Cómo hacerte una limpieza vaginal

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La vagina es una parte delicada del cuerpo de la mujer que necesita un cuidado adecuado para mantenerse limpia y saludable. La vagina en sí (la abertura interna que conduce al cuello uterino) se limpia por sí sola y no necesita que la laven. No obstante, es importante que te laves la vulva (la parte exterior de tus genitales) y el área alrededor del ano a fin de evitar las infecciones y la irritación en la vagina. Establece una rutina de lavado diario para mantener limpia el área alrededor de ella. También puedes mantenerla limpia al adoptar buenos hábitos de higiene, como usar ropa interior de algodón transpirable y limpiarte de adelante hacia atrás cuando vayas al baño.

Crear una rutina diaria de limpieza

  1. Lava el área alrededor de la vagina como mínimo una vez al día. A lo largo del día, el sudor y la humedad pueden acumularse en tu área genital, lo que brinda un entorno adecuado para las bacterias y los hongos. Lava el área a diario como parte de tu rutina de baño o ducha habitual a fin de evitar las infecciones vaginales y los olores desagradables.
    • Si ya tienes el periodo menstrual, es una buena idea lavarte más de una vez al día durante el mismo.
  2. Usa jabón simple sin aroma para lavarte el área genital. Al lavarte, usa agua tibia y un jabón o gel de baño suave y sin aroma. Los jabones fuertes y perfumados pueden irritarte la vulva y la vagina, y estropear el equilibrio natural de pH de esta última, lo que puede generar infecciones.
    • Algunas personas pueden usar jabones con un poco de aroma sin ningún problema. No obstante, si eres propensa a sufrir infecciones e irritación, usa un jabón sin aroma o hipoalergénico.
    • Puedes lavarte la vulva con la mano o con un paño muy suave, pero no uses paños o esponjas abrasivos. Frotar el área puede generar irritación.
  3. Extiende los labios exteriores y limpia los pliegues alrededor del clítoris. Conforme te laves, procura limpiar todos los pliegues alrededor de la vagina. Extiende tus labios exteriores con cuidado (las partes carnosas grandes en el exterior de la vulva) y limpia alrededor de los pliegues de piel en su interior, asegurándote de lavar la cubierta del clítoris y el área fuera de la entrada de la vagina.
    • Evita que el jabón entre en la vagina, ya que esto puede secarla e irritarla.
  4. Limpia el área anal al final. Una vez que termines de lavar la vulva, ve al perineo (el área entre la vagina y el ano) y luego al ano y el área entre las nalgas. Siempre ve de adelante hacia atrás mientras te lavas, así no extenderás los gérmenes del área anal a la vagina.
    • Lavarte de atrás hacia adelante puede aumentar el riesgo de desarrollar una infección vaginal o en el tracto urinario.
  5. Enjuágate todo el jabón al terminar. Luego de lavarte toda el área genital, enjuágate bien con agua pura tibia. Debes enjuagar todo resto de espuma, ya que si la dejas, podría resecar o irritar la piel delicada alrededor de tus genitales.
    • Si te enjuagas con un cabezal de ducha portátil, evita rociarte el interior de la vagina. Si fuerzas el agua dentro de la vagina, esto puede causar irritación, estropear el equilibrio de pH natural en ella o introducir bacterias indeseadas en el útero.
  6. Seca el área dándote toques suaves con una toalla limpia después de enjuagarte. Cuando termines de lavarte y enjuagarte, usa una toalla limpia y seca para secarte el área genital con toques suaves. No frotes el área, ya que esto puede causar irritación.
    • También puedes secarte la vulva y el área de la ingle con cuidado usando una secadora a temperatura fría.
  7. Evita las duchas vaginales, las toallitas con aroma y los desodorantes en aerosol. Hay una variedad de productos en el mercado que afirman fomentar una buena higiene vaginal y mantenerte con un olor fresco. No obstante, estos productos pueden generar irritación y eliminar las bacterias beneficiosas, lo que puede provocar infecciones. Nunca uses productos perfumados en tu vulva o vagina, y no uses ningún tipo de ducha vaginal, salvo que el doctor te lo recomiende.
    • No uses aceites o burbujas de baño con aroma, ya que pueden causar irritación o infecciones vaginales.

