Cómo curar la tiroides de manera natural

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La glándula tiroides se ubica en la base del cuello, tiene forma de pajarita o de mariposa y se dobla a la altura de la base de la garganta. Es una glándula importantísima, que produce tiroxina, hormona que ayuda a regular el metabolismo, el ritmo cardiaco y en los niños, su crecimiento y desarrollo. Los desequilibrios en la tiroides pueden producir un funcionamiento insuficiente o hiperactivo del mismo. Puedes ayudar a la función de la tiroides con una dieta adecuada, ejercicios, descanso y minimizando el estrés de tu vida.

Consume los alimentos correctos

  1. Hay un vínculo entre la dieta y la función de la tiroides. La tiroides depende de una buena nutrición para obtener yodo, selenio y vitaminas que necesita para funcionar correctamente. Sin el correcto equilibrio nutricional, la tiroides no puede operar como debe.
    • Date tiempo para tener una buena nutrición. Si bien no siempre es lo más fácil del mundo, será de gran beneficio para ti y tu familia preparar tus propios alimentos y animar a todos a comer más sano.
  2. Limita tu consumo de alimentos procesados y empaquetados. Durante el tratamiento alimenticio, suele añadirse azúcar a los alimentos, lo cual puede empeorar cualquier problema con la tiroides. Lleva un poco de práctica y planeamiento, pero entre más puedas preparar tus alimentos desde cero, mejor. Los alimentos integrales sin procesar mantienen la mayor parte de sus vitaminas, minerales y demás nutrientes originales.
    • Como regla general, si el producto es demasiado blanco, por ejemplo, pan blanco, arroz blanco, pasta blanca, indica que está procesado excesivamente. Mejor come pan de grano integral, arroz integral y pasta de grano integral.
  3. Aumenta tu consumo de frutas y verduras. Cada vez que puedas, opta por consumir productos orgánicos de cultivo local y de temporada, y entre más fresco, mejor. Sin embargo, no te preocupes demasiado por su origen. Cualquier producto vegetal es mejor que ninguno, incluso las frutas y verduras congeladas pueden beneficiar tu salud.
  4. Limita tu consumo de carne. Procura comer menos carne, en especial, carnes rojas. Si comes carne de res, asegúrate de que sea magra (de preferencia, que sea de animales alimentados con césped), ya que contiene una proporción más natural de grasas omega 3 y omega 6; si comes carne de ave, asegúrate de que no tenga piel.
    • Toda la carne que consumas debe provenir de animales tratados sin hormonas ni antibióticos. La mayor parte de los productos cárnicos sin hormonas especifica en su empaque que lo es. Si no especifica que es libre de hormonas, probablemente no lo sea. Ve a la sección de productos orgánicos para que conozcas las opciones de carne sin hormonas.
  5. Aumenta tu consumo de pescado. El pescado es una fuente de proteínas de buena calidad y generalmente contiene altas cantidades de grasas omega 3. El pescado suele ser magro y bastante sencillo de preparar.
    • Sé cauto a la hora de elegir el pescado. El pescado con un alto contenido de mercurio podría ser perjudicial para la función de la tiroides.
  6. Incluye legumbres en tu alimentación. Las legumbres como las lentejas contienen muchas de las vitaminas y los minerales necesarios para la glándula de la tiroides para que esta pueda producir las hormonas tiroideas. También son buenas fuentes de proteínas para aquellas personas que han limitado su consumo de carne o lo han abandonado por completo.
  7. Reduce tu ingesta de azúcar. Para mantener tus niveles de azúcar bajos, opta por los carbohidratos complejos como los granos integrales. Evita la azúcar y sus sustitutos. Los azúcares simples, ya sea azúcar de mesa granulada o jarabe de maíz de alta fructosa, son casi como una droga adictiva. Si te cuesta dejar lo dulce, prueba con la estevia, una hierba que sustituye la azúcar.
    • Los diabéticos necesitan hacerse una evaluación de la tiroides. Los pacientes de tiroides necesitan monitorear sus niveles de azúcar en sangre, porque las comorbilidades (presencia de diabetes y problemas de la tiroides al mismo tiempo) son muy comunes.
  8. Obtén el yodo suficiente. Si tu dieta incluye cantidades moderadas de sal y de carne roja, probablemente consumas suficiente yodo. Sin embargo, si has dejado la sal con el fin de tratar de controlar tu presión arterial, asegúrate de tener una fuente alternativa de yodo. La tiroides necesita yodo para su correcto funcionamiento. Si es necesario, compra un suplemento de alta calidad que contenga al menos 50% de tu requerimiento diario de yodo. También puedes complementar tu dieta con algunas de las siguientes fuentes de yodo:
    • Verduras marinas pardas (algas kelp, wakame, dulse)
    • Pescados y mariscos
    • Yogur
    • Leche
    • Huevos
  9. Pregúntale a tu médico por otros suplementos. Habla con tu proveedor de servicios de salud sobre las ventajas de los suplementos de zinc y selenio, minerales necesarios para un correcto funcionamiento tiroideo. A su vez, pregunta por un suplemento de vitamina D3 (2000 UI por día). Las enfermedades autoinmunes están correlacionadas con un bajo nivel de vitamina D.
  10. Bebe abundante agua. Asegúrate de siempre estar hidratado. El agua ayuda al organismo a funcionar adecuadamente y te dará una sensación de bienestar en general.

