Cómo ser ambicioso

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Elvis Presley dijo una vez: “La ambición es un sueño con motor V8”. Tener sueños es vital para lograr el éxito, pero no lo lograrás con solo soñar. Ser ambicioso es un talento que desarrollas con el tiempo y requiere de trabajo duro, de persistencia y, más importante, de una estrategia. Sigue estos pasos para ir tras tus sueños exitosamente.

Adoptar la mentalidad correcta

  1. Averigua tu motivación. Diferentes personas se motivan por diferentes cosas, tales como miedo, amor o deber. Averigua tu motivación y enfoca tu energía en esos valores.
  2. Debes decirte a ti mismo afirmaciones positivas. Las afirmaciones positivas son declaraciones que son prácticamente autoelogios. Pero no son solo para impulsar tu confianza, sino que pueden aumentar tu capacidad para resolver problemas bajo estrés.
    • Piensa en los rasgos más valiosos de tu personalidad. ¿Te consideras creativo, inteligente o talentoso? Haz que tus afirmaciones positivas giren en torno a los rasgos que mejor te describen como persona.
    • Debes decirte a ti mismo diez veces al día: “Soy inteligente, puedo usar mi inteligencia para lograr mis metas. Soy creativo, puedo usar mi inventiva como una herramienta para resolver problemas. Soy una persona talentosa”.
    • Asegúrate de decir afirmaciones positivas que sean realistas y que giren en torno a ti. Si tienes problemas para concentrarte en las tareas, no digas cosas como “Soy bueno para concentrarme en la tarea en cuestión”. Esto puede tener un efecto negativo y puede disminuir tu estima. En vez de eso, di cosas como “Soy capaz de trabajar duro para lograr la concentración” o afirmaciones futuras como “Puedo mejorar mi capacidad de concentración”.
  3. Concéntrate en lo que puedes ganar en vez de en lo que puedes perder. Obsesionarte por todas las cosas que pueden salir mal solo incrementa la ansiedad y coloca tu concentración en las cosas que “no debes” hacer, en vez de en las que “debes” hacer.
    • Piensa: “Si hago ejercicio regularmente, luciré muy bien”. Estarás optimista y ansioso por hacer ejercicio cada día. Si piensas constantemente cosas como “Si no corro hoy, engordaré y no luciré atractivo”, entonces estarás muy preocupado para realizar la tarea apropiadamente y la harás con prisa y de manera poco profesional.
    • Trabajar con duda y ansiedad puede causar que no lleves a cabo ninguna acción en absoluto. Debido a que estás tan asustado de equivocarte, es probable que no hagas nada con tal de estar “seguro”. No hacer nada no te llevará a donde necesitas estar.
  4. Elimina de tu vocabulario la frase “No tengo ganas”. La idea de solo ser capaz de hacer algo cuando “tienes ganas” es tóxica para el éxito. Por supuesto, la inspiración suele venir en momentos al azar, pero no dependas de la inspiración para hacer las cosas.
    • Cuando te dices a ti mismo “Simplemente no puedo levantarme de la cama para hacer ejercicios”, en realidad dices “No puedo animarme a hacer ejercicios”. Nada te ata a tu cama o te impide físicamente correr en las mañanas. El obstáculo verdadero es la idea de que la motivación solo viene del interior y no de los esfuerzos físicos de rutina.
    • Los artistas y escritores más prolíficos lo eran por depender de las rutinas que los obligaron a establecer una cantidad de horas de trabajo al día, independientemente de cuán poco inspirados se sintieran.
    • Piensa en la motivación como un verbo, no como un sustantivo. La motivación es algo que tienes que hacer consistentemente, no algo que debes esperar.
  5. Usa la planificación “si…, entonces…” para pensar en la cosas que tienes que hacer. Debes ponerte parámetros específicos para llevar a cabo una tarea, de lo contrario te encontrarás postergando la tarea hasta el último minuto.
    • No digas “Me pondré a escribir ese trabajo más tarde”. Di: “Si” son las 2 p. m., “entonces” empezaré a escribir mi trabajo. Decidiendo de antemano lo que harás y cuándo lo harás, no sentirás la tentación de deliberar cuando el momento llegue.
    • Puesto que has tomado la decisión de antemano, a las 2 p. m. estarás menos propenso a preguntarte “¿Realmente debo hacerlo ahora?” o “¿Puede esperar hasta más tarde?”.
    • Se ha demostrado que la planificación “si…, entonces…” aumenta la posibilidad de lograr la meta en un promedio de 200 a 300 por ciento.
  6. Piensa en el fracaso como un proceso de eliminación. No pienses en ello como el resultado final de tus esfuerzos, sino como un método por descarte para tratar de lograr tus metas.
    • Cuando Thomas Edison finalmente creó la bombilla, dijo la célebre frase “No he fracasado, solo he descubierto 2000 maneras de no hacer una bombilla”.
    • Michael Jordan y Kobe Bryant han logrado varios récords de puntuación en el baloncesto. Sin embargo, lo que probablemente no sepas es que ambos también son los jugadores que más tiros errados han tenido en la NBA. Cuando tratas mucho de hacer algo, vas a fallar naturalmente. No temas cometer errores o no estar a la altura. El fracaso solo es permanente si dejas de tratar.
  7. Disfruta de tus éxitos, pero no te obsesiones con ellos. Esto se conoce como “dormirte en tus laureles” y puede hacer que te conformes con lo que ya has logrado en vez de concentrarte en tu siguiente logro.
    • Es importante disfrutar las cosas que has hecho correctamente, pero debes entender que vivir de tus glorias pasadas puede hacerte menos propenso a buscar otras metas. Dado que el éxito es seguro, agradable y gratificante solemos temer tener que aventurarnos y exponernos al fracaso nuevamente.
    • Por lo general, disfrutar del éxito es más beneficioso si no has establecido aún una meta específica. Sin embargo, cuando trabajas hacia una meta, disfrutar del éxito mucho tiempo puede detener tu progreso y mantenerte estancado.