Mantener una buena higiene vaginal

  1. Usa ropa interior de algodón para evitar la irritación y reducir la humedad. Los materiales sintéticos como el nailon y el poliéster retienen la humedad y el calor alrededor del área genital, lo que crea un entorno propicio para las bacterias perjudiciales y los hongos. Para evitarlo, elige ropa interior de algodón transpirable y usa una limpia todos los días (o con más frecuencia si tu ropa interior se humedece o se ensucia con sudor).
    • Evita las tangas y las mallas o los pantalones ceñidos, ya que pueden retener el calor y la humedad, e irritarte la vulva.
    • Prueba durmiendo sin ropa interior o usando un bóxer de algodón suelto por la noche.
  2. Lava la ropa interior nueva antes de usarla. La ropa interior nueva puede tener tintes fuertes o residuos químicos que pueden irritarte la vulva y la vagina. Siempre lava tu ropa interior antes de usarla por primera vez.
    • Al lavar la ropa interior, usa un detergente suave sin aroma. También puedes emplear un ciclo de enjuague adicional para garantizar que elimines todo el detergente.
  3. Límpiate de adelante hacia atrás luego de ir al baño. Siempre que uses el baño, límpiate con cuidado de adelante hacia atrás, incluso si solo has miccionado. Limpiar de atrás hacia adelante puede desplazar las bacterias del área anal hacia la vagina o la uretra, lo que hará que corras el riesgo de desarrollar una infección vaginal o en el tracto urinario.
    • Evita los papeles higiénicos que contengan perfumes, tintes o lociones, ya que pueden irritarte la vulva y la vagina. Solo usa papel blanco simple.
  4. Límpiate con aceite mineral luego de los movimientos intestinales persistentes. Los doctores no recomiendan el uso de toallitas húmedas para limpiarse, ni siquiera las que no tienen aroma. Si tienes dificultades para mantenerte fresca y limpia luego de un movimiento intestinal, puedes limpiarte con más facilidad agregándole un poco de aceite mineral o jabón sin aroma (como un gel de baño Dove o Cetaphil) al papel higiénico. Enjuágate con un poco de agua cuando termines y sécate dándote toques suaves.
    • Los estudios demuestran que usar toallitas femeninas no solo puede causar dolor e irritación, sino que también puede aumentar considerablemente las probabilidades de sufrir una infección del tracto urinario.
  5. Quítate las prendas húmedas justo después de nadar o ejercitarte. Luego de nadar o hacer ejercicio, cámbiate la ropa húmeda de inmediato y sécate bien. Si te quedas con la ropa mojada o sudada, esto puede fomentar el desarrollo de bacterias perjudiciales y hongos en la vagina y alrededor de ella.
    • Asimismo, es una buena idea que te duches tan pronto como puedas después de ejercitarte o nadar, para así eliminar el sudor, la suciedad o el cloro.
  6. Cambia los tampones y las toallas higiénicas con frecuencia durante tu menstruación. Si tienes la menstruación, cambia tus toallas higiénicas o tampones con frecuencia. Nunca uses un tampón por más de 8 horas, así evitarás el síndrome de choque tóxico, el cual puede ser mortal. También debes tratar de cambiar tus toallas higiénicas como mínimo cada 3 o 4 horas, incluso si no estás sangrando mucho.
    • No uses toallas higiénicas o tampones con aroma, y cíñete a los productos hechos con 100 % algodón si es posible.
  7. Usa condones durante el sexo y micciona después para evitar las infecciones. Si tienes sexo, podrás reducir el riesgo de contraer una ETS (enfermedad de transmisión sexual) o una infección bacteriana si siempre usas condón. Pídele a tu pareja que se ponga condón o usa un condón femenino para proteger tu vagina.
    • También es una buena idea que micciones y te duches justo después del sexo. Esto puede eliminar las bacterias, el sudor y otros fluidos corporales que podrían contribuir con las infecciones bacterianas o por hongos.
  8. Prueba un baño con bicarbonato de sodio a fin de reducir el mal olor y las descargas. Los malos olores leves y la mayoría de las secreciones vaginales son naturales y saludables. No obstante, si te molestan, puedes usar un baño de bicarbonato de sodio para limpiar tu vulva y minimizar los malos olores. Llena una bañera a la mitad con agua tibia y agrega 4 o 5 cucharadas de bicarbonato de sodio. Remójate en la bañera de 1 a 3 veces al día durante 10 minutos por baño.
    • El baño con bicarbonato de sodio también puede ayudar a reducir la comezón y la quemazón si padeces de irritación o una infección.

Consejos

  • Si notas algún olor fuerte o desagradable en tu vagina, o si ves signos de una infección (como enrojecimiento, comezón, quemazón o una descarga inusual), reserva una cita con el doctor o el ginecólogo. Ellos podrán identificar la causa de tus síntomas y tratarla apropiadamente.
  • Muchas mujeres optan por afeitarse o cortarse el vello púbico por fines de higiene, pero los estudios demuestran que extraerlo no tiene ningún beneficio claro, además de evitar los piojos púbicos. Si optas por extraer el vello púbico, la manera más segura de hacerlo es usar una máquina de afeitar en lugar de afeitarte, depilarte o usar productos químicos para la eliminación de vello.

Cosas que necesitarás

Crear una rutina diaria de limpieza

  • jabón suave sin aroma
  • agua tibia
  • paño suave (opcional)
  • toalla seca y limpia

Mantener una buena higiene vaginal

  • ropa interior de 100 % algodón
  • papel higiénico sin tinte ni perfume
  • aceite mineral o jabón líquido sin aroma
  • toallas higiénicas y tampones de 100 % algodón y sin aroma
  • condones
  • bicarbonato de sodio
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