Haz ejercicios y descansa

  1. Sé consciente de la importancia de los ejercicios en la función tiroidea. Ejercítate 30 minutos al día. Los ejercicios no tienen que ser rigurosos ni hacerse en un gimnasio para que sean efectivos. 30 minutos de caminata enérgica puede ser suficiente para marcar una diferencia en tu salud. Puedes aumentar su velocidad o duración si consideras necesario intensificar tu régimen de ejercicios.
  2. Prueba una clase de ejercicios. Si te cuesta automotivarte para ejercitarte, prueba participar en un grupo de ejercicios. Hay algunas prácticas, como el yoga, taichí y chi kung, que son opciones excelentes para estar activo y también protegen la glándula tiroides.
    • El ejercicio mantiene la sangre en circulación. Esto permite que la hormone tiroidea llegue a cada una de las células.
  3. Reduce tus niveles de estrés. Identifica las áreas de estrés en tu vida y toma medidas para reducir su efecto. Es probable que tengas que tomar decisiones difíciles sobre las obligaciones que has aceptado en el pasado por el bien de tu salud. Aprende técnicas de meditación relacionadas a la respiración, visualización y respiraciones contadas.
  4. Visualiza usando el sistema de chakras. Siéntate en silencio y visualiza una luz azul ingresando a tu cuerpo a la altura de la tiroides. Cada vez que respires, imagina que la luz se hace más brillante y más azul. Mientras exhalas, baja un poco el color. Ten esta visualización en mente lo más que puedas, pero prueba hacerlo por lo menos 5 minutos todos los días.
    • En el milenario sistema de energía de los chakras, la glándula tiroides es el 5to chakra (Vishuddha) y se caracteriza por un color azul.
  5. Date tiempo para descansar. Asegúrate de dormir las horas suficientes en la noche y lo suficiente durante el día. La tiroides es muy sensible al estrés, porque es una de las glándulas que responden al estrés. Debido a ello, la tiroides necesita tiempo de “reiniciar”. El descanso y la relajación le brinda a la tiroides el tiempo que necesita.

