Cómo lavar zapatos

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Sin importar el tipo de estilo de vida que lleves, tus zapatos se ensuciarán inevitablemente. Sin embargo eso no quiere decir que tienes que andar con unos zapatos que se vean viejos o desgastados. ¡Una limpieza simple a menudo les quitará la suciedad y la mugre, y los dejará como nuevos!

Lavar zapatillas en la lavadora

  1. Retírale los cordones y las plantillas. Mejor será que laves los zapatos, los cordones y las plantillas por separado pues así reducirás el tiempo de secado más adelante.
    • No obstante, sí puedes lavar tus zapatillas con sus cordones en la lavadora; pero si dejas las plantillas, estas se quedarán llenas de agua por días.
  2. Lava los cordones. Si estos están demasiado sucios, lo mejor sería comprar unos nuevos, pero siempre puedes limpiarlos frotándolos con un cepillo jabonoso o metiéndolos en la lavadora junto con las zapatillas. Después déjalos secar por completo al aire libre antes de volverlos a colocar en su sitio.
    • Otra manera de limpiarlos es simplemente colocarlos o asegurarlos con un alfiler dentro de una funda para almohada o atar las puntas para meterlos directamente a la lavadora. Esto hará que no se atasquen en los agujeros de drenaje de la máquina.
    • Si los cordones son blancos y los zapatos de color, para que salgan lo más relucientes posibles, puedes lavarlos por separado en un ciclo normal junto con otras prendas también blancas.
  3. Limpia y elimina el mal olor de las plantillas. Utiliza una mezcla un poco jabonosa de detergente líquido y agua caliente para frotarlas con delicadeza con la ayuda de un cepillo o un paño suave. Después, remójalas para quitar el exceso de agua jabonosa con la ayuda de una esponja y déjalas secar completamente al aire libre antes de colocarlas nuevamente en las zapatillas.
    • Si tus plantillas siguen oliendo mal, enciérralas en una bolsa que contenga bicarbonato de sodio, agítalas bien para que se distribuya de manera uniforme y déjalas reposar toda la noche.
    • Si las plantillas siguen oliendo mal, remójalas por unas cuantas horas en una mezcla de vinagre y agua en una proporción de 2:1. Después sumérgelas un tiempo en una mezcla de agua caliente, bicarbonato de sodio y aceites esenciales, como el de té verde o pino.
  4. Quita los residuos de tus zapatillas. Con un cepillo de dientes o un cepillo suave (por ejemplo, una escobilla para zapatos) seco, retira el lodo o la suciedad que podría estar en la superficie de las zapatillas.
    • Es posible que tengas que utilizar un mondadientes o un hisopo para llegar a todos los rincones.
    • Limpia otras áreas de plástico descoloridas con un limpiador en crema en un paño o un pedazo de papel toalla.
  5. Pon las zapatillas en una funda para almohada. Para protegerlas adentro de la lavadora, será mejor que las metas en una funda. Después cierra parcialmente la abertura con unos 3 imperdibles de modo que el agua pueda entrar y salir.
    • Si vas a lavar los cordones en la lavadora junto con tus zapatillas, puedes asegurarlos dentro de la funda con imperdibles.
    • Asimismo, puedes reemplazar la funda con una bolsa de malla.
  6. Coloca la funda adentro de la lavadora. Si la metes junto con una o dos toallas evitarás que las zapatillas se golpeen por todos lados durante el ciclo, lo que podría dañar tanto la máquina como tu calzado.
    • ¡Las toallas deben estar viejas porque las nuevas tienen pelusas y tintes que podrían manchar tus zapatillas!
    • La mayoría de zapatillas tienen la resistencia necesaria para ponerlas en la lavadora, pero no te olvides de leer las instrucciones del fabricante, pues las compañías como Nike recomiendan lavarlas solo a mano.
  7. Agrega detergente líquido. El detergente en polvo se puede quedar pegado a tus zapatillas, así que mejor utiliza el líquido. Puedes agregar un poco de vinagre para eliminar los malos olores y un poco de aceite de pino para desinfectarlas.
    • Si le agregas pino, el producto debe tener al menos 80% de este aceite.
  8. Programa e inicia la lavadora. Prográmala en el ciclo para ropa delicada y con agua fría, pues la tibia podría deformar tu calzado. Además, el secado o el centrifugado rápido podrían dañar las zapatillas o la máquina.
  9. Retira tus zapatillas y déjalas secar al aire libre. Una vez que la máquina haya terminado, retíralas de la funda y déjalas a un lado para que se sequen al aire libre. No es recomendable ponerlas en la secadora pues esta podría deformarle las suelas.
    • Rellenar tus zapatos con papel toalla o periódico contribuirá a que se sequen más rápido y conserven su forma.
    • Coloca tus zapatillas (con los cordones y las plantillas) en un lugar con luz moderada para que se sequen. No las pongas en un espacio caliente (por ejemplo, cerca de un radiador) o donde les dé la luz del sol directamente, pues esto podría dañarlas.
    • El secado podría tomar entre varias horas y un par de días, ¡así que planifica con anticipación!
    • Si estás apurado y necesitas utilizar la secadora, envuelve tus zapatillas en una toalla y prográmala en un ciclo para "ropa delicada". Revísala cada cierto tiempo para verificar que tus zapatos no se calienten mucho.
  10. ¡Ponles los cordones y usa esas zapatillas "como nuevas"! Una vez que estén completamente secas, vuelve a colocar las plantillas, ponles los cordones nuevamente y ¡desliza tus pies en ellas! ¡Ahora se verán y olerán mucho mejor!

