Cómo limpiar la piel grasa
La piel grasa puede sentirse incómoda y provocar puntos negros y acné. Decidir de qué forma limpiar la piel grasa depende tu tipo de piel, presupuesto y tiempo disponible. Tener una rutina regular de limpieza ayuda a que la piel se mantenga lo más limpia posible. El uso adecuado de mascarillas faciales, aceites y lociones hidratantes te ayudará a lograr una piel limpia y saludable.
Lavar tu rostro
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Elige un limpiador facial. Usa un limpiador facial suave que esté diseñado para la piel grasa. Los limpiadores faciales líquidos que contienen alfahidroxiácidos (AHA), como ácido cítrico, ácido láctico o ácido glicólico, exfolian la piel y eliminan las células muertas. Los limpiadores con emolientes (petrolato o vaselina, lanolina, aceite mineral y ceramidas) o humectantes (glicerina) retienen la humedad en la piel. Si sufres de acné, usa limpiadores medicados que contengan ácido salicílico, sulfacetamida sódica o peróxido de benzoilo. Dichos ingredientes combaten el acné a la vez que limpian la piel.
- El ácido salicílico despeja los poros obstruidos y reduce la hinchazón y el enrojecimiento.
- El peróxido de benzoilo es un exfoliante y mata las bacterias.
- La sulfacetamida sódica combate el crecimiento de bacterias.
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Lávate el rostro dos veces al día con agua tibia. Primero límpiate las manos. Humedece tu rostro con agua tibia. Aplica el limpiador con las yemas de los dedos. Limpia con suavidad tu piel; no la frotes con fuerza. Los momentos ideales para el lavado son al levantarte y antes de irte a dormir. Asimismo, asegúrate de lavarte después de ejercitarte o sudar abundantemente. Puedes lavarte sobre el lavabo o durante la ducha. La ducha actúa como una vaporera gigante, abriendo los poros y diluyendo el sebo, el aceite de la piel.
- No frotes tu rostro con mucha fuerza. Tampoco uses agua muy caliente. La función del sebo es lubricar la piel y protegerla. Si eliminas el aceite constantemente, el cuerpo lo producirá en exceso para contrarrestar la escasez. Y en consecuencia, el rostro se volverá más aceitoso.
- Usa un exfoliante una o dos veces por semana para eliminar las células muertas y mantener abiertos los poros. Por otro lado, usar un paño o una esponja facial puede aumentar la cantidad de grasa.
- Si te pones maquillaje, la limpieza es mejor que usar toallitas desmaquillantes. Si debes usar una toallita, evita los productos con alcohol y fragancias. Elige productos diseñados para piel sensible. Si sufres de acné, compra toallitas que contengan ácido salicílico o no uses ninguna toallita. De todas formas, asegúrate de lavarte el rostro después. Las toallitas no reemplazan el lavado. El aceite de coco es un producto natural, hidratante y eficaz para quitarte el maquillaje.
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Sécate el rostro dando toquecitos con una toalla limpia. Si es posible, cambia a diario tus toallas para el rostro porque el aceite, la suciedad y las bacterias quedan atrapados en ellas. Es esencial que no los traslades de vuelta a tu cuerpo. Usa un paño o una toalla de mano más pequeña para reducir el lavado.
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Hidrata tu piel. Después de lavar y secar tu rostro, es importante aplicarte un hidratante sin aceite. Incluso la piel grasa necesita hidratación. Varía la cantidad que uses en función de lo aceitosa que sientas tu piel. Minimiza la cantidad de hidratante que uses en las zonas más aceitosas.
Limpiar tu rostro con tratamientos tópicos
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Usa una mascarilla facial. Aplica en tu rostro una mascarilla de arcilla o barro secante una vez por semana. Las mascarillas de arcilla o barro absorben el exceso de aceite de la piel y tonifican y cierran los poros. Si bien las arcillas verdes absorben más aceite, las arcillas blancas son mejores para la piel sensible. Las mascarillas de clara de huevo también pueden reafirmar la piel y absorber el exceso de aceite. El jugo de limón y el mango son ingredientes comunes en las mascarillas faciales.