Conoce más sobre la función tiroidea

  1. Conoce más sobre el hipotiroidismo , o el trastorno producido por un déficit de hormonas tiroideas. El hipotiroidismo puede ser causado por una infección viral, contaminación radioactiva, algunos medicamentos, embarazo y por otras causas menos frecuentes. Muchas veces, una de las causas suele ser la escasez de yodo en el organismo. El hipotiroidismo se diagnostica con síntomas y exámenes de laboratorio (por ejemplo, el examen de la hormona estimulante de la tiroides, o TSH por su sigla en inglés). Algunos síntomas de la tiroides hipoactiva son:
    • Fatiga
    • Cambios en el ciclo menstrual
    • Estreñimiento
    • Depresión
    • Cabello seco y áspero
    • Pérdida de cabello
    • Piel seca
    • Ciclo de sueño interrumpido, se suele dormir mucho más.
    • Intolerancia al frío
    • Ritmo cardiaco menor
    • Hinchazón de la glándula tiroides (bocio)
    • Aumento de peso inexplicable o dificultad para bajar de peso
  2. Conoce más sobre el hipertiroidismo , o el trastorno producido por un exceso de hormonas tiroideas. El hipertiroidismo mayormente se ve como la enfermedad de Graves. También puede ser causado por nódulos tiroideos, que son protuberancias pequeñas en la tiroides. El hipotiroidismo se diagnostica con ciertos síntomas y con exámenes de laboratorio (por ejemplo, el examen TSH basal). Un hipertiroidismo sin tratar o mal tratado puede provocar problemas cardiovasculares, óseos y una enfermedad muy grave llamada “tormenta tiroidea”. Algunos síntomas de una tiroides hiperactiva son:
    • Ritmo cardiaco acelerado
    • Mayor ritmo respiratorio
    • Defecaciones sueltas y frecuentes
    • Cabello más fino que puede caerse.
    • Pérdida de peso inexplicable
    • Nerviosismo, irritabilidad, sensación de gran energía
    • Estados de ánimos cambiantes
    • Intolerancia al calor
    • Sudor
    • Piel rojiza que podría causar picazón.
  3. Debes saber cuándo acudir al médico. Si tus síntomas de la tiroides parecen empeorar o si sigues teniendo dichos síntomas después de 4 a 6 semanas de tratar de curarlos naturalmente, busca ayuda médica. Primero acude a tu médico de cabecera y luego se te derivará a un especialista endocrino.
    • Si tienes hipotiroidismo, es muy probable que tu médico te recete una hormona de reemplazo tiroidea (levotiroxina). Si tienes hipertiroidismo o la enfermedad de Graves, hay un gran número de opciones, entre ellas, la terapia de radiación, medicamentos que inhiben la tiroides, fármacos para tratar un ritmo cardiaco irregular (bloqueadores beta) o la cirugía.
  4. Continúa con tus prácticas de bienestar. Si necesitas tratamiento médico, deberás seguir enfocándote en las recomendaciones de dieta, ejercicios y descanso que te hemos brindado en el presente artículo para procurar una función tiroidea saludable. Asegúrate de consultar los pasos que te hemos brindado con tu médico.

Consejos

  • La forma más común de hipotiroidismo es la tiroiditis de Hashimoto, trastorno autoinmune, donde el sistema inmunológico del paciente se “confunde” y empieza a destruir sus propias células, en este caso, las células de la glándula tiroides. Si no se trata o se trata mal, el hipotiroidismo puede provocar enfermedades cardiovasculares , infertilidad u obesidad y pone al paciente en riesgo de otros trastornos autoinmunes.
  • Quizá hayas escuchado que si tienes hipotiroidismo debes evitar alimentos como el brócoli, la col, los repollitos de Bruselas, los duraznos y las peras, porque contienen bociógenos, que reducen la producción de T4. A menos que tengas pensado comer kilos de estos alimentos por día, sus beneficios generalmente sobrepasan los riesgos.
  • Si estás interesado en las hierbas para que ayude con tu tiroides, habla con un naturópata o un médico herbalista. Los naturópatas o herbalistas podrán orientarte con las hierbas específicas que más te ayudarán.
  • Prueba usar una olla de cocción lenta para preparar comidas saludables o precocinar y congelar arroz integral, lentejas, frijoles.
  • Cocina tus vegetales a la parrilla o al vapor en vez de sancocharlos para que retengan sus nutrientes.

Advertencias

  • Si experimentas cualquiera de los síntomas mencionados, programa una cita con tu médico. Solicita un examen de tiroides. Si te hacen el examen TSH basal y te dicen que los resultados son normales, pero todavía experimentas los síntomas, considera la posibilidad de que un especialista te haga un examen de T4 (fT4) y T3 (fT3). Los niveles de TSH de algunas personas están dentro de los rangos normales, pero no se convierten a T4 o T3 (la hormona activa) muy bien, así que estos entran en la categoría de hipotiroidismo subclínico.
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