Establece algunas metas

  1. Establece metas en términos que se puedan medir. De manera similar a la planificación “si…, entonces…”, establecer metas medibles físicamente le da a tu cerebro un espacio concreto para que empieces a esforzarte en esa dirección.
    • Siempre es importante tratar de hacer tu mejor esfuerzo, pero “tratar de hacer tu mejor esfuerzo” no es el mejor método de medir tu éxito. En vez de decir “Trataré de hacer mi mejor esfuerzo para correr 1,6 kilómetros (1 milla)”, di “Trataré de correr 1,6 kilómetros en menos de 10 minutos hoy”.
    • Dado que “tu mejor esfuerzo” es un término subjetivo, puede ser más probable que digas que “has hecho tu mejor esfuerzo” cuando sea difícil continuar con una tarea. Por ejemplo, si te quedas sin aliento mientras corres, puedes decir “Bien, terminé. Hice mi mejor esfuerzo”. Tener una meta específica te impulsará hacia algo que puedas imaginar.
  2. Crea una estrategia para lograr una meta específica. Ahora que has establecido una meta específica, traza instrucciones detalladas para lograr esa meta.
    • Por ejemplo: “Para correr 1,6 kilómetros (1 milla) en menos de 10 minutos, correré diez vueltas alrededor de la cancha de tenis que está cerca de mi casa todos los días por dos semanas. Después de eso, correré 20 vueltas alrededor del reservorio local, que es mucho más grande”.
    • Incluso las personas que establecen metas específicas pueden terminar no lográndolas solo porque no tienen un plan concreto para hacerlo. Si no tienes un plan estricto para alcanzar tu meta, no sabrás si haces lo necesario para alcanzarla.
  3. Establece metas difíciles, pero realistas. Si eres saludable y tienes una experiencia moderada corriendo, es razonable que quieras correr 1,6 kilómetros (1 milla) en menos de diez minutos. Sin embargo, tratar de correr 1,6 kilómetros en menos de 10 minutos con asma o durante una rehabilitación física puede ser poco realista.
    • Las metas no deben ser tan fáciles que no te demanden esfuerzo para lograrlas. Si has corrido 1,6 kilómetros (1 milla) en menos de diez minutos antes, trata de correr ese trayecto en menos de 8:30. Establecer metas que puedas lograr fácilmente puede ser bueno para tu confianza, pero no mejorará tu desempeño ni te ayudará a crecer como corredor.
    • Tus metas tampoco deben ser tan altas o tan difíciles que no haya una posibilidad real de lograrlas. Por ejemplo, tratar de correr 1,6 kilómetros (1 milla) en 4 minutos es factible para muchos corredores de pista olímpicos, pero probablemente sea inalcanzable para el corredor promedio. Establecer metas que sean muy difíciles puede frustrarte y molestarte o puede hacer que simplemente no tomes la meta en serio.
  4. Debes tener metas a corto plazo y a largo plazo. Establecer solo metas a largo plazo puede hacer que las pierdas de vista en el camino, que tengas menos determinación o simplemente que no tengas motivación. Las metas a corto plazo te ayudan a recordar por qué haces lo que haces.
