Cómo almacenar tomate rebanado

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Almacenar tomates cortados es un paso muy importante para mantener una cocina limpia. Existen muchas formas de evitar que se echen a perder y estas cambian según cómo se hayan cortado los tomates. Ya sea que los dejes a temperatura ambiente, los pongas en el refrigerador o los congeles, asegurarte de almacenarlos de forma adecuada te ayudará a evitar enfermarte y a mantener la comida con un sabor excelente.

Almacenar tomates a temperatura ambiente

  1. Almacena el tomate cortado por la mitad en un lugar frío y limpio. Si no vas a refrigerar el tomate y lo comerás dentro de 24 horas, es importante encontrar un lugar frío y limpio en la cocina para almacenarlo. Nunca pongas tomates cortados sobre una estufa, debajo de un fregadero o en cualquier lugar propenso a temperaturas altas o bajas.
    • La temperatura ideal para almacenar tomates es entre 12 y 21 °C (55 y 70 °F), así que asegúrate de que la cocina mantenga una temperatura constante.
    • Solo almacena los tomates cortados por la mitad a temperatura ambiente. Si tienes tomates en cubitos o picados, debes refrigerarlos o congelarlos.
  2. Cubre el lado cortado del tomate con papel film. Si no vas a almacenarlo por mucho tiempo y planeas utilizar el resto del tomate para otra comida del mismo día, puedes cubrir el lado vulnerable sin que se eche a perder. Coloca el papel film en una encimera limpia, pon el lado cortado del tomate hacia abajo y envuélvelo en el papel film.
  3. Coloca el tomate con el lado cortado hacia abajo en un plato. Deja el plato en un lugar limpio y frío en la cocina. También puedes poner una toalla de papel en un plato y colocar el tomate con el lado cortado hacia abajo sobre la toalla de papel.
  4. Cubre el otro lado del tomate con una toalla de papel. Con el lado cortado del tomate hacia abajo en el plato, coloca otra toalla de papel sobre el lado con cáscara. Así evitarás que acumule bacterias y se seque. También permitirá que el tomate mantenga su color y textura naturales durante al menos un día.
  5. Coloca el tomate cortado por la mitad en un recipiente hermético y déjalo afuera. Si tienes recipientes herméticos tipo tupperware, coloca una toalla de papel en el fondo del recipiente y pon el tomate en mitades con el lado cortado hacia abajo. Deja el recipiente en un lugar frío durante un día o hasta que desees utilizarlo para otra comida.

Almacenar tomates en el refrigerador o el congelador

  1. Refrigera el tomate si no puedes comerlo en un solo día. Aunque refrigerar tomates en mitades puede alterar su textura y sabor, la refrigeración es la única forma de evitar que se echen a perder muy rápido. Envuelve las mitades en papel film y colócalas en el refrigerador por tres o cuatro días.
    • También puedes colocar el tomate en mitades en un recipiente hermético tipo tupperware con el lado cortado hacia abajo en una toalla de papel para que dure más.
  2. Coloca el tomate picado en un recipiente de almacenamiento. A diferencia del tomate en mitades, el tomate picado siempre debe mantenerse en un recipiente hermético y refrigerado. Los tomates picados o en cubos son más propensos a las enfermedades transmitidas por los alimentos como la salmonela. Por lo tanto, deben protegerse y refrigerarse lo más rápido posible.
    • Debes mantener los tomates cortados a no menos de 5 °C (41 °F).
  3. Congela los tomates picados o en mitades para almacenarlos por más de tres o cuatro días. Cubre el lado expuesto del tomate y ponlo en un recipiente hermético. Aunque congelarlo alterará su textura y sabor, así evitarás que se eche a perder hasta por dos meses.
    • Si vas a congelarlo, considera utilizarlo como un ingrediente de una sopa o salsa después de descongelarlo, ya que perderá gran parte de su textura normal.
  4. Retira el tomate del refrigerador 30 minutos antes de comerlo. Es importante volver a ponerlo a temperatura ambiente antes de comerlo o utilizarlo como un ingrediente de una comida para mantener su textura y sabor. Cuando dejes que se entibie el tomate, cubre el lado cortado con papel film o una toalla de papel y ponlo hacia abajo en un plato.
    • Dado que te llevará más tiempo descongelar un tomate congelado, sácalo una o dos horas antes de utilizarlo.

Utilizar los tomates en comidas nuevas

  1. Cocina el tomate. Después de congelarlo o refrigerarlo, es mejor cocinar con él de manera que oculte el cambio de textura que ha sufrido. Dado que la refrigeración alterará la textura natural del tomate, es mejor no cortarlo en rodajas para hacer una ensalada o comerlo tal como está.
    • Si cocinas con el tomate, tal vez preparando una salsa para pastas u horneándolo con aceite para hacer una ensalada, ocultarás el hecho de que ha estado refrigerado.
  2. Prepara una salsa. Utiliza el tomate picado para preparar tu salsa favorita, añadiendo limón o vinagre para acidificar el tomate. Si añades estos ingredientes ácido a una salsa, mantendrás el nivel del pH del tomate por debajo de 4,2, que es lo que sugiere la FDA (agencia estadounidense de alimentos y medicamentos).
    • Una vez que está en la forma de salsa, el tomate debe mantenerse a menos de 5 °C ( 41 °F) en el refrigerador.
  3. Marina el tomate con un aliño para ensalada. Coloca el tomate picado en un recipiente y añade el aliño para ensalada a base de limón o vinagre que prefieras. Dichos ingredientes evitarán que el tomate se eche a perder. Puedes mantenerlo marinado de esta manera por dos o tres días, pero debes comerlo lo más pronto posible.
    • Una vez que estés listo para consumir el tomate picado, podrás añadirlo rápidamente a tu ensalada favorita.
  4. Añade el tomate fresco a otra comida y refrigéralo. Si tienes tiempo, prepara una ensalada o sándwich entero para comerlo más adelante y almacénalo en el refrigerador. Si te tomas el tiempo de preparar una comida mientras el tomate está fresco, podrás comerlo antes que se eche a perder y no será necesario almacenar los trozos picados o cortados en cubos en un recipiente de almacenamiento.
    • Esto ocupa menos espacio en el refrigerador y no tendrás que añadir ingredientes ácidos al tomate. Sin embargo, debes consumir la comida dentro de dos o tres días.
  5. Emulsiona el tomate picado o cortado en cubos y añade jugo de limón. Emulsionarlo te permitirá preparar una sopa o salsa para pastas más adelante. Con una licuadora o un procesador de alimentos, emulsiona el tomate picado hasta que se haya mezclado por completo, añadiendo un poco de jugo de limón para mantener el nivel de pH bajo. Almacena la mezcla en un recipiente hermético y refrigérala hasta que estés listo para preparar una sopa o salsa más adelante.

Consejos

  • Siempre corta los tomates con un cuchillo limpio para evitar la contaminación cruzada.
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