Cómo disfrutar de la vida y el trabajo

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Resulta fácil caer preso de la rutina del trabajo y la vida. Cuando eso sucede, puedes llegar a pensar que todo es bastante menos agradable de lo que fue alguna vez. Es posible que en estos momentos el concepto de disfrutar de tu vida y tu trabajo te parezca algo extraño, pero a menudo se puede lograr con solo aprender a equilibrar el trabajo y el ocio, haciendo que tu trabajo sea un poco más tolerable y comprometiéndote a tener, ante todo, una actitud positiva.

Mantén el equilibrio entre tu trabajo y tu vida

  1. Analiza tus prioridades: reflexiona sobre a qué aspectos de tu vida le dedicas más tiempo y energía. Luego, pregúntate si valoras realmente estos aspectos o si tienen algún significado en un esquema más amplio.
    • Reorganiza tu vida apropiadamente. Continúa realizando aquello que necesitas hacer, como trabajar, comprar los alimentos y demás, con algo que te agrade, incluso si no te brinda un beneficio inmediato. Dale menos tiempo a aquello que no necesites ni te guste hacer.
  2. Controla tus horas: date cuenta de cuánto tiempo empleas en distintas actividades a lo largo del día y tu trabajo. Toma en cuenta todo lo que haces: dormir, comer, trabajar, ver televisión y demás. Calcula un promedio diario o semanal de cada actividad.
    • Una vez que te des cuenta de cuánto tiempo empleas en cada actividad, planificarás más efectivamente tu tiempo, de manera que tengas espacio para el trabajo y el ocio.
  3. Programa tu tiempo de descanso. Si tu vida es muy ocupada, resultará fácil posponer tu tiempo de descanso. Continuarás posponiéndolo poco a poco hasta llegar a un punto de quiebre. Para no llegar a este punto, disfruta unas cuantas horas de tu tiempo de descanso, planificándolo detalladamente con anticipación.
    • Planear algún evento para tu tiempo de descanso llega a ser hasta más beneficioso. Programa una cita con tu pareja, un día libre con tus amigos más cercanos o un viaje al parque con la familia el fin de semana. Al programar una actividad específica, te mantendrás a la expectativa y además reducirás las posibilidades de cambiar de planes a último momento.
  4. Descarta actividades no productivas. Todos necesitamos, de vez en cuando, un tiempo para no hacer nada, pero si cada vez que puedes relajarte solo pierdes tu tiempo, entonces terminarás sintiéndote frustrado. Debes reducir en lo posible las actividades improductivas porque no te brindan ningún beneficio ni placer.
    • Los inconvenientes más comunes son emplear el tiempo en las redes sociales y navegar en internet. Estas actividades solo te toman unos cuantos minutos de tu tiempo, pero cuando lo haces con frecuencia durante el día, irás empleando cada vez más tiempo del que te imaginas.
  5. Reorganiza tus quehaceres. La mayoría es inevitable, pero si tienes los recursos, piensa en tercerizar los quehaceres que odias a personas que puedan disfrutar más haciéndolos. Por ejemplo, toma en cuenta pagarle a un niño de tu vecindario por cortar el césped o limpiar la vereda de tu casa en vez de hacerlo tú mismo.
    • De la misma manera, puedes cambiar quehaceres y servicios. Si disfrutas la cocina, puedes ofrecerte a preparar y congelar el alimento para una semana de algún vecino que odie cocinar, pero que ame la jardinería. A cambio, él podría cuidar tu jardín durante el fin de semana.
  6. Mantente activo. Quizá pienses que es imposible añadir ejercicios a un horario ya programado, pero unos cuantos minutos de ejercicio diario o semanal pueden ser de mucha ayuda. La actividad física reduce el aumento de estrés en tu cuerpo, haciéndote sentir más equilibrado y energizado.
    • Intenta hacer 30 minutos de ejercicios dos a tres veces al día. Puedes realizar cualquier tipo de ejercicio cardiovascular, incluso solo caminar o montar bicicleta en el parque.
  7. Encuentra un proyecto que te apasione. Si tu trabajo remunerado no es del todo gratificante, involúcrate en un proyecto voluntario o pasatiempo que pueda brindarte ese tipo de satisfacción ausente en tu trabajo.
  8. Empieza con cosas pequeñas: ten expectativas razonables, principalmente cuando empiezas a planificar un balance entre el trabajo y tu vida. Tener una larga lista de actividades divertidas por hacer, en realidad podría producir un efecto indeseado, ya que te sentirías estresado intentando realizarlas. Empieza con cosas pequeñas y continúa según tus necesidades.
    • Si en realidad te resulta muy complicado incluir un tiempo de relajo en tu horario, comprométete a hacerlo solo 15 minutos al día. Posiblemente no hagas nada interesante en ese tiempo, pero puedes darte el gusto con algo rápido y agradable para revigorizarte.

