Cómo revivir una planta de sábila

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Las plantas de aloe vera constituyen excelentes plantas de interiores y exteriores. También es útil tenerlas debido a sus propiedades curativas. Pertenecen a la familia de las suculentas y por ende, pueden enfermarse a causa del exceso o la falta de riego y otros factores ambientales. El pudrimiento de las raíces es una de las enfermedades más comunes de las plantas de aloe vera, pero también pueden quemarse con el sol. Si tu planta de aloe vera parece enferma, ¡no pierdas las esperanzas! ¡Aún es posible revivirla!

Replantar el aloe vera a causa del pudrimiento de las raíces

  1. Retira la planta de aloe vera de su maceta actual. Una de las típicas razones de la muerte de esta planta es el pudrimiento de las raíces. Para determinar si este es el caso, primero debes sacarla de su maceta.
    • Sostén holgadamente la base de la planta y el fondo de la maceta. Inclina boca abajo la maceta y sigue sosteniendo la planta con la otra mano. Golpea el fondo de la maceta con tu mano o golpéalo contra el saliente de una mesa (u otra superficie dura).
    • Dependiendo del tamaño de la planta, es posible que necesites la ayuda de otra persona. Una persona debe sostener la base de la planta con ambas manos, mientras que la otra persona inclina la maceta boca abajo y golpea el fondo. También podría serte útil mover la maceta de un lado a otro hasta aflojar la planta.
    • Si aún tienes dificultades para sacar la planta con dos pares de manos, pasa una pala de jardinería o un cuchillo por los costados de la maceta y vuelve a intentar soltarla. Si la planta aún no sale de la maceta, podría ser necesario romperla, pero es el último recurso.
    • Mientras sacas la planta de aloe vera de su maceta, asegúrate de mantener la planta lo más estable posible. Todo el movimiento debe centrarse en la maceta, no en la planta. Es decir, solo sostén la planta (no la jales). Golpear el fondo de la maceta mantendrá las raíces intactas, y la gravedad empujará la planta hacia abajo.
  2. Tiende las raíces. Examina las raíces y determina cuántas aún están sanas. Las raíces húmedas y blandas son características del pudrimiento de las raíces y es necesario sacarlas. En cambio las raíces buenas y que puedes conservar no deben ser negras o húmedas y blandas.
    • Si ves muchas raíces sanas y solo una sección de raíces muertas o húmedas y blandas, puedes salvar tu planta sin muchos problemas, pero será necesario eliminar las raíces dañadas. Puedes cortar las raíces muertas con un cuchillo afilado, pero asegúrate de sacarlas por completo.
    • Si notas que la mayor parte de la planta tiene raíces dañadas, te tomará un poco más de esfuerzo salvar la planta y tal vez sea imposible salvarla. En este caso, trata de salvar la planta eliminando las hojas más grandes (con un cuchillo). Corta la mitad de la planta. Este método es riesgoso. Sin embargo, con menos hojas que nutrir, la cantidad pequeña de raíces sanas puede dirigir mejor los nutrientes a través de la planta.
  3. Elige una maceta que sea un tercio más grande que el sistema radicular. El exceso de tierra retendrá el agua y podría provocar el pudrimiento de las raíces en el futuro, por eso una maceta más pequeña es mejor que una más grande.
    • Las raíces de las plantas de aloe vera crecen de forma horizontal, en vez de hacerlo de forma vertical. Estas también pueden volverse muy pesadas y el peso de la planta puede hacer que la maceta se vuelque si es estrecha. Por lo tanto, elige una maceta ancha, en vez de una profunda o estrecha.
    • La maceta que elijas también debe tener muchos agujeros de drenaje en el fondo, de modo que el exceso de agua no se asiente en la tierra.
    • Si vives en un clima seco, es mejor usar una maceta de plástico. En cambio si vives en zonas frías o húmedas, usa una maceta de terracota o arcilla.
  4. Usa tierra para macetas que sea adecuada para cactus o suculentas. Este tipo de tierra tiene un mayor contenido de arena y produce un ambiente de buen drenaje para tu planta. Puedes encontrarlo fácilmente en el centro de jardinería de tu localidad.
    • También puedes crear tu propia mezcla de tierra para la planta de aloe vera mezclando partes iguales de arena, gravilla o piedra pómez y tierra. Asegúrate de usar arena gruesa (por ejemplo, arena de construcción), en vez de arena fina. La arena fina puede amontonarse y retener agua, en vez de dejar que drene a través de la maceta.
    • Si bien puedes emplear tierra para macetas para plantas de aloe vera, estas se desarrollarán mejor en una tierra mezclada. La tierra para macetas es más propensa a retener la humedad y por ende, puede causar el pudrimiento de las raíces.
  5. Replanta el aloe vera. Prepara la maceta llenándola con la mezcla de tierra para macetas. Luego, sacude suavemente la planta para quitar un tercio de la tierra que se ha adherido al cepellón. Coloca la planta en la maceta recién preparada y cubre la parte superior con más de la mezcla de tierra para macetas. Asegúrate de que todo el cepellón esté cubierto de la mezcla de tierra.
    • También puedes extender piedritas o gravilla por encima de la tierra para reducir la evaporación del agua.
  6. No riegues la planta de aloe vera justo después de replantarla. Esta necesita unos días para readaptarse a su nueva maceta y para reparar las raíces rotas.