- Puedes comprar mascarillas en las tiendas de salud o hacer las tuyas propias. Para un tipo de mascarilla casera, usa arcilla facial (como bentonita) y hamamelis. No uses arcilla para alfarería. Agrega 1 cucharada de hamamelis a 1 cucharadita de arcilla facial; revuelve hasta combinarlos bien. Además, incorpora 2 gotas de aceite de ciprés y 2 gotas de aceite de limón para darle fragancia y para ayudar a controlar las glándulas sebáceas hiperactivas. Relájate y usa la mascarilla por 10 minutos o hasta que se seque la arcilla. Luego enjuágala.
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Aplica aceites naturales. Aunque podría parecer contraproducente aplicar aceite en el rostro, algunos productos naturales como el aceite de argán, de coco o de jojoba pueden reducir la cantidad de grasa. Al aplicar aceite, le haces creer a tu piel que ya ha producido suficiente aceite. Por lo tanto, usar aceite estabiliza la producción de aceite del cuerpo.
- La mezcla de aceite esencial de lavanda y aceite esencial de neroli (derivado de las flores de naranja) puede actuar como un limpiador y tonificante para la piel. El aceite de árbol de té también es eficaz para reducir la cantidad de grasa de la piel.
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Utiliza un tonificante. Los tonificantes sin alcohol ayudan a cerrar los poros. Aunque los tonificantes no son esenciales para un régimen de cuidado de la piel, estos ayudan a muchas personas. Puedes comprarlos en las farmacias o hacer los tuyos propios. Utilízalos después de lavarte el rostro. Moja una almohadilla de algodón en el tonificante y aplícalo en tu rostro. Úsalo dos veces al día por 2 o 3 semanas. Después de la tercera semana, aplícalo una vez al día. Asegúrate de usarlo solo en las partes grasosas de tu rostro (por ejemplo, la frente, la nariz y el mentón).
- Puedes elaborar tus propios tonificantes en casa. Estos restauran el equilibrio natural del pH de la piel, el cual se altera a causa del agua dura. El hamamelis, el tomillo, la lavanda, el sándalo, el pepino y la albahaca son ingredientes eficaces para los tonificantes.
Mejorar tu estilo de vida
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Consume alimentos saludables. Las reacciones hormonales basadas en tu dieta y estilo de vida desencadenan la producción de aceite. Reduce los alimentos procesados en tu dieta. Come más frutas y verduras y toma mucha agua. Considera la posibilidad de reducir tu consumo de productos lácteos, puesto que las hormonas de los lácteos influyen en la producción de acné y aceite. Consumir carbohidratos en exceso también aumenta el acné.
- Toma 1 cucharada de aceite de linaza al día. El aceite de linaza ayuda a producir aceite natural, lo que reduce la necesidad de producir aceite en exceso.
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Ejercítate más. El aumento del flujo de sangre debido al ejercicio aeróbico ayuda a la piel. Incorpora ejercicios como caminar, correr o montar bicicleta a tu rutina diaria. El ejercicio también contribuye a reducir el estrés mediante la producción de endorfinas. Si te ejercitas al aire libre, tu piel también se beneficiará de recibir suficiente vitamina D.
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Disminuye tus niveles de estrés. El estrés puede aumentar los niveles de cortisol (hormona del estrés). Los niveles elevados de cortisol aumentan la producción de aceite. Tómate un tiempo para relajarte y meditar. Hacer ejercicio o usar una mascarilla facial puede reducir el estrés y la cantidad de grasa. Tampoco olvides dormir lo suficiente para que tu piel se vea lo mejor posible.
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Listo.
Consejos
- Si ninguno de estos métodos te da resultado, acude a un dermatólogo. Él te prescribirá lociones medicadas o suplementos hormonales para reducir la producción de aceite.
- Debes adaptar tu rutina de cuidado de la piel según las estaciones. Por ejemplo, si tu piel es más aceitosa en verano, usa más productos con ácidos o hazte una mascarilla semanal. En invierno, usa productos más suaves y pocas o ninguna mascarilla.
Advertencias
- Si sufres de acné, no revientes tus espinillas o te quedarán cicatrices.
- Algunos tratamientos para la piel contienen químicos fuertes, así que lee bien las etiquetas y sigue las instrucciones como corresponda.
- Evita los cosméticos líquidos espesos que contienen aceite mineral, fragancias y parabenos. El maquillaje a base de minerales sin aceite es más adecuado para la piel grasa.
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