Ten una vida laboral gratificante

  1. Analiza tu actual trabajo. Si te hace infeliz, pregúntate el por qué. Si el problema es el trabajo en sí mismo, será difícil solucionarlo sin cambiar de carrera, pero si se trata de las condiciones del trabajo, por lo general es más fácil de resolver.
  2. Cambia tu tipo de trabajo. Habla con tu jefe acerca de cambiar tus responsabilidades y tareas. Pregúntale si se puede adecuar tu trabajo según tus intereses y habilidades y discutan las maneras de mejorar tu productividad.
    • Si te sientes agotado y abrumado, tu jefe podría reorganizar tus responsabilidades con el objetivo de que produzcas un trabajo de mejor calidad en un entorno más cómodo. De igual manera, si te sientes desmotivado en el trabajo, la mayoría de jefes se sentiría afortunado de asignarte labores más exigentes.
  3. Realiza un traslado interno en la compañía. Si no soportas más realizar la labor que te encomiendan en el área dónde trabajas, averigua si existe otra área en la compañía donde puedas trabajar. Haciéndolo, podrías conseguir un trabajo completamente diferente sin poner en riesgo tu seguridad laboral.
    • Estudia la propuesta antes de planteársela a tu jefe. Averigua si en la compañía existen otras áreas en las que podrías trabajar según tus capacidades y presta mucha atención a las áreas o grupos que requieran de nuevos colaboradores donde puedas ofrecer tu ayuda.
  4. Trabaja con distintas personas. Algunos problemas laborales a los que uno se enfrenta están relacionados con los colegas. Hay personas con las que siempre tendrás que trabajar, así que conversa al respecto con tu jefe y solicítale trabajar menos tiempo con esas personas y más tiempo con quienes te lleves bien.
    • Así te lleves bien con quienes trabajas actualmente, trabajar de vez en cuando con nuevos colegas puede llegar a ser una buena idea. Al hacerlo puedes llegar a ver tu trabajo desde otra perspectiva.
    • Cuando encuentres a personas con quienes puedas trabajar bastante bien, colabora con ellas en lo posible.
  5. Confía en uno de tus colegas. Las amistades laborales pueden ser peligrosas, pero también muy gratificantes. Mantente alerta para saber con quién puedes congeniar y conversar sin ningún problema. Empieza una amistad con esa persona y sean confidentes. Alguien que trabaja contigo en la compañía entenderá mejor los problemas y retos a los que te enfrentas en el trabajo.
    • La amistades laborales no solo son para tener a alguien con quien quejarte. Dale a tus amistades del trabajo un interés más personal. Pregúntale sobre sus planes de fin de semana o pide una taza más de café para tu colega camino a la oficina. Tener una interacción significativa es más gratificante para ambas partes que tener una vacía.
  6. Cambia tus horarios. Si no te gusta el horario que tienes por las personas con las que trabajas o si prefieres otro para que tu intervalo de tiempo actual esté libre para realizar otra actividad, consúltale a tu jefe si sería posible un cambio de turno.
    • Si no puedes cambiar tu turno por completo, habla con tu jefe para variar tus horarios ligeramente y aliviarte algo de estrés. Por ejemplo, si necesitas algunos minutos adicionales en las mañanas para llevar a tus hijos a la escuela, consúltale a tu jefe si puedes llegar 30 minutos más tarde, a cambio de salir del trabajo 30 minutos después.
  7. Personaliza tu área de trabajo. Si te sientas en un escritorio y miras a la misma pared blanca de la oficina todos los días, es fácil sentirse atrapado en tu entorno. Al personalizar tu espacio con unas cuantas fotos o momentos significativos, puedes crear un ambiente estéticamente más placentero y más cómodo para trabajar.
    • Asimismo, piensa en la manera de sentirte más cómodo físicamente. Lleva un cojín para tu silla o ten siempre un suéter a la mano, en caso de que haga frío.
  8. Arregla el desorden. Utiliza tu tiempo de descanso para eliminar correos electrónicos, documentos y archivos antiguos de tu computadora y de tu escritorio. El desorden puede hacerte sentir claustrofóbico o agobiado. Reducir la cantidad de desorden en tu vida laboral ayudará a sentirte más calmado.
  9. Sé menos multifacético. Aunque puedas encargarte y manejar dos o tres cosas a la vez, no lo hagas. Los estudios indican que la mente se encuentra en su rendimiento óptimo cuando se enfoca totalmente en un solo objetivo. Al hacer demasiadas cosas a la vez puedes sentirte desgastado e insatisfecho.
  10. Piensa a futuro. No tienes que trabajar en tu actual trabajo por el resto de tu vida. Si en realidad piensas que lo apropiado es cambiarte de carrera, hazlo cuando estés seguro del trabajo que tienes ahora.

