Cerciórate de que ninguna puerta externa esté abierta. Cerciórate de que tu casa no esté ni caliente ni fría. No debes soltar a tu gato si la casa está muy caliente o muy fría. Revisa el termostato antes de soltar a tu gato.
  4. Dale una golosina a tu gato. Antes de soltarlo, deberás darle cariño y brindarle una golosina. Es esencial que le des una golosina en la habitación en la que lo hayas bañado; esto hará que, con suerte, lo vea como una experiencia positiva. Mientras más positivo seas durante el baño y después de él, menos traumatizante será la próxima vez.
  5. Suelta a tu gato. Luego de soltar a tu gato, vigílalo por unas horas. Hazlo en particular si hace frío afuera o si la temperatura fluctúa en tu casa. Tu gato no debe enfermarse o resfriarse. Además, cuando se aleje de ti (con suerte, sin correr), deberás decirle que es un “buen gatito”.

Advertencias

  • Trata de no bañar a tu gato con jabón. Si crees que deberías usar jabón, acude a la tienda de cuidados para mascotas de tu localidad y compra uno adecuado diseñado para gatos.
  • Si el clima es frío y tienes un gato que pasa tiempo al aire libre, no dejes que salga hasta que se seque por completo, ya que podría enfriarse demasiado y enfermarse.
  • Este método brinda la mayor eficacia si se usa en gatos que viven dentro de casa. Si tienes un gato rescatado que ha vivido al aire libre por un largo tiempo, ¡podrías tener que contemplar la opción de darle un baño completo con agua!
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