Cómo tener pelo largo y saludable

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¿Suspiras por rizos largos y lustrosos? Lo primero que necesitas es paciencia: el cabello crece alrededor de 15 cm (6 pulgadas) al año o un promedio de 1,5 cm (1/2 pulgada) al mes y hay muy poco que puedas hacer para acelerar el proceso. Sin embargo, puedes ayudar al cabello con la nutrición adecuada y la minimización del daño. Muchos elementos rutinarios son en realidad dañinos para el cabello: aplicar champú, usar tratamientos de calor, teñirlo e incluso cepillarlo de manera incorrecta puede hacer más mal que bien. Sin embargo, con el cuidado correcto, el cabello crecerá saludable y fuerte.

Lávate el cabello suave y efectivamente

  1. Determina el tipo de cabello. Esto quizás dependa del grosor del cabello, de los procesos químicos que hayas usado y de la condición del cuero cabelludo.
    • El cabello fino se caracteriza por un diámetro pequeño en cada cabello individual. Este cabello tiende a ser liso y quizás sea más difícil de arreglar. Además, quizás sea más susceptible al daño ocasionado por los procesos químicos y de corte y peinado.
    • El cabello delgado tiene una densidad por centímetro cuadrado menor. Si bien este cabello puede o no ser fino, tiene muchos de los problemas de este último al cortar y peinar.
    • Por el contrario, el cabello grueso tiene una densidad por centímetro cuadrado mayor. No importa si es liso, ondeado o rizado, pues el cabello grueso tiende a ser más seco que el cabello fino.
    • Hay gran variedad de cabellos rizados, desde cilindros muy estrechos hasta ondas sueltas. Lo importante por saber sobre el cabello rizado al elegir productos es que tiende a ser más seco que el cabello liso.
    • El cabello que ha sufrido tratamientos de coloración químicos. El tinte elimina la capa protectora externa de lípidos del cabello, dejándolo vulnerable al daño. Los productos diseñados para este tipo de cabello deben protegerlos y evitar que el calor y el agua retiren el color.
    • Por lo general, el cabello seco es el resultado del uso excesivo de procesos, como la coloración, el corte y peinado o el uso excesivo de productos que contienen alcohol. Es frágil, por lo que tiende a romperse con facilidad.
    • El cabello grasoso se origina por el cuero cabelludo grasoso. Este tipo de cabello quizás sea difícil de limpiar, se sienta grasoso o tenga un olor desagradable. La caspa también se produce por el cuero cabelludo grasoso. Esto se debe a un número de factores, incluyendo hormonas, deficiencias vitamínicas y factores hereditarios. Irónicamente, también puede producirse por la sequedad del cuero cabelludo, ya que el cuerpo produce aceites excesivos para compensar.
  2. Elige un champú y un acondicionador para tu tipo de cabello. Los tipos de cabello son normal, fino, grasoso, con tratamiento de color y casposo.
    • El cabello fino y el delgado pueden beneficiarse de los productos que indiquen ser "voluminizador", es decir que aumentan el volumen.
    • Para el cabello grueso y el rizado, evita los productos con sulfatos (lauril sulfato de amonio, laureth sulfato de amonio, lauril sulfato de sodio). Estos son detergentes que pueden eliminar la humedad del cabello rizado y producir friz.
    • Para el cabello seco, busca ingredientes humectantes, en especial aceites naturales como el coco, el argán, la palta, la jojoba y la pepa de uva. Evita los productos que contengan alcohol.
    • El cabello que haya sufrido un tratamiento de coloración debe lavarse con productos formulados específicamente para no eliminar el color. Evita el champú "aclarador", pues son demasiado fuertes para este tipo de cabello.
    • Para el cabello grasoso, elige un champú suave y sin aceites, como champú para bebés, y un acondicionador formulado para cabello grasoso.
    • Al contrario de lo que se cree, la caspa es causada por el cuero cabelludo grasoso. Hay hongos en los aceites, que crean derivados irritantes que hacen que el cuero cabelludo se descascare. Considera el uso de un champú y un acondicionador con aceite de árbol de té, que actúa como un fungicida natural.
  3. Aplica champú en el cuero cabelludo, no a lo largo del cabello. Lo ideal es hacerlo en donde se producen los aceites, es decir los folículos capilares ubicados debajo del cuero cabelludo. Masajea el cuero cabelludo con una pequeña cantidad de champú y deja que corra a lo largo del cabello al enjuagar.
  4. Masajéate el cuero cabelludo. Date un pequeño masaje en el cuero cabelludo para incrementar la circulación. Mientras más sangre reciban los folículos capilares, más nutrientes reciben y con mayor rapidez. Si bien puedes hacerlo en cualquier momento, es ideal hacerlo al lavarte el cabello. Luego de aplicar el champú, masajea con las yemas de los dedos, comenzando desde la parte posterior del cello y terminando en la frente.
  5. Aplica champú solo con la frecuencia necesaria. El cabello muy grasoso quizás necesite lavarse a diario, pero para el cabello seco e incluso el normal basta con aplicar champú una vez cada dos o más días. El champú contiene detergentes agresivos que ayudan a que el cabello se sienta y luzca mejor.
  6. Aplica acondicionador luego del champú. El acondicionador puede incrementar el brillo, la elasticidad, reducir los enredos e incluso proporcionar protección UV. Sin embargo, el acondicionador debe aplicarse solo en las puntas, no en el cuero cabelludo.