    • Los logros impulsan tu autoconfianza haciéndote sentir más competente. Establecer varias metas a corto plazo y lograrlas sucesivamente te ayuda a ver mejoras inmediatas en tu desempeño y aumenta tu motivación.
    • Por ejemplo, corre 1,6 kilómetros (1 milla) en menos de diez minutos este mes y el siguiente esfuérzate para hacerlo en 8:30. Tu meta a largo plazo puede ser correr ese trayecto en menos de 7 minutos al final del año. El éxito se logra con mayor facilidad cuando has construido un buen ritmo.
  5. Planifica otra meta inmediatamente después de lograr una. Una característica notable de las personas ambiciosas es que no dejan de esforzarse por ser mejores.
    • Esta estrategia se ajusta específicamente a combatir contra el conformismo (como se dijo en la sección previa). Establecer otra meta inmediatamente coloca tu concentración en trabajar en lugar de disfrutar. Aunque es importante descansar entre las metas, trata de planificar otra meta lo más pronto posible.
    • Tan pronto como corras 1,6 kilómetros (1 milla) en siete minutos, planifica correr una maratón corta en los siguientes dos meses. Tómate las semanas restantes para descansar las piernas, pero usa ese tiempo para trazar una nueva estrategia para cumplir tu nueva meta.
  6. Debes darte una recompensa concreta cada vez que cumplas una meta. Por ejemplo, puedes comer una chuleta cada vez que corras 1,6 kilómetros (1 milla) en menos de 7 minutos. Descansar y recompensarte es tan importante para el éxito como el trabajo duro y la perseverancia.
    • El estrés es saludable en cantidades pequeñas y constantes, pues te ayuda a concentrarte y estimula tu cerebro. No obstante, tener mucho estrés hará que tu desempeño caiga. Afectará negativamente a tu confianza, lo cual puede afectar tu ritmo, lo cual finalmente terminará por hacer que te des por vencido.
    • Estar constantemente estresado no es solamente negativo para tu moral, sino que puede afectar severamente tu salud física. El estrés crónico puede poner tensión en tu corazón y conducirte a la diabetes o al asma. También puede hacerte más susceptible a los resfríos.
    • Recompensarte no es lo mismo que disfrutar de tu éxito. Darte recompensas es una forma de refuerzo, lo cual te hará más propenso a seguir tras tus metas. No es que dejes de apreciar tu éxito, sino que reconoces el trabajo duro y te das a ti mismo la motivación para seguir. Trata de hacer una meta de decir más menudo que sí, esto puede parecer simple pero puede impulsar tu confianza e inspirarte a estar más motivado.

Consejos

  • Mantente organizado. Es más sencillo tener las metas en la cabeza cuando el desorden de tu habitación o las cajas de libros que aún no has clasificado te impiden hacer las cosas.
  • Haz listas. Pégalas al armazón de la cama o en la pared del baño (en cualquier lugar en que las veas con toda seguridad).

Advertencias

  • Algunas personas pueden decir que eres un adicto al trabajo. No las oigas. Mantente al día con tu vida social, pero sigue tras tus sueños y no hagas caso a los comentarios crueles.
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