Lavar zapatillas a mano

  1. Retira y limpia los cordones. Quítale los cordones a tus zapatillas y con un cepillo jabonoso, frótalos en una tabla de lavar ropa o un escurridero. Después déjalos secar al aire libre por completo antes de ponerlos de vuelta. Sin embargo, si tus cordones están demasiado sucios, quizás tengas que comprar nuevos.
  2. Retira y limpia las plantillas. Con una mezcla un poco de jabonoso de agua y detergente líquido, frota con delicadeza las plantillas con un cepillo o un paño suave. Después, quita el agua jabonosa que quede con una esponja y déjalas secar completamente al aire libre antes de volverlas a poner en las zapatillas.
  3. Quita el exceso de suciedad. Con un cepillo de cerdas suaves, como una escobilla para zapatos o un cepillo de dientes, frota hasta sacar el exceso de suciedad de la parte exterior de las zapatillas. Es posible que tengas que utilizar un mondadientes o un hisopo para llegar a los lugares difíciles de alcanzar.
  4. Prepara una solución para limpiar. Aunque existen varias soluciones limpiadoras en el mercado, una mezcla simple de agua caliente y detergente líquido hará un buen trabajo para crear una combinación un poco jabonosa que sirva para limpiar la parte exterior de tus zapatillas.
  5. Frota tus zapatillas. Aplica un poco de la solución limpiadora en una esponja, o un paño o cepillo suave, y frota la parte exterior de tus zapatillas. Esto podría requerir un poco de esfuerzo y varios intentos, dependiendo de su estado.
    • Para limpiar las áreas que tienen manchas más difíciles, deja que la solución limpiadora se asiente por unos minutos y luego sácala frotando.
  6. Quita la solución que quede. Pon un poco de agua caliente en otra esponja, o paño o cepillo suave, y frota para quitar la solución restante hasta que ya no puedas verla.
  7. Seca tus zapatillas al aire libre. Colócalas (junto con los cordones y las plantillas) en un lugar con luz moderada a temperatura ambiente para que se sequen solas. No las pongas en un espacio caliente (por ejemplo, cerca de un radiador) o directamente bajo la luz del sol pues esto podría dañarlas.
    • No es recomendable poner las zapatillas en la secadora pues podrían deformarse.

Cuidar zapatos de vestir

  1. Quítale el mal olor a tus zapatos de vestir. Toma un poco de bicarbonato de sodio, café molido o arena para gatos y rocíalo directamente en el interior de tus zapatos. Deja que el producto se asiente cuando no los tengas puestos a fin de controlar los malos olores. Para retirar el producto, simplemente sacude los zapatos de vestir.
    • Otro método más prolijo de quitar malos olores es poner el producto en una bolsita y colocarla dentro de los zapatos. Puedes crear tu propio paquetito con unas medias pantis: pon el producto adentro y anúdalas o ciérralas con una goma elástica.
  2. Limpia tus zapatos de vestir de cuero. Si te lo pones todos los días, tendrás que limpiar el cuero unas 2 a 3 veces por semana con la ayuda de un paño suave y una mezcla un poco jabonosa para retirar el polvo y la suciedad que veas. Después, aplica un pulidor (de preferencia uno natural o cera) y frótalo con la ayuda de un paño suave hasta que obtengas el efecto lustroso que deseas.
  3. Cepilla tus zapatos de vestir de gamuza hasta dejarlos limpios. Si se utiliza todos los días, la gamuza debe limpiarse entre 2 a 3 veces por semana con la ayuda de un cepillo especial para este material a fin de quitar la suciedad y las manchas.
    • Debes rociar un protector de gamuza en tus zapatos nuevos y cada vez que termines de limpiarlos, pues esto los hará más resistentes a las manchas y más fáciles de limpiar en un futuro.

Advertencias

  • Debido al riesgo de dañar tus zapatillas en la lavadora, lo mejor sería lavarlos no más de una vez al año o cuando estén muy sucios.
  • Si los zapatos son caros o delicados, quizás sea mejor lavarlos a mano o llevarlos a un profesional de limpieza.
  • Lee las instrucciones del fabricante antes de limpiar tus zapatos, pues algunos requieren un tratamiento especial.
  • Sé cuidadoso si utilizas la secadora para secar tu calzado, pues el exceso de calor podría deformarle las suelas.

Cosas que necesitarás

  • Una lavadora
  • Detergente
  • Un cepillo de dientes o un cepillo de cerdas duras
  • Una funda para almohada
  • Imperdibles
  • Una o dos toallas de baño viejas
  • Papel toalla o papel periódico
  • Hisopos o mondadientes
  • Bicarbonato de sodio
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