Controlar el riego

  1. Revisa la tierra. Para saber si tu planta de aloe vera necesita que la riegues, presiona la tierra con el dedo índice. Si está seca, significa que la planta necesita agua. Las plantas de aloe vera son suculentas y no necesitan que las riegues con frecuencia. El exceso de riego puede matarlas.
    • Si mantienes tu planta al exterior, bastará con regarla cada dos semanas.
    • Si la mantienes al interior, riégala cada tres a cuatro semanas.
  2. Modifica el riego según la estación. Las plantas de aloe vera necesitan más agua durante los meses más calurosos y menos agua en los meses más fríos. Riega con menos frecuencia en otoño e invierno, sobre todo si la planta vive en un espacio frío.
  3. Examina las hojas. Como suculenta, la planta de aloe vera almacena agua en sus hojas. Si ves que las hojas se caen o se vuelven casi transparentes, lo más probable es que la planta necesite agua.
    • Sin embargo, las mismas cualidades pueden indicar el pudrimiento de las raíces, cuya causa es el exceso de riego. Pregúntate cuándo regaste la planta por última vez. Si la regaste recientemente, retírala de la maceta y observa si las raíces están podridas.
  4. Riega hasta que la tierra esté solo húmeda. El agua nunca debe asentarse en la superficie de la tierra, así que riega con moderación. Sigue revisando la planta semanal o quincenalmente probando la tierra para determinar si necesita que la riegues.

Cuidar de una planta quemada por el sol

  1. Revisa las hojas. Si las hojas de tu planta de aloe vera se vuelven marrones o rojas, es posible que la planta esté quemada con el sol.
  2. Cambia la planta de lugar. Muévela a un lugar donde reciba luz solar indirecta, en vez de directa.
    • Si normalmente la planta se encuentra en una posición donde recibe luz artificial en vez de la luz solar, reubícala de modo que haya una mayor distancia entre ella y la fuente de luz. También puedes moverla al exterior para que reciba algo de luz natural indirecta, en vez de la luz artificial.
  3. Riega la planta. Verifica la tierra para determinar si la planta necesita que la riegues. Es probable que la tierra esté seca si la planta ha recibido mucha luz solar, puesto que el agua se evapora con más rapidez.
  4. Retira las hojas muertas quemadas por el sol y que son irreparables. Con la ayuda de un cuchillo afilado, corta la hoja de la planta en la base. Las hojas muertas o moribundas toman nutrientes de las otras partes de la planta, así que asegúrate de retirarlas para que no sufra el resto de la planta.

Consejos

  • En vez de arrancar las hojas cuando quieras usar el aloe, córtalas en la base con un cuchillo afilado, donde la hoja se encuentra con la tierra. La planta se recuperará mejor por sí sola si haces un corte más preciso.
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