Cómo ir al velatorio de alguien a quien no conocías bien

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Los velatorios pueden ser experiencias incómodas. Y puedes sentirte todavía peor en ellos si no conocías a la persona que ha fallecido, pero aunque quisieras evitar estas situaciones, casi todos nos enfrentamos a un caso así en algún punto de nuestras vidas. Tal vez se trata de un primo o un amigo de tus padres que tú nunca conociste en persona; o quizá conoces a los familiares en duelo, y es por ellos que vas a presentar tu apoyo y respeto. Es una parte inevitable de la vida aceptar los procesos de pérdida, y los velatorios ayudan no sólo a que las personas que conocieron al difunto puedan acudir a compartir sus recuerdos y conmemorar la vida de esa persona que ya no está; también son una oportunidad para que puedan reunirse con otros amigos y conocidos que puedan expresar sus condolencias por el ser querido que ahora está ausente. 

Pasos

  1. Vístete en la forma apropiada. No tienes que usar negro forzosamente, pero tampoco es el momento para usar las prendas más coloridas y brillantes de tu guardarropa. Cualquier cosa en tonos marrón, gris, negro o azul oscuro es aceptable. Un poco de blanco está bien, si no puedes encontrar la manera de evitarlo.
  2. Compra una tarjeta de condolencias. Las puedes encontrar en farmacias grandes, en tiendas de regalos y de mensajes impresos. Úsala para escribir un pequeño mensaje de condolencia dirigido a la familia de la persona que murió; quizá puedas mencionar en un breve pasaje un recuerdo alegre de una experiencia que compartiste con ella.
    • También podrías sólo comprar una tarjeta en blanco en la papelería, y escribir todo por tu cuenta, pero si no conoces a los dolientes, ni conocías muy bien al individuo que falleció, es mejor comprar una tarjeta de condolencia ya diseñada, donde se expresa un mensaje emotivo y empático sin que tengas que fingir una participación personal que no te corresponde en el asunto.
  3. Si conocías un poco más acerca de la persona, también tienes la opción de enviarle flores, o hacer un donativo a alguna asociación o fundación filantrópica que los familiares hayan designado para honrar la memoria de su ser querido. Aunque no es indispensable, es un gesto de extrema amabilidad que los dolientes apreciarán mucho.
    • Si decides donar, revisa el obituario de la persona que murió para saber a dónde solicitaron los familiares que se dirijan los donativos. Esta organización se encargará de enviarles una tarjeta muy bonita, en la que aparecerá tu nombre y el de la persona a cuya memoria estás donando.
  4. Llega en un punto del velatorio que sea conveniente para ti. Por lo general los servicios conmemorativos duran varias horas, para que todos los conocidos y familiares tengan oportunidad de pasar un momento a presentar sus condolencias. Si no conocías bien a la persona, no se espera de ti que permanezcas ahí durante todo el servicio, pero al mismo tiempo necesitarás encontrar un equilibrio para no salir demasiado pronto y parecer descortés.
  5. Entra caminando en forma silenciosa. Si alguien te abre la puerta, agradécele también en voz baja.
  6. Si hay un libro de invitados estará justo a la entrada, así que no olvides registrarte. Necesitas dejar tu nombre, tu firma, y si es probable que varios de los dolientes no te conozcan, puedes agregar una pequeña nota acerca de cómo conociste al difunto.
  7. Fórmate en la fila para expresar tus condolencias y visitar el ataúd; mientras esperas puedes charlar con las personas junto a ti, para eso están los velatorios.
  8. Conforme te aproximes al ataúd, verás que hay un lugar para dejar las tarjetas de condolencia o sobres con donativos que desees entregar directamente a los familiares en duelo. Si llevas algo así contigo, recuerda colocarlo en ese momento sobre la mesa designada para hacerlo.
    • Enviar por correo tu tarjeta de condolencia también es correcto.
  9. Si eres religioso, puedes arrodillarte un momento junto al ataúd para orar. Si no lo eres, o profesas una religión distinta de la de la persona que falleció o la de sus familiares, sólo detente por un momento junto al cuerpo, y sigue caminando para saludar a los dolientes.
  10. Cuando llegues junto a los familiares que presiden el velatorio, preséntate brevemente. Hazlo de manera sencilla, y diles lo mucho que lamentas su pérdida. También podrías compartir un recuerdo que aprecias mucho sobre esa persona, quizá acerca de su generosidad o de lo mucho que disfrutabas con su sentido del humor.
  11. Después de que completaste tu recorrido por la fila de condolencias, puedes observar el salón para buscar otras personas a las que conozcas. Es más probable que encuentres a alguien si el difunto era un familiar lejano, y también están en el velatorio primos o sobrinos a los que conozcas mejor. Es una oportunidad para platicar con ellos y quizá conocer más acerca del familiar ausente.
    • Probablemente habrá una presentación de fotos o videos recordando los momentos más felices en la vida de la persona que murió. Si esto sucede, puedes observar respetuosamente y hacer algún comentario si reconoces algún recuerdo con el que puedas relacionarte, como "Vaya, ¡me acuerdo de ese día!" o, "Roberto siempre tuvo un gran sentido del humor." Los velatorios sirven para recordar buenos momentos y honrar la memoria de quien ha dejado de estar con nosotros.
  12. Después de que pasaste algún tiempo con todas las personas que conoces entre los asistentes, puedes hacer una retirada discreta. Camina en silencio hacia la salida, justo como entraste.
    • Si los dolientes ya no están recibiendo a las personas en la fila de condolencias, puedes pasar junto a ellos un momento para presentar tus últimos respetos antes de salir, o sólo dirigirte al ataúd para un adiós postrero.

Consejos

  • Recuerda que los velatorios deben ser un momento para sentirse felices por la vida de la persona que sus conocidos tuvieron oportunidad de compartir, mientras que los funerales como un adiós definitivo son quizá el momento para mostrarse más entristecidos. Sin embargo, esto puede cambiar de un país a otro.
    • Con eso en mente, recuerda que no es nada extraño derramar algunas lágrimas durante un velatorio. No serás el único que lo haga.
  • Más adelante, cuando te enteres de cómo se llevará a cabo la ceremonia funeraria, será tu opción asistir o no. Sólo recuerdo que este tipo de servicios contemplan una serie más larga de rituales, que pueden incluir una ceremonia religiosa y un cortejo fúnebre antes del entierro. A diferencia de lo que ocurre durante un velatorio, no puedes presentarte sólo durante una media hora y después continuar con tu camino.
    • Son los amigos y miembros más cercanos de la familia aquellos de quienes se espera su asistencia en el funeral; sin embargo, puede ser una fuente de consuelo para los dolientes ver que un círculo más amplio de amigos y conocidos decide acompañarlos hasta el entierro. Si no conocías a la persona muy bien, al menos puedes ir al velatorio.
  • Cuando presentes tus condolencias a familiares con una religión distinta de la tuya, es recomendable averiguar que tu gesto de respeto no se considere inapropiado. Por ejemplo, si se trata de una familia judía, no debes enviar flores porque son un cruel recordatorio de la vida que ahora se ha perdido para siempre. En ese caso, una tarjeta será suficiente, o un donativo si tienes esa opción.
 

Advertencias

  • Es de pésimo gusto hablar mal de una persona fallecida; al hacerlo no sólo aumentarás el dolor de sus familiares más cercanos, sino que podrías iniciar tensiones o conflictos serios.
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