Disfruta al máximo el resto de tu vida

  1. Piensa de otra manera. Cuando cometas un error, no te detengas solo en recordarlo, también debes pensar en lo que deberías haber hecho. Con esto aprenderás más de tus errores y sentirás que estás progresando poco a poco en la vida.
    • Por ejemplo, en vez de decir “si no hubiera echado a perder la cena” di “si tan solo hubiera estado más atento al tiempo que llevaba el asado en el horno en vez de distraerme en internet”.
  2. Deja de compararte con los demás. Eres tú mismo y tienes tus propias experiencias. Por lo tanto, no tienes por qué comparar tus logros con los de los demás. No te sientas inferior a los demás, pero tampoco los menosprecies por tus éxitos.
  3. Reformula tu diálogo interno negativo. En vez de decir “no puedo” di “no lo haré”. La diferencia puede ser sutil, pero es importante. Al decirte a ti mismo que no puedes hacer algo, eliminas la posibilidad de elegir y te hace sentir incapaz. Al decir que no harás algo, te da el poder de cambiarlo por una decisión consciente.
    • Por ejemplo, no digas “no puedo ir al cine el viernes”. En vez de eso di “no iré porque tengo otras prioridades” o “no quiero ir porque en estos momentos hay algo más importante en mi vida”.
  4. Alimenta las relaciones positivas. Pasa más tiempo con personas que te apoyen y menos tiempo con quienes constantemente te desalienten. De esta manera, tanto ellos como tú se beneficiarán de la buena vibra.
  5. Date tiempo para ti. Tus seres queridos pueden ser una parte importante en tu vida, pero eso no significa que debas dedicarles cada minuto de tu tiempo. Cuando planifiques tu tiempo libre, asegúrate de separar un momento para estar solo con tus pensamientos, haciendo lo que desees.
  6. Prueba cosas nuevas. La mejor manera de descubrir lo que te apasiona es buscando en todos lados. Además, como dice el dicho “la variedad es la esencia de la vida”. Intentar cosas nuevas puede hacer que tu vida parezca más emocionante.
    • Estudia algo nuevo, visita un lugar lejano o ten un nuevo pasatiempo. De vez en cuando sal un poco de tu rutina y de tu zona de comodidad. No necesitas embarcarte en un rumbo de vida distinto, solo debes estár abierto a la posibilidad de tener nuevos deseos e intereses que puedan darle un giro a tu vida.
  7. Concéntrate más en las experiencias que en las posesiones. No hay nada de malo en comprar lo que deseas, pero las cosas no te darán satisfacción. Enriquece tu vida con experiencias familiares o nuevas y guarda esos recuerdos en vez de chucherías.
  8. Acéptate a ti mismo. Al igual que todos, también tienes fortalezas y debilidades. Solo aprendiendo a quererte y aceptarte tal y como eres podrás disfrutar de la vida.
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