Arréglate el cabello con cuidado

  1. Sé muy cuidadoso con el cabello mojado. El cabello es una fibra, como una lana delicada. Al igual que este material, es particularmente frágil cuando está mojado. Para minimizar el daño, evita cepillarlo cuando esté mojado y "nunca" uses planchas de rizado ni de alisado en mechones mojados.
  2. Péinate el cabello desde las puntas hacia arriba. Usa un peine de dientes anchos y comienza desde la parte inferior del cabello. Desenreda los últimos centímetros. Luego, desenreda algunos centímetros más arriba, subiendo más y más. Este método más delicado desenreda gradualmente y es una alternativa menos dañina a tirar un peine desde la raíz a las puntas.
    • Procura dejar que el cabello seque un poco antes de peinarlo.
  3. Minimiza el cepillado. Cepillarte el cabello ocasiona fricción, que daña la cutícula y deja el cabello con friz y apagado. Desenrédalo con un peine de dientes anchos, como se describió en el paso 2 y solo cepilla cuando sea necesario para arreglarlo.
    • Usa un cepillo ancho de paleta con cerdas punta de bolita, que es más delicado para el cabello.
  4. Remplaza el secado con toalla por el secado con camiseta. Las toallas pueden causar fricción y pueden dañar la cutícula, lo que causa friz, en especial al frotarte el cabello con una. Por otro lado, usar una camiseta de algodón suave es una manera mucho más delicada de absorber el exceso de agua. En lugar de escurrir el cabello, envuélvelo en la camiseta.
  5. Minimiza el uso de calor. Deja que el cabello seque al aire si es posible.
    • Si usas una secadora, úsala en el nivel más bajo.
    • Si usas una plancha de alisado o de rizado, minimiza el contacto con el cabello, limitándolo a 3 o 4 segundos por sección. Siempre aplica un producto contra el calor de antemano.
  6. Minimiza el uso de tratamientos químicos en el cabello. Esto incluye relajantes, permanentes, tintes (en particular los que contengan amoniaco o peróxido) y blanqueador o decolorante. No decolores, ni relajes ni te hagas la permanente por segunda vez si ya lo has tratado, pues podrías debilitar el cabello drásticamente.
  7. Usa un tratamiento con aceites. No hay necesidad de gastar dinero en tratamientos comerciales de aceite en caliente. En su lugar, aplica aceite de coco o de oliva en el cabello seco, envuélvelo en una camiseta o cúbrelo con una gorra de baño y déjalo toda la noche. Enjuágalo el día siguiente con agua tibia. Realiza este tratamiento una vez a la semana.
  8. Recorta las puntas abiertas regularmente. Si bien es un mito que esto haga crecer el cabello más rápidamente, las puntas abiertas sí pueden limitar el crecimiento de cabello largo y saludable. Las puntas abiertas descuidadas pueden subir por el cabello hasta las raíces. Aún peor, pueden desarrollarse múltiples puntas abiertas cuando estas mismas se abren. Para controlar este problema, córtate el cabello de cada 8 a 12 semanas y pídele a tu estilista que corte las puntas solamente.
  9. Evita los peinados demasiado tensos, en especial si tienes cabello fino. Cualquier peinado que se sienta como si tirara probablemente esté demasiado tenso. Las extensiones y las trenzas africanas también pueden causar daño. En su lugar, opta por colas de cabello o trenzas más sueltas.

Ten una nutrición balanceada

  1. Come suficientes proteínas. Consumir niveles adecuados de proteína es esencial para la salud del cabello. Si bien la cantidad de proteína que necesitas depende de varios factores, incluyendo el nivel de actividad física, la regla general dicta comer un mínimo de 0,8 gramos de proteína por kilo de masa corporal o alrededor de 2,8 gramos por libra. Algunas fuentes de proteína son la comida marina, las carnes magras, los huevos, los frejoles, los frutos secos, la leche, el queso y el yogur.
  2. Revisa tus niveles de vitamina. La anemia por deficiencia de hierro puede ser una causa de la mala salud del cabello (además de otros problemas), por lo que es importante asegurarse de que los niveles de hierro sean adecuados. La vitamina C y la biotina mejoran la salud del cabello y del cuero cabelludo. De igual manera, las bajas reservas de vitamina C pueden causar un crecimiento de cabello menor. Si tus niveles están bajos, considera tomar un suplemento multivitamínico con hierro.
    • Nunca tomes más de la dosis recomendada de vitaminas, pues algunas pueden ser tóxicas en grandes cantidades.
  3. Aumenta el consumo de ácidos grasos. Las grasas poliinsaturadas tienen muchos beneficios para el cabello. Ayudan a la piel y al cabello a retener la humedad y mantenerse flexibles, además de reducir la caspa. Los ácidos grasos omega 6 se encuentran en vegetales de hoja, en semillas, en frutos secos, en granos y en aceites vegetales (maíz, alazor, soya, semilla de algodón, sésamo, girasol), mientras que las nueces, las semillas de lino, los brotes de soja y el pescado grasoso están repletos de ácidos grasos omega 3.
  4. Deja de fumar. Si bien esto quizás no suene como un cambio en la nutrición, fumar sí limita la llegada de nutrientes al cabello, pues restringe los vasos sanguíneos. El resultado son mechones sin vida y quebradizos. Tu cabello lucirá y olerá mejor si dejas de fumar-
  5. Aprende a reducir el estrés. Cuando estás estresado, el cuerpo produce más cortisol (hormona esteroidea), que incrementa la caída de cabello. Aprende métodos para minimizar el estrés, como la meditación, el ejercicio regular y los periodos de sueño adecuados.
  6. Ten cuidado con los productos que dicen hacer crecer el cabello más rápidamente. El mercado está lleno de productos que dicen acelerar el crecimiento del cabello. Sin embargo, no hay una manera científica de hacer crecer el cabello más rápido, así que piénsatelo dos veces antes de gastar una fortuna en artículos similares, ya sean píldoras, champuses o aceites. Lo que puedes hacer es contribuir a la salud del cuero cabelludo y al crecimiento del cabello con un cuidado, un arreglo y una nutrición adecuados, como se describe en este artículo.
  7. Sé paciente. Tarda por lo menos tres meses notar los beneficios del cambio dietético. Ten en mente que has tomado una buena decisión para ti y para tu cabello que pronto dará frutos.

Consejos

  • Para el cabello rizado, prueba a aplicar champú solo una o dos veces a la semana, pues este tipo de cabello tiende a ser más seco.
  • El cabello dañado no puede repararse, desafortunadamente. Tendrás que ir a un salón y pedir que te corten el cabello dañado. Si bien esto puede parecer desesperanzador, ten paciencia y concéntrate en mantener el cabello sano tan saludable como puedas.

Advertencias

  • La pérdida de cabello puede ser síntoma de una condición de salud subyacente. Si bien es normal perder entre 50 y 100 cabellos al día, si sientes que estás perdiendo cabello, visita a un dermatólogo para llegar a la raíz del problema.
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