Cómo desarrollar relaciones sociales en el trabajo

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Muchas personas hoy en día sienten que pasan más tiempo en la oficina que con los amigos y la familia. La división entre el lugar de trabajo y la familia se vuelve cada vez mas delgada; los colegas y compañeros de trabajo a menudo se convierten en "familia". Estas conexiones tienen una importancia especial porque las relaciones de trabajo tienen peso en nuestras vidas.

Sé Abierto y Honesto

  1. Sé claro en tu intención. Cuando desarrolles nuevas relaciones laborales, es importante que seas abierto y honesto. Si estás comenzando un nuevo trabajo, o te han transferido a un nuevo departamento, o trabajas en un nuevo proyecto, no querrás mostrarte con superioridad y egoísmo. No importa cuánto conoces tu trabajo, la arrogancia solo puede crear tensión entre tus compañeros.
  2. Preséntate. Si eres nuevo en la compañía, tendrás la oportunidad de presentarte. Usa ese tiempo para hablar de lo que te hace apto para llevar a cabo el trabajo. Luego olvídate. No utilices tus conocimientos y experiencias pasadas como excusa para decir que no necesitas tomarte el tiempo de aprender de tu nuevo trabajo. Puedes tener mucha experiencia, pero cada compañía tiene su propia forma de trabajo.
  3. No trates de tomar el mando a menos que estés en una posición de liderazgo. Sin embargo, si estás en esa posición, al principio debes pasar más tiempo escuchando que hablando. No es momento de ser egocéntrico. Escucha a los que trabajan a tus órdenes y lo que tienen que decir acerca de los cambios que quieren. Hazles saber que trabajas en su favor y que no estás allí para hacerles las cosas más difíciles.
  4. Debes estar abierto a nuevas ideas y críticas constructivas. Es posible que mientras ofreces tu destreza a la compañía, aprendas algo en el proceso. Por ejemplo, si estás en un puesto de soporte técnico, sabrás lo básico de cómo arreglar un computador y sus componentes. La compañía puede tener métodos que hagan más fácil la tarea. Nadie puede decir que sabe todo. Ábrete al aprendizaje y no te ofendas cuando te hagan observaciones para que mejores tu desempeño.

Mantén las Líneas de Comunicación Abiertas

  1. Sé claro en tu mensaje. La comunicación es la clave de cualquier relación exitosa. Todos hemos lo escuchado reiteradas veces, pero no es solo un cliché. Cuando la comunicación no se mantiene abierta, puedes encontrarte sintiendo resentimiento y recelos. Como seres humanos con diferentes personalidades, es fácil malinterpretar el mensaje del otro y que ese otro malinterprete tus buenas intenciones. Esto no es bueno para las relaciones laborales. La falta de comunicación es siempre el principal problema concretando exitosamente los proyectos.
  2. Trata los problemas de inmediato. Cuando trates problemas laborales, no querrás confrontarte ya que ésto solo pondría a los demás a la defensiva. Haz una sugerencia de cómo hacer el trabajo más fácil, u ofrece una solución en lugar de solo decir lo que están haciendo mal. No es un defecto cometer errores, entonces no ataques la personalidad de tu compañero. Recuerda que no se trata solo de lo qué dices, sino cómo lo dices.
  3. Acostúmbrate a felicitar por un trabajo bien hecho. Si estás en una posición de liderazgo, o trabajando con un gran compañero, hazle saber que aprecias sus esfuerzos y que reconoces que han hecho un gran trabajo jugando un papel clave en el éxito del grupo o la organización. Los elogios siempre son bienvenidos cuando acompañan a la crítica constructiva.

Ponte Límites

  1. Adopta una postura acorde a la ocasión. Tus compañeros te respetarán si puedes mantenerte en un plano profesional y demuestras interés en lo mejor para la organización en todo momento.
  2. Evita mezclar lo profesional con lo personal. Cuando pasas mucho tiempo en tu lugar de trabajo cada día, es fácil traer los problemas personales a la oficina. Aunque cuentes algo a algún compañero cercano alguna vez, mantén las cosas en un plano profesional sin hacerte el hábito de discutir tus problemas personales con tus colegas; no es profesional y puede embarrar tu imagen. Alguien que se describe a sí mismo/a como mujeriego o come hombres, no será visto/a como un profesional confiable.
  3. Manténte neutral. Sé cuidadoso con las bromas y la naturaleza de las conversaciones que mantienes en el trabajo. No hagas bromas que tengan que ver con las razas, sexualidad, política u otros temas tabú. Aunque parezca que estás siendo ameno, corres el riesgo de ofender